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P14. No apaguéis el Espíritu I – IV. No rechacen las profecías V. Examinadlo todo, retened lo bueno VI – IX .(1. TES 5:19,21).

I. APAGAR: Hacer que el fuego, la luz u otra cosa dejen de arder o de lucir. Hacer que algo pierda intensidad, fuerza o viveza. extinguir, sofocar, ahogar, mitigar (RAE). Hacer que cese o deje de haber fuego o luz, o hacer que una cosa deje de arder o producir luz (Oxford Languages).

II. ESPÍRITU SANTO: Es la tercera persona de la Santísima trinidad. Es una persona distinta al Padre o al Hijo, pero posee la misma substancia, naturaleza y esencia. Es Dios, con todos sus atributos, soberanía y divinidad. Por otro lado, cuando un individuo es regenerado y salvado, el Santo Espíritu hace morada permanente en el mismo (1. Corintios 3:16).

III. Un creyente contrista y apaga el Santo Espíritu cuando rehúsa rendirse totalmente a la voluntad, soberanía y legislación de Dios. Así también, se obstaculiza Su accionar cuando se le cierra las puertas o se le pone barreras a ciertos ámbitos o áreas de la vida. Se debe tener en cuenta que todo lo que se le niega al Santo Espíritu queda sin consagrar y dedicar a Dios. Por tanto, en ningún momento la santificación progresiva que procura el Santo Espíritu debe ser estorbada, entorpecida, obstruida o impedida. Es decir, se le debe otorgar plena libertad de actuación en la iglesia y en la vida de cada cristiano. Así también, el pecado sistemático, en cualquiera de sus presentaciones, colores y tamaños, entristece al Espíritu Santo de Dios, y, pone en duda razonable el sellamiento para el día de la redención del cristiano.

La mentira refleja una valorización baja de la dignidad del prójimo. El robo revela una actitud netamente materialista hacia los bienes de otros. La inmoralidad expone un concepto rebajado de uno mismo y de los demás. Entonces, ni la deshonestidad, ni la pereza, ni el robo, ni la inmoralidad, ni cualquier otro pecado son aceptables en la vida cristiana que ha sido marcada con la identidad de su nuevo dueño, Dios. (CB. Matthew Henry 1999).

IV.  Que un creyente genuino contribuya a contristar y apagar el Santo Espíritu no significa que el mismo dejará de tener morada en el cristiano, sino que, Su obra santificadora se verá disminuida, obstaculizada, boicoteada y perjudicada seriamente, lo cual, activará medidas correctivas por parte de Dios para el infractor (hebreos 12:6 – 8). La palabra de Dios instruye lo siguiente.

    • No contristar al Espíritu Santo de Dios (Efesios 4:30)
    • Andar por el Espíritu (Gálatas 5:16).
    • Ser llenos del Espíritu (Efesios 5:18)
    • Permitir que el Espíritu Santo nos guie (Gálatas 5:18)
    • Entre otros

V. El Espíritu Santo facilitó a la iglesia primitiva ciertos dones especiales. Entre estos estaban: la capacidad para realizar sanidades (obras milagrosas y sin paralelo alguno), hablar en lenguas (otros idiomas) y profetizar (palabra proveniente de Dios para los conversos). La iglesia en sus comienzos no poseía la Biblia completa (Antiguo y Nuevo Testamento). No contaba con la variedad de recursos literarios que tenemos a disposición en la actualidad. A la sazón, tenían que soportar el desdén, la mofa y la discriminación proveniente de diferentes sectores de la sociedad. En esa coyuntura, Dios proveyó, mientras fuera necesario, ayuda especial expresada en dones. Uno de estos dones era el de profecía. (CB. W. Hendriksen 2000).

VI. Fue por el don de profecía y a través de algunos creyentes que se entregaba el mensaje emanado de Dios. A saber, los profetas de la iglesia primitiva predicaban la verdad de manera directa, al ser inspirados y movidos por el Espíritu Santo. En ese contexto, se corría el riesgo que el mensaje fuera adulterado de alguna manera, que fuera falso o que no partiera de Dios. Entonces se creaban dos escenarios: 1) si la iglesia prohibía la manifestación del don de profecía podría ser causante de apagar el Espíritu 2) si creía todo, sin discriminar, podría ser responsable de seguir falsas enseñanzas o admitir falsos mensajes. Frente a este dilema la respuesta fue “Examinadlo todo, retened lo bueno”. El mecanismo proveído por Dios fue el don de discernimiento de espíritu (1. Corintios 12:10). (CB. W. Wiersbe, 2019).

VII. En nuestros días tenemos la revelación completa de la palabra de Dios y no hay la necesidad de profetas como en los comienzos de la iglesia. El ministerio profético actual consiste en predicar la palabra de Dios revelada en la biblia. Por lo tanto, el no escudriñar las escrituras de Dios sería equivalente a rechazo de las profecías de aquellos tiempos en Tesalónica. Por otro lado, sea que escuchemos prédicas, revisemos libros cristianos o veamos algún programa análogo, debemos examinarlo todo rigurosamente la luz de las escrituras y en oración. Retengamos solo lo bueno y no caigamos en los extremos de desechar todo o aceptar todo.

VIII. EXAMINAR: Inquirir, investigar, escudriñar con diligencia y cuidado algo. Reconocer la calidad de algo, viendo si contiene algún defecto o error (RAE). Observar atenta y cuidadosamente a alguien o algo para conocer sus características o cualidades, o su estado (Oxford Languages).

♦ DISCERNIR: Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas (RAE). Distinguir por medio del intelecto una cosa de otra o varias cosas entre ellas (Oxford Languages).

♦ DISCERNIMIENTO: Juicio por medio del cual percibimos y declaramos la diferencia que existe entre varias cosas de un mismo asunto o situación específica. Criterio o capacidad de distinguir los elementos que están implicados en una cuestión, cómo se relacionan entre sí, cómo se afectan los unos con los otros y cómo cada uno de ellos incide en el conjunto. Juicio que se basa en normas éticas, modelos de valores o conjunto de principios morales. https://es.wikipedia.org/wiki/Discernimiento. El cristiano desarrolla esta capacidad si consume diligentemente la palabra de Dios. Con esto, conformará de continuo su mente a los absolutos bíblicos y logrará un discernimiento optimo entre el bien y el mal (hebreos 5:14).

IX. RETENER: En contexto implica conservar lo que sea útil, provechoso, conveniente, favorable, apropiado y edificante. El creyente estará expuesto a mucho material de diferente índole y en diferentes campos como; el conocimiento científico, la cultura, los espectáculos, la tecnología, las relaciones interpersonales, el entretenimiento, las redes sociales y demás. Sin embargo, tendrá que examinarlo todo en base a los parámetros bíblicos para absorber lo que sea beneficioso y desechar lo negativo.

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