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P22. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es I. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado II, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado III vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia IV, paz V y gozo en el Espíritu Santo VI. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación VII. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado. VIII -X.(ROM 14:14 – 23).

I. INMUNDO: Dicho de un animal: Que los judíos tenían prohibido comer por su ley. Impuro (RAE). Que es muy indecente o impuro (Oxford Languages). No permitido por los preceptos de la ley mosaica por lo tanto no sagrado (BDE. Palabra Clave 2016).

II. CONTRISTAR: Entristecer a alguien (RAE). Entristecer o afligir (Oxford Languages). Ocasionar dolor, tristeza o angustia espiritual y mental. Un creyente “débil en la fe” puede resultar lastimado si ve a un hermano fuerte hacer algo que considere, bajo su conciencia moral privada, pecaminoso o indecente (BDE. MacArthur 2015).

III. VITUPERAR: Censurar o desaprobar con mucha dureza una cosa o a una persona (Oxford Languages). Criticar o censurar con dureza algo o a alguien (RAE). censura, condena, recriminación, reproche, desaprobación, reprobación.

IV. JUSTICIA OPERATIVA O PRÁCTICA: Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece (RAE). Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde (Oxford Languages). Todo lo que se conforma, todo lo que se ajusta y todo lo que refleja la naturaleza y legislación del Creador. Denota rectitud, integridad, un estado de conducta irreprensible o excelencia moral. Esto, ya sea que se juzgue en base a normas divinas o humanas. La justicia operativa es fruto del Espíritu (Efesio 5:9). Para esto es importante la oración incesante, el estudio de las escrituras, la obediencia y el andar continuo en el Espíritu Santo. No hay otra manera de lograr ejemplaridad moral verdadera.

V.  PAZ: Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos. Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud (RAE). Situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentadas (Oxford Languages). En el cristianismo, convicción de armonía interior que reciben de Dios los creyentes al saberse reconciliados con Él. Estado de reposo, serenidad, descanso, unión, orden y seguridad espiritual en Dios, todo esto, en medio de los problemas, luchas y tentaciones de la vida. La paz es parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Respecto del entorno, se define positivamente como una atmósfera en el cual confluyen el equilibrio y estabilidad entre los participantes. En ese sentido, no se debería escatimar esfuerzos por cultivarla, alcanzarla y mantenerla. La paz involucra plena intencionalidad de las partes que deseen conseguirla y preservarla. Los creyentes son llamados a este afán, es decir, deben hacer todo lo que esté en sus posibilidades para conservar la paz, aun cuando, se tenga que renunciar eventualmente a ciertas cosas legítimas secundarias por amor a los hermanos y en bienestar de la mayoría. Ahora bien, esto no quiere decir en ninguna manera transigir los fundamentos doctrinales, bajar los muros dogmáticos o diluir la palabra de Dios para hacerla más atractiva. Somos llamados a vivir en paz y amor, pero, si para lograrlo tenemos que ceder a las presiones seculares o permitir un evangelio adulterado, entonces no hay manera de sostenerla (1. Corintios 11:19).

VI. GOZO CRISTIANO: Es la amplitud de los sentidos expresados en una inmensa ventura, buen ánimo y firme serenidad, todo como efecto de una complacencia espiritual deliberada. También se entiende como la quietud interna del espíritu que tiene plena confianza en Dios. A diferencia de la felicidad, el regocijo, la satisfacción, el contentamiento y demás experiencias de bienestar terrenales, el gozo cristiano no deriva de circunstancias externas favorables, convenientes o deseadas. Sino que, es la resultante exclusiva y proporcionalmente directa a la intimidad del creyente con el Santo Espíritu. Así pues, las tesituras de la vida, aunque puedan resultar adversas, desafortunadas o poco auspiciosas, no debieran afectar el gozo del creyente que mantiene una relación ininterrumpida y profunda con Dios. La oración disciplinada, el estudio riguroso de Su palabra y la obediencia a Su voluntad revelada son claves para mantener esta experiencia flameando en los corazones. El gozo hace parte del fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22).

VII. EDIFICAR: Infundir en alguien sentimientos de piedad y virtud (RAE). Acción relacionada con el consuelo y el ánimo. Aunque se centra en la meta y se define como ser afirmado en la fe, el conocimiento, la madurez, y la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13) (Diccionario bíblico ilustrado Holman, 2017). Construcción, fortalecimiento e incentivo de otros hermanos en el cuerpo de Cristo (Diccionario Baker, 2019). Denota enriquecimiento y mejora continua espiritual (Diccionario bíblico Eerdmans, 2016). Desarrollo progreso y conclusión del carácter cristiano teniendo el amor como elemento base para este propósito (Gran diccionario enciclopédico de la biblia, Clie, 2013). Comporta hacer lo que aprovecha o beneficia también a los demás. Lo que resulte en la construcción del carácter e identidad sólida en Jesucristo. Lo que conlleve a la unidad, la paz y la concordia entre hermanos en Cristo. Esto, manteniendo la sobriedad, sentido común, equilibrio correspondiente a las circunstancias y, sin bajar los muros doctrinales.

