P2. No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo I, para que nuestro ministerio no sea vituperado II-V. (2. COR 6:3).
I. TROPIEZO: Obstáculo o problema inesperado que impide o retrasa el desarrollo o la realización de algo. Situación o hecho que impide el desarrollo de una acción (Oxford Languages). Aquello que sirve de estorbo o impedimento. Oposición en los dictámenes (RAE). En contexto, cualquier escándalo o mal testimonio que pueda causar censura o malos comentarios respecto del evangelio. Falsedad doctrinal y prácticas erróneas.
II. MINISTERIO: Cargo o dignidad de ministro (RAE). El Ministerio cristiano se entiende como un trabajo, servicio, rol, cargo o responsabilidad asignada por Dios. Este servicio está vinculado con el don o dones que cada creyente recibe por parte del Creador. Los dones son provisiones, competencias o capacidades espirituales de orden superior otorgado por el Espíritu Santo para edificación de la comunidad cristiana.
III. VITUPERAR: Censurar o desaprobar con mucha dureza una cosa o a una persona (Oxford Languages). Criticar o censurar con dureza algo o a alguien (RAE). Censura, condena, recriminación, reproche, desaprobación, reprobación.
IV. Uno de los más grandes obstáculos para la propagación eficaz del evangelio es el mal testimonio de aquellos que profesan la fe. Los escépticos tienen un especial talento para señalar los errores e inconductas de los creyentes, en particular de los que ejercen un ministerio más público, como predicadores, evangelistas, maestros o algunos cargos de servicio con mayor notoriedad en la iglesia. El apóstol Pablo aborda la triste percepción que ciertos ministros proyectaban públicamente, y, de cómo fueron tropiezo para otros creyentes y para los inconversos de Corinto. En esa dirección, anima a la iglesia a tener un vigoroso cuidado de no hacer nada que pudiera ofrecer tropiezo en el camino del evangelio para nadie. Usualmente los incrédulos rechazaban las buenas nuevas de salvación debido a malos testimonios, desórdenes, descréditos, escándalos o vidas inconsecuentes de algunos ministros y no ministros del pueblo cristiano. En el párrafo V podremos observar las recomendaciones de Pablo respecto de este tema. (CB. W. MacDonald 2004), (CB. Matthew Henry 1999), (CB. Craig S. Keener 2019), (BDE. MacArthur 2015).
V. “Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias; en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre. Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero; con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas; por honra y por deshonra, por mala y por buena fama; veraces, pero tenidos por engañadores; conocidos, pero tenidos por desconocidos; como moribundos, pero aún con vida; golpeados, pero no muertos; aparentemente tristes, pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo”. (2. Corintios 6:4-10 / NVI 1999).