P15. La mujer casada está ligada por la ley I mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor. Pero a mi juicio, más dichosa será si se quedare así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios II- V. (1. COR 7:39, 40).
I. LEY: Precepto dictado por la autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia y para el bien de los gobernados (RAE). Regla o norma establecida por una autoridad superior para regular, de acuerdo con la justicia, algún aspecto de las relaciones sociales (Oxford Languages). También hace referencia a la legislación de Dios.
II. La voluntad de Dios es que la unión matrimonial sea permanente, un compromiso para toda la vida. En el ámbito cristiano no hay lugar para un “matrimonio de prueba” o “el divorcio como salida de emergencia”. Por esta razón, la unión matrimonial debe fundarse sobre algo mucho más estable que el dinero, la buena apariencia, la emoción romántica, la pasión u otras conveniencias superficiales y pasajeras. Como dice el apóstol, el casamiento debe ser en el Señor Dios. El carácter cristiano, la lealtad, la consagración, la madurez, la comunicación y el amor genuino serán necesarios para un buen hogar. Todo esto sumado a una buena disposición para aprender el uno del otro, crecer juntos, servirse mutuamente, perdonarse y olvidar las ofensas, contribuirán a un matrimonio satisfactorio para ambos cónyuges.
III. Puede revisar las características del amor cristiano en la sección 22. >>>>…
IV. Una mujer u hombre casados quedan liberados del compromiso matrimonial por el fallecimiento de alguno de los cónyuges. En ese sentido, son libres de volver a contraer nupcias siempre y cuando sea con una pareja creyente. Esto, para mantener sólidas y fluidas convicciones cristianas con el nuevo compañero(a). De lo contrario, el riesgo de deconstrucción y deformación moral del creyente es altísimo, además, de contrariar una orden directa de Dios. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?” (2. Corintios 6:14,15).
V. Pablo recomienda al cónyuge redimido del compromiso matrimonial permanecer así y poder servir a Dios con mayor libertad y holgura. Pero, deja a libre elección las nuevas nupcias. (CB. Warren W. Wiersbe 2019), (CB. W. MacDonald 2004), (CB Mundo hispano 2003).