VIII. Otra vez volvemos a; lo que es válido para uno puede causar la ruina a otro. El consejo de Pablo es muy práctico y va en ambas direcciones, tanto para los fuertes en la fe, así como, para los débiles en la fe:

a. Los fuertes en la fe lograron este nivel en el propósito de Dios. Estos creyentes están al tanto que la comida, bebida bebida, determinadas celebraciones o fechas festivas, no hacen ninguna diferencia. Han comprendido el principio de la libertad cristiana responsable y entienden que ese privilegio es algo entre ellos y Dios. Sin embargo, eso no será razón para hacer alarde en frente de los que todavía no la alcanzaron. Muchos han insistido en los derechos de su libertad, y luego se han arrepentido cuando sopesaron las consecuencias de su presunción. Por ejemplo:

Una persona puede resolver que su libertad cristiana le da derecho a hacer un uso razonable de las bebidas espirituosas, que en su contexto de vida estas son un placer perfectamente inofensivo y que no representa riesgo alguno. Mas, tal vez, hay otra persona que sigue el modelo de la primera, pero, resulta que esta última es una de esas personas para las que una bebida alcohólica no es la mejor compañía. ¿Está bien que el cristiano más fuerte use su libertad para dar un ejemplo que podría llevar a la ruina a otro ser humano? ¿O debería limitar razonablemente esta libertad, no por causa de sí mismo, sino por causa de que sus hermanos puedan estar propensos a sucumbir en el alcohol? No cabe duda de que lo cristiano es autolimitarse por amor a otros. A saber, es seguro imponerse voluntariamente esas limitaciones y evitar que el ejercicio válido de algunas libertades afecte severamente a otro. En todas las esferas de la vida el cristiano enfrentará el hecho de examinarlo todo, no sólo por propia prudencia, sino también por consideración a sus semejantes. Todos somos en cierto sentido guardianes de nuestros hermanos, responsables no sólo de nosotros mismos, sino también de los que están en contacto con nosotros.

b. Pablo les dice a los que todavía son débiles en la fe que tienen una conciencia excesivamente escrupulosa. Estos hermanos podrían en algunas circunstancias transgredir sus propios límites de conciencia. Puede que eventualmente hagan algo porque ven a otros hacerlo y no quieren ser diferentes, no quieren quedar en ridículo o hacerse impopulares. Pablo enfatiza que: quien DESAFÍA SU CONCIENCIA ES CULPABLE DE PECADO. Si crees que algo secundario o neutral está mal y lo haces, se te cuenta como pecado. Una cosa tangencial o menor se convierte en buena solamente cuando se hace con la sincera y razonada convicción de que lo es. Ahora, nadie puede pretender convertirse en la medida de la conciencia de otro en cuestiones indiferentes o no esenciales, la conciencia de cada cual debe ser el árbitro de lo que está bien o mal en esas cuestiones menores o secundarias.

IX. Los fuertes en la fe deben pensar con amplitud, anchura y profundidad para sostener a sus hermanos débiles. Los débiles en la fe deben evitar juzgar o criticar a sus hermanos fuertes. Cada creyente debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo (Romanos 15:1-3). No olvidemos el equilibrio, la sensatez y el sentido común respecto de este asunto. Cada circunstancia implica variables diferentes a ser consideradas en la ecuación de la armonía entre los hermanos.

X. Se asume que el verdadero cristiano conoce, distingue y comprende las disposiciones específicas de Dios respecto del pecado. Es decir, conoce la legislación y sabe muy bien que transgrede la ley de Dios y que no. Está al tanto de los preceptos no negociables y que cosas se encuentran enmarcadas en la libertad cristiana responsable y la libertad de conciencia de cada creyente (tener en cuenta las diferencias y aspectos culturales). Por ejemplo, el fornicar es no negociable (Apocalipsis 21:8), por otro lado, para algunos creyentes genuinos, el asistir al teatro podría ir en contra de sus conciencias y preferirían no hacerlo, no obstante, para otros legítimos creyentes es razonable, válido y entretenido (Romanos 14). (CB. W. MacDonald, 2004), (CB. Warren W. Wiersbe, 2019), (CB. W. Barclay, 2006).

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