P13. Unánimes I entre vosotros; no altivos II, sino asociándoos con los humildes III. No seáis sabios en vuestra propia opinión IV. (ROM 12:16).
I. UNÁNIME: [decisión, opinión] Que es común a todos los miembros de un grupo de personas. Conjunto de personas que tiene la misma opinión o el mismo sentimiento sobre algo (Oxford Languages). Relación de paz, concordia y entendimiento entre dos o más personas. También aplica: Unidad, armonía, acuerdo, concierto, conformidad, convenio, entendimiento, etcétera.
II. ALTIVO: Soberbio (RAE). Persona que se cree superior a los que le rodean por su posición social o económica o por alguna cualidad especial y que lo demuestra con un trato distante o despreciativo hacia los demás (Oxford Languages). Persona que se percibe superior a los demás o tiene una opinión desmesurada de sí mismo. Esto, por su posición social, económica, grado de instrucción, cargo de responsabilidad, puesto de autoridad, posición de dominio, abolengo o por algún “atributo particular”. Es importante no confundir la altivez con la timidez, puesto que algunas personas podrían ser algo distantes por su timidez natural.
III. HUMILDAD: Virtud que reconoce las propias limitaciones y debilidades, así como, el actuar en consonancia a este conocimiento (RAE). Que no hace ostentación de sus virtudes (Oxford Languages). La humildad reconoce la igual valía y dignidad de todas las personas. Así también, busca enfocarse generosamente en los demás y desprenderse con equilibrio de uno mismo. No se trata de pensar menos de nosotros, sino de pensar menos en nosotros. La humildad es independiente de la posición económica, social, académica y demás, por ejemplo; una persona económicamente sólida, socialmente bien posicionada o con amplios conocimientos no siente estar por encima ni por debajo de nadie, sino que identifica el mismo grado de honor y estimación para su prójimo. Es importante mencionar que ser humilde no implica necesariamente dejarse humillar, pues este valor no supone una renuncia a la dignidad propia como persona. Finalmente, la humildad tiene una particularidad; se pierde cuando se asume que se tiene. Es decir, una persona humilde deja de serlo cuando proclama serlo. («Humildad». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/humildad/Consultado: 20 de septiembre de 2020, 11:15 am.).
A continuación, presentamos algunas características:
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- Percibe la igualdad y dignidad de todos
- Valora el trabajo y el esfuerzo de los demás
- Reconoce, pero no se ufana de las virtudes propias
- Identifica sus limitaciones y no tiene inconvenientes en pedir ayuda
- Se expresa con gentileza y cortesía
- Procede con modestia, sencillez, mesura y decoro
- Advierte las relaciones sociales desde la horizontalidad
- Presta atención a los demás y toma en cuenta sus opiniones
- Respeta genuinamente a sus semejantes
- Entre otros
El cristianismo expresa la humildad como la actitud virtuosa observada ante la perfección, absolutez y superioridad de Dios. En plena conciencia de que Él es quien concede la gracia de la existencia (Hechos 17:25) y quien sustenta todo lo creado (hebreos 1:3). Así, la humildad involucra reconocer la propia pequeñez ante el misterio de la vida y, en consecuencia, someterse a la voluntad de Dios, apreciada como buena, agradable y perfecta.
La humildad es una cuestión de carácter, y por eso, Pablo enfatiza esta cualidad como clave para aconsejar a los creyentes con qué tipo de personas deberán buscar estrecha relación. Esforcémonos por cultivar relaciones de hermandad con otros creyentes, demostrando que realmente son importantes, pues a eso somos llamados. No hay mejor manera de reflejar a Cristo que cuando nos relacionamos con amor y humildad con nuestro prójimo.
IV. Ser sabios en la propia opinión es poner la absoluta confianza en los propios puntos de vista, es imprimir inerrancia a la forma particular de ver o hacer las cosas, es asumir que todo lo estamos haciendo como debiéramos. Por ende, se manifiesta poca humildad, y si, mucha arrogancia y autoexaltación a propio riesgo. En ese sentido, el aceptar la tendencia natural a equivocamos con bastante facilidad, el entender que somos abundantemente imperfectos y que solo Dios puede enderezar nuestro camino, será evidencia de un corazón humilde y sabio. Solo el Creador tiene la toda suficiencia para aconsejarnos infaliblemente, guiarnos adecuadamente y ayudarnos a seguir adelante. Cabe mencionar que muchas veces Dios utilizará a otras personas para enseñarnos, instruirnos y/o guiarnos. “Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1. Corintios 1:19,20).