P9. También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos I, II, que alentéis a los de poco ánimo III – V, que sostengáis a los débiles VI, que seáis pacientes para con todos VII. (1. TES 5:14).
I. OCIOSO (ataktos): Indiferencia, descuido o negligencia deliberada en cuanto al cumplimiento de las obligaciones o responsabilidades. También tiene una connotación de insubordinación o desobediencia en torno a una instrucción, mandato, dictamen o pedido. También supone desocupación intencional, voluntaria, por ende, no producir rendimientos de manera activa. Además, tiene un sentido negativo, que puede acercarse a otros términos como ‘vago’ y ‘perezoso’. Los “ociosos” a los que Pablo se refiere son los señores mencionados en el capítulo cuatro de esta epístola. Los que rehusaban trabajar y andaban por allí en ociosidad histérica, propalando que la segunda venida de Cristo sucedería en cualquier momento. Son los mismos que se describen en 2. Tesalonicenses 3:6-12, que decidieron alegremente no trabajar, ser una carga para la iglesia y a la sazón, entrometerse en cosas ajenas, como se relata a continuación: (CB. W. MacDonald, 2004).
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- Cristianos que no tienen más ocupación que ocuparse en cosas ajenas.
- Cristianos poco comprometidos con su vida y si muy ocupados en la vida de los demás.
- Cristianos minimalistas en sus propias cosas, sin embargo, demasiado pendientes en las cosas de otros
- Cristianos involucrados en todo menos en lo suyo.
- Cristianos que rehúyen a las cosas útiles y abrazan con desbordante entusiasmo los chismes, las habladurías, la holgazanería, la baja productividad, la mediocridad deliberada en todo lo que hacen, etcétera, etcétera.
II. INDISCIPLINA: Es la incapacidad del individuo para ejercitar principios de orden, tenacidad y constancia razonables, ya sea en el campo laboral, la esfera personal, el área moral, entre otros. también se entiende como la insuficiencia para dominar los impulsos y adecuarse al conjunto de normas y preceptos necesarios para la armonía social de cualquier escenario. Asimismo, señala irregularidad en las tareas, ausencia de rigor, falta de orden, dificultad para concluir metas, desobediencia injustificada a la autoridad y subversión al orden establecido. Una persona que no acata las normas o las reglas sensatas suele ser fuente de conflicto para el ambiente en el que se relaciona, ya que, su inconducta impide el alcance de propósitos y objetivos comunes. La indisciplina puede estar asociada a factores personales y sociales como:
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- Problemas de concentración
- Fastidio, desgano, apatía
- Negligencia, descuido
- Contumacia voluntaria
- Falta de claridad en los objetivos
- Dificultad para establecer prioridades
- Desorden ambiental
- Prohibiciones no justificadas o mal explicadas
- Reglas o normas absurdas o poco juiciosas
- Ausencia de participación
- Poca estimulación o refuerzo positivo
- Problemas familiares, personales
- «Normalización» de la indisciplina en el ambiente cultural
- Etcétera
(«Indisciplina». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/indisciplina/ Consultado: 14 de septiembre de 2020, 04:35 pm.).
III. ALENTAR: Animar, infundir aliento o esfuerzo, dar vigor a alguien o algo (RAE). Infundir ánimo o energía a una persona para que prosiga en una lucha o tarea. Intensificar o estimular una cosa, especialmente un sentimiento, una actitud o una actividad (Oxford Languages). Confortar, consolar, animar, exhortar, prodigar fortaleza moral, según sea el caso y el escenario circundante.
IV. ÁNIMO: Fortaleza, vigor, energía moral (RAE). Fortaleza espiritual.
En la iglesia de Tesalónica había creyentes afligidos por diferentes circunstancias, tribulaciones, persecución o la muerte de algún familiar o hermano en la fe (4:13-18). Esta inestabilidad se reflejaba en una fuerte ansiedad respecto de la segunda venida del Señor. Es decir, muchos cristianos llegaron a creer que este acontecimiento posiblemente ya había sucedido, y, que ellos por alguna razón, fueron dejados atrás, de ahí su temor y tristeza. Pablo responde contundentemente que la segunda venida está aún por suceder, por tanto, los exhorta a consolarse, alentarse y sostenerse mutuamente.
V. DESÁNIMO, DESALIENTO: Se caracteriza por un sentimiento que merma las facultades mentales, espirituales y físicas. La mente sufre un bloqueo, una obstrucción que dificulta anímicamente el seguir luchando y esforzándose para continuar. Todos en algún escenario o momento hemos experimentado el desánimo, dado que, es una experiencia ineludible de la existencia humana. Sin embargo, es muy peligroso cuando nos hacemos poseedores habituales de este sentimiento. El desaliento es una de las estrategias más peligrosas del adversario. No olvide que, ¡el «diablo” anda como león rugiente buscando a quien devorar! (1. Pedro 5:8). Veamos algunas causas:
a. Afán, ansiedad: Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo (RAE). Estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad (Oxford Languages). El afán o la ansiedad es un aspecto del estado emocional que se traduce en una fuerte actividad del sistema nervioso periférico. Esta condición está ampliamente relacionada con el sentido de supervivencia, tal como lo están el miedo, la ira, la preocupación, la tristeza o la felicidad. Por lo cual, sentir ansiedad de modo ocasional podría considerarse como una inevitabilidad. Sin embargo, se torna en disfuncional cuando a menudo se sufren fuertes episodios de ansiedad, experimentando miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias de la vida. Esta situación de estrés puede conllevar desequilibrios emocionales y la percepción de no poder enfrentar los problemas cotidianos. De igual manera, la ansiedad se da por la incertidumbre del ser humano respecto al futuro y lo que este le pueda deparar. Así como, el miedo y rechazo a los cambios que el venidero pueda exigir. El vivir enfocado solo en el futuro puede propiciar el terreno para esta patología.
