P11. Bendecid a los que os persiguen I; bendecid, y no maldigáis II, III (ROM 12:14).
I. BENDECIR: Invocar sobre una persona, un lugar o una cosa la protección de Dios (Oxford Languages). Invocar, solicitar, pedir, implorar la bendición o el favor de Dios sobre alguien (BDE Palabra Clave 2016). También se entiende como desear lo mejor, larga vida, éxitos y provecho para alguna persona. Asimismo, comporta según sea el caso, una bendición directa y eficaz de nuestra parte para con nuestro prójimo adversario “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:20, 21).
II. MALDECIR: Decir maldiciones contra una persona o una cosa. Pedir y desear que le ocurra un mal a alguien (Oxford Languages). Expresar con palabras, pensamientos o lenguaje corporal el deseo de mala fortuna, daño, fracaso, calamidad, fatalidad, tragedia, desgracia, adversidad, desastre o el desfavor de Dios para el prójimo.
III. El apóstol Pablo nos anima a no retribuir con maldición a las personas que nos aborrecen, que nos desprecien, que nos hostiguen, que nos humillen, que nos ofendan o nos causen cualquier daño, perjuicio o tristeza. Antes bien, teniendo presente cuanto se nos perdonó a nosotros, debemos bendecirlos, perdonarlos y orar por ellos. Esto no quiere decir, dejarse pisotear o no reclamar los derechos de forma sensata y en apego a las normas.