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P2. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento I, y otro edifica II encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica III, IV. (1. COR 3:10).

I. FUNDAMENTO, CIMIENTO: Principio y cimiento en que estriba y sobre el que se apoya un edificio u otra cosa. Raíz, principio y origen en que estriba y tiene su mayor fuerza algo no material (RAE). Principio u origen en que se asienta una cosa (Oxford Languages). Para el cristiano, Cristo es el fundamento sobre el cual se debe edificar la doctrina cristiana y la proclamación del evangelio. El fundamento, cimiento o base, es la parte más importante de una estructura a construir. Esta determinará el tamaño, forma y resistencia del edificio que será erigido. Un ministerio podría parecer exitoso durante algún periodo, sin embargo, si no está fundamentado sobre Cristo, terminará por agrietarse y derrumbarse con el tiempo. (CB. Warren W. Wiersbe, 2019).

II. EDIFICAR: Hacer o construir un edificio (RAE). Construir un edificio o cualquier otra obra cubierta para albergar personas. Fundar o establecer una entidad (Oxford Languages). El contexto bíblico hace referencia a la edificación de un templo o estructura espiritual. Para edificar una estructura física lo primero es colocar las bases sobre la que se edificará. De la misma manera para la edificación del cristianismo lo primero fue sentar las bases en Jesucristo.

III. SOBREEDIFICAR: Construir sobre otra edificación u otra fábrica (RAE). Edificar sobre o encima de alguna edificación. De la misma manera en que podemos sobreedificar físicamente sobre una estructura siguiendo las normas o códigos de construcción vigentes, también podemos sobreedificar espiritualmente con SANA DOCTRINA y prácticas adecuadas a este propósito.

IV. En contexto, los corintios estaban edificando sobre base humana, es decir, sobre Pablo, Cefas o Apolos, cuando debieron estar construyendo sobre el fundamento del evangelio de Jesucristo, y así, poder asegurar que la “estructura” se mantuviera sólida y fuerte en el tiempo. Actualmente hay congregaciones que edifican sobre la base de un predicador famoso, peor aún, aceptan sus palabras como doctrina sin siquiera verificar si lo que este pregona está de acuerdo con las enseñanzas bíblicas. En conclusión, edificar sobre alguna persona, institución, personaje conocido, nueva revelación, otros libros, palabras de hombres o ignorancia, solo puede tener un final dividido para consternación del pueblo de Dios. Jesucristo y Su oferta de salvación son el único fundamento donde se debiera sobreedificar. (CB. W. MacDonald 2004) (BDE. MacArthur 2015).

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