P3. El hombre de doble ánimo I es inconstante II en todos sus caminos III. (SANT 1:8).
I. DOBLE ÁNIMO: De doble pensamiento, de doble alma o doble mente, que va en dos direcciones opuestas y tiene sus lealtades divididas entre dos posiciones. Manifiesta confianza en ocasiones e incredulidad en otras, es inestable en sus convicciones, en su conducta, en sus sentimientos y afectos. Usualmente el de doble ánimo tienen certeza de Dios en los buenos tiempos, pero, cuando llegan las pruebas, cuando son más exigibles la constancia, la fortaleza mental y la determinación espiritual, sucumben a las emociones primarias, dudan y cuestionan la fidelidad del Creador. La duplicidad de ánimo es directamente proporcional al sentimentalismo. (CENT. Ernesto Trenchard, 2013).
II. INCONSTANTE: No estable ni permanente. Que muda con demasiada facilidad y ligereza de pensamientos, aficiones, opiniones o conducta (RAE). Persona que carece de voluntad firme y continuada en la determinación de hacer una cosa o en el modo de realizarla. Que no tiene constancia o que se desarrolla con interrupciones y varía su estado o su intensidad (Oxford Languages).
III. El de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos (Santiago 1:8). Dicho de otra manera, no va a ningún lado, no cumple su propósito, no se afirma en el camino, no alcanza grandes metas o logros. Tiene una actitud fluctuante en muchos aspectos de su vida, alternando entre la duda y la confianza; entre la indisciplina y la obediencia, y, como no puede ser de otra manera, es muy voluble e inestable en su relación con Dios. Estas personas albergan doble motivación, sincretismo moral, duplicidad de intención y cálculo conductual según les convenga, es decir, son vacilantes respecto a la rectitud, la justicia, la imparcialidad, la integridad y honorabilidad que Dios exige. (CB. W. MacDonald, 2004), (BDE. MacArthur, 2015).