En relación a esto se recomienda un reordenamiento de los pensamientos para mantener a la persona viviendo en el presente, en el día a día y no tanto en el futuro (Mateo 6:31-34), (Lucas 12:22), (Filipenses 4:6).
b. La sensación de no poder agradar al Creador: Consecuencia lamentable de la fe basada en obras. El creer que podemos ganar el favor del Señor con nuestras buenas acciones solo terminará en estrés y desaliento continuo. El amor de nuestro Padre celestial depende de su gracia exclusivamente, no de nuestras obras. “Pues por el amor de Dios ustedes han sido salvados, por medio de la fe. No es por algo que uno hace, de modo que nadie puede sentirse orgulloso. Porque Dios nos hizo, nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, según Él ha dispuesto de antemano” (Efesios 2:8-10 – NT. Dios llega al hombre). https://twitter.com/fundmanosdedios/status/1253605476958429185
c. Un área de debilidad: Eventualmente puede que estemos arrastrando alguna debilidad por algún tiempo, ya sea un pecado recurrente o algo en nuestra vida que sabemos es desagradable al Señor. El no poder sobrepasar esa debilidad podría causar un desaliento permanente. Frente a esto, debemos entender que no podremos cambiar las flaquezas de manera unilateral. Es solo en las fuerzas del Señor Dios que podemos trabajar y vencer las debilidades. Pablo dijo: ‘’Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, e persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte’’ (2. Corintios 12:8 -10).
d. El Fracaso: Resultado adverso de una empresa o negocio (RAE). Resultado adverso en una cosa que se esperaba sucediese bien. Se entiende por fracaso como una situación o circunstancia adversa, no esperada o no deseada. Suceso adverso e inesperado (Oxford Languages). Este escenario tiene el potencial de llevarnos en aceleración constante al desánimo, y, en algunos casos podría inhibirnos de volver a intentar o emprender algo. El fracaso es una inevitabilidad de la vida, sin embargo, permite crecer y encontrar nuevas maneras de enfrentar las dificultades, invita a ser más flexibles, creativos y redefinir los objetivos o metas. En el contexto cristiano, lo que consideremos fracasos pueden implicar las experiencias necesarias para seguir creciendo espiritualmente. Estas contrariedades servirán para fortalecer nuestra confianza en Dios y entender que los problemas pierden tamaño cuando tenemos la convicción de que El Creador siempre tiene el control. «Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano» (Sal 37:23,24)
e. Hay otras causas como:
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- Enfermedades
- Enemistades
- Agotamiento, cansancio
- Desilusiones con la visión de la iglesia local
- Desencantos legítimos con los oficiales de la congregación
- Chismes, descalificaciones, murmuraciones, etcétera
- Falta de oportunidad para desarrollarse en la iglesia
- Etcétera
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VI. DEBILIDAD: Falta de vigor, fuerza o energía. Carencia de energía o vigor en las cualidades o resoluciones del ánimo (RAE). Agotamiento, extenuación, flaqueza o desfallecimiento de la voluntad. Esto revela un ser humano sin fuerzas, vulnerable, subyugado o sin energía.
El contexto señala un decaimiento espiritual del individuo, lo cual puede expresarse como debilidad moral, debilidad de carácter o debilidad en la fe. En estas situaciones lo principal es dispensar el soporte adecuado a quienes manifiesten estos síntomas. Ahora bien, dado el caso también se podría considerar la debilidad financiera y la debilidad física. Sin embargo, la mención central es para aquellos que carecen de fuerzas para vencer las tentaciones y necesitan ayuda extra para enfrentar el pecado con valor e ímpetu. (CB. W. MacDonald, 2004).
VII. PACIENCIA, LONGANIMIDAD: Grandeza y constancia de ánimo en las adversidades (RAE). Se refiere a la firmeza, la paciencia y la fortaleza de carácter ante las situaciones adversas de la vida. La persona que ejercita esta virtud es capaz de soportar con aguante y constancia los sufrimientos, dificultades, las provocaciones o ingratitudes sin flaquear en su ánimo. También hace referencia a la bondad, la generosidad, la solidaridad y tolerancia con el prójimo, especialmente cuando este afronta infortunios, desgracias, desventuras o ha cometido alguna falta gratuita en desfavor nuestro. La longanimidad vincula la fe en el Señor Dios y sus designios, la confianza en que, pese a los momentos difíciles, a las amarguras, las injusticias, y, a las propias flaquezas intrínsecas humanas, debemos persistir, ser ecuánimes y esperar en Dios. Es importante mencionar que la clave para ministrar eficazmente es la sensibilidad. Captar la condición de cada persona y ofrecer los recursos apropiados para cada situación. No se puede dispensar ayuda efectiva hasta que no se conozca el problema en su origen y magnitud real. (CB. W. MacDonald, 2004).