P13. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para ustedes para con vosotros en Cristo Jesús I, II (1. TES 5:18).
I. GRATITUD, AGRADECIMIENTO: Sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera (RAE). Sentimiento de estima y reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio, por el cual desea corresponderle (Oxford Languages). Valoración y estima por un bien recibido, ya sea espiritual o material. La gratitud se expresa en la voluntad de correspondencia a través de las palabras, de los hechos o los gestos. Asimismo, el agradecimiento pone de manifiesto otros principios afines como el reconocimiento del otro, la reciprocidad de dones, la fidelidad, la lealtad, la amistad y demás. Todo eso a su vez puede llevar a construir el amor en su sentido más amplio y holgado. La gratitud es sumamente importante para las relaciones humanas. Supone un continuo dar y recibir con el objetivo de alcanzar una sociedad cooperativa y solidaria entre los individuos que la conforman. De entre todas las personas del mundo, somos los cristianos los que más razones tenemos para ser y vivir agradecidos. Aunque, muchas veces pensemos en el agradecimiento como algo determinado por nuestras circunstancias inmediatas. Sin embargo, Pablo nos enseña que es una virtud a cultivar, esto es, somos responsables de ser agradecidos. Eventualmente la falta de agradecimiento no reside en que haya carencia de razones, sino en nuestros egoístas y presuntuosos corazones. (CB. W. MacDonald 2004), («Gratitud». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/gratitud/ Consultado: 25 de marzo de 2021, 5:15 pm.).
II. Seamos agradecidos en todo tiempo con el Señor, en los momentos que consideremos buenos, muy buenos y no tan buenos, con humildad y mansedumbre. Nuestras acciones de gracias, el mantenernos gozosos y la firmeza en la oración, no debieran fluctuar con nuestros estados de ánimo o condiciones particulares. Por el contrario, deben ser parte integral y perpetua en la vida cristiana. Cuando decidimos conscientemente obedecer a Dios, empezamos a ver las cosas desde una perspectiva muy diferente. Nos liberamos del peso de las circunstancias y los afanes, ya que renunciamos a tener el control y depositamos todo en Sus sabias manos. En consecuencia, descubrimos que no es tan difícil ser agradecidos, estar gozosos y en una permanente atmósfera de oración.