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P4. Nadie se engañe a sí mismo I, si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo II es insensatez III para con Dios IV, pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos V, VI. (1. COR 3:18-20).

I. ENGAÑAR: Hacer creer a alguien que algo falso es verdadero (RAE). Hacer creer a alguien por medio de palabras, acciones, etc., lo que no es verdad (Oxford Languages). El engaño es una afirmación o acción deliberada que induce al error, oculta la verdad o promueve una creencia, concepto o idea que puede ser verosímil, pero que no es verdad. El engaño también se vale del disimulo, la distracción, ocultación, manipulación, lenguaje corporal falso, entre otros, para lograr sus propósitos que usualmente son beneficios personales de algún tipo. (Deception – Wikipedia).

♦ AUTOENGAÑARSE: Sustituir en la mente aspectos de la realidad por otros imaginarios (RAE). Hace referencia al proceso de mentirse a uno mismo. El autoengaño se consuma al momento que el individuo se convence a sí mismos de una realidad que es falsa. Ahora bien, esto puede darse de una manera consciente, es decir, con conocimiento e intencionalidad plena, pero, también podría darse por ignorancia o negligencia sin que la persona quede libre de responsabilidad. También se entiende como negarse a conocer, admitir o reconocer la verdad.

II. SABIDURÍA DE ESTE MUNDO: Alcanza todo el sistema levantado por la humanidad que estructura una sociedad de principios, valores, filosofías, tradiciones, costumbres, ideologías, formas de vida y demás, en expreso rechazo y rebeldía a Dios. También se entiende como una postura independentista de la humanidad caída frente a su Hacedor. Humanismo que persigue la ilusión de tener el dominio sobre la existencia, sin sujetarse al Creador. (CB. Simón J. Kistemaker 2001).

♦ DESEOS MUNDANOS: Anhelo personal de realización plena en y a través de las cosas que este mundo ofrece. Hambre de placeres, codicia por las riquezas, afán de protagonismo, ambición material, anhelo de poder, ansia de reconocimiento, apetencia por la fama o cualquier otra búsqueda desordenada que solo encuentra su satisfacción en la esfera terrenal (Mateo 6:25-34). Los que buscan satisfacer los deseos mundanos usualmente viven desde una perspectiva física, corruptible y finita, sometidos a los sentidos, persiguiendo las comodidades, procurando el lujo, y, siendo esclavos de todo tipo de ilusiones que muchas veces ni siquiera entienden (CB. W. MacDonald, 2004), (CENT. Ernesto Trenchard, 2013). Todas las personas en mayor o menor medida y de alguna manera, expresamos mayor confianza en cierta parte de la creación más que en el Creador. Es decir, en determinado aspecto y circunstancia consideramos esta dimensión material como el objeto de nuestra seguridad y máximo bienestar.

♦ MUNDANAL: Perteneciente o relativo al mundo como sociedad humana, con sus placeres y vanidades (RAE). De las cosas terrenas y materiales o relacionado con ellas, en oposición a lo celestial o espiritual (Oxford Languages).

III. INSENSATEZ: Necedad, falta de sentido o de razón (RAE). Falta de sensatez, buen juicio, prudencia, cautela y madurez en el actuar o hablar (Oxford Languages). El insensato actúa evadiendo la reflexión, la cordura, la moderación y la humildad. Esto lo coloca en una posición desde donde evidencia comportamientos inadecuados. Asimismo, dispensa opiniones con poco sentido del conocimiento, con testarudez desmedida y una actitud cargada de emociones no siempre saludables.

IV. El apóstol reta a los llamados “sabios” a reconocer su ignorancia y así poder descubrir la verdadera sabiduría que proviene del Dios eterno y omnisciente. Pero, ¿Cuál es el autoengaño que menciona Pablo?, el siguiente; “si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo”. Es la llamada sabiduría humana la que Pablo describe como autoengaño e insensatez para con Dios. El principal inconveniente para algunos corintios fue el culto a la sabiduría intelectual y persuasiva de la época. Estos valoraban a los diversos poetas, filósofos, sofistas, maestros y líderes por su corrección retórica, su verbo caudaloso, la sutileza de sus argumentos o elocuencia poderosa. Es decir, valoraban más la potencia y contundencia verbal que el contenido del mensaje. Esto resulta en orgullo intelectual vacío, sin sustancia ni provecho alguno en comparación con evangelio. En ese sentido, cuando escucharon a Pablo predicar las buenas nuevas de salvación en un tono sencillo y humilde, no debió haberles parecido nada impresionante y mucho menos verosímil. Sin embargo, Pablo no solo fue con palabras, sino con demostración de poder por medio del Santo Espíritu “y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1. Corintios 2:4).

V. VANO, VANA: Hueco, vacío y falto de solidez. Inútil, infructuoso o sin efecto. Falto de realidad, sustancia o entidad (RAE). Que está vacío, sin contenido (Oxford Languages). Vaciedad en cuanto a logros, objetivos, propósito o finalidad positiva. No alcanzar los resultados para lo que fue dispuesto o preparado. Que no es de utilidad ni produce buenos frutos.

VI. Así como en aquellos tiempos hoy tenemos muchas personas con altos conocimientos en diferentes áreas de la ciencia y la filosofía, lo cual es bueno en cierta medida. El problema está cuando dejan que todo ese conocimiento intelectual los llene de soberbia y autosuficiencia para no reconocer y glorificar a Dios, peor aún, su arrogancia los lleva a negar Su existencia, arrastrando a otros en sus hipótesis, suposiciones y conjeturas insensatas. Así también, La sabiduría del mundo se manifiesta en lo que el sistema anti teísta promueve como éxito, gozo, diversión o buena vida. Muchos buscan ser independientes del Creador, administrar sus asuntos, regular su comportamiento y pretender poseer el control de sus vidas sin tener en cuenta al autor de todo lo existente. Creen tener garantizado el día de mañana sin saber si el día de mañana les será otorgado por el Creador, en cuya mano esta la vida y destino de todo individuo. En conclusión, el consejo de Dios prevalece sobre la “sabiduría” de los hombres. Los Caminos del hombre solo conducirán al extravió y perdición (Proverbios 16:25). Solo hay un nombre dado a los hombres en que podamos ser salvo ¡Jesucristo el justo! (Hechos 4:11,12). Por otra parte, Un antiguo proverbio establecía: «El que no sabe, y no sabe que no sabe, es un necio; evítale. El que no sabe, y sabe que no sabe, es un sabio; enséñale.». ( W. Barclay, 2006) (CB. W. MacDonald, 2004) (CB. Simón J. Kistemaker 2001).

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