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Tabla de contenidos

♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Manda a los hijos de Israel que te traigan para el alumbrado aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lámparas continuamente. Fuera del velo del testimonio, en el tabernáculo de reunión, las dispondrá Aarón desde la tarde hasta la mañana delante de Jehová; es estatuto perpetuo por vuestras generaciones. Sobre el candelero limpio pondrá siempre en orden las lámparas delante de Jehová. (Levítico24:1-4)

♦ Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová. Cada día de reposo lo pondrá continua mente en orden delante de Jehová, en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo. (Levítico24:5-9)

♦ Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre 25 ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. (Números 6:22-27)


Los rituales de adoración, sacrificios, ofrendas, etcétera se llevan a cabo por los sacerdotes. Ya que estas actividades estaban dirigidas a un Dios Santo, los sacerdotes debían ser santos.

♦ Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en sus pueblos. Mas por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano, o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por ella se contaminará. No se contaminará como cualquier hombre de su pueblo, haciéndose inmundo. (Levítico21:1-4)

♦ No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños. Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos. (Levítico21:5, 6)

♦ Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios. Le santificarás, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo Jehová que os santifico. (Levítico21:7, 8)

♦ la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al fuego. (Levítico21:9)

♦ Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos, ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará. Ni saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios; porque la consagración por el aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jehová. Tomará por esposa a una mujer virgen. No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer, para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo Jehová soy el que los santifico. (Levítico21:10-15)

♦ Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios. Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, o varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano, o jorobado, o enano, o que tenga nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. Ningún varón de la descendencia del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios. Del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas, podrá comer. Pero no se acercará tras el velo, ni se acercará al altar, por cuanto hay defecto en él; para que no profane mi santuario, porque yo Jehová soy el que los santifico. Y Moisés habló esto a Aarón, y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel. (Levítico21:16-24)

♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas santas que los hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová. Diles: Todo varón de toda vuestra descendencia en vuestras generaciones, que se acercare a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Jehová, teniendo inmundicia sobre sí, será cortado de mi presencia. Yo Jehová. Cualquier varón de la descendencia de Aarón que fuere leproso, o padeciere flujo, no comerá de las cosas sagradas hasta que esté limpio. El que tocare cualquiera cosa de cadáveres, o el varón que hubiere tenido derramamiento de semen, o el varón que hubiere tocado cualquier reptil por el cual será inmundo, u hombre por el cual venga a ser inmundo, conforme a cualquiera inmundicia suya; la persona que lo tocare será inmunda hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo con agua. Cuando el sol se pusiere, será limpio; y después podrá comer las cosas sagradas, porque su alimento es. Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová. Guarden, pues, mi ordenanza, para que no lleven pecado por ello, no sea que así mueran cuando la profanen. Yo Jehová que los santifico. (Levítico22:1-9)

♦ Ningún extraño comerá cosa sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán cosa sagrada. Mas cuando el sacerdote comprare algún esclavo por dinero, éste podrá comer de ella, así como también el nacido en su casa podrá comer de su alimento. La hija del sacerdote, si se casare con varón extraño, no comerá de la ofrenda de las cosas sagradas. Pero si la hija del sacerdote fuere viuda o repudiada, y no tuviere prole y se hubiere vuelto a la casa de su padre, como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún extraño coma de él. Y el que por yerro comiere cosa sagrada, añadirá a ella una quinta parte, y la dará al sacerdote con la cosa sagrada. No profanarán, pues, las cosas santas de los hijos de Israel, las cuales apartan para Jehová; pues les harían llevar la iniquidad del pecado, comiendo las cosas santas de ellos; porque yