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P15. Si es posible I, en cuanto dependa II de vosotros, estad en paz III con todos los hombres IV, V. (ROM 12:18).

I.  POSIBILIDAD: Circunstancia u ocasión de que una cosa exista, ocurra o pueda realizarse. Cosa que es posible (Oxford Languages). Aptitud, potencia u ocasión para ser o existir algo. Aptitud o facultad para hacer o no hacer algo (RAE).

II. DEPENDER: Producirse o ser causado o condicionado por alguien o algo. Estar o quedar al arbitrio de una voluntad (RAE). Estar [un hecho o la realización de una acción] sujetos a las condiciones, limitaciones o restricciones que imponen otro hecho u otra acción (Oxford Languages).

III. PAZ: Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos. Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud (RAE). Situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentadas (Oxford Languages). En el cristianismo, convicción de armonía interior que reciben de Dios los creyentes al saberse reconciliados con Él. Estado de reposo, serenidad, descanso, unión, orden y seguridad espiritual en Dios, todo esto, en medio de los problemas, luchas y tentaciones de la vida. La paz hace parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Respecto del entorno, se define positivamente como una atmósfera en el cual confluyen el equilibrio y estabilidad entre los participantes. En ese sentido, no se debería escatimar esfuerzos por cultivarla, alcanzarla y mantenerla. La paz involucra plena intencionalidad de las partes que deseen conseguirla y preservarla. Los creyentes son llamados a este afán, es decir, deben hacer todo lo que esté en sus posibilidades para conservar la paz, aun cuando, se tenga que renunciar eventualmente a ciertas cosas legítimas secundarias por amor a los hermanos y en bienestar de la mayoría. Ahora bien, esto no quiere decir en ninguna manera transigir los fundamentos doctrinales, bajar los muros dogmáticos o diluir la palabra de Dios para hacerla más atractiva. Somos llamados a vivir en paz y amor, pero, si para lograrlo tenemos que ceder a las presiones seculares o permitir un evangelio adulterado, entonces no hay manera de sostenerla (1. Corintios 11:19).

IV. Implica la condición objetiva, sustancial, no negociable en que los derechos de la justicia, la verdad, la rectitud y los mandamientos de Dios tienen primacía sobre la armonía con los semejantes. No es posible mantener la concordia al precio de la negación o transigencia de la fe y los principios cristianos. En otras palabras, la legislación de Dios está por encima de cualquier ley humana, y, será imposible negociar la paz o buenas relaciones con el prójimo, si, requiere violar los mandatos del Creador. Esto sin perjuicio de agotar todos los intentos necesarios por evitar dificultades con los demás.

V. Esto involucra voluntad y buena actitud de nuestra parte. Es decir, que dentro de los parámetros de la ley de Dios es responsabilidad del creyente esforzarse por mantener buenas relaciones con todas las personas. Aunque, la realidad nos diga que no siempre será posible, debemos persistir en este precepto sin hipotecar nuestra identidad de hijos de Dios.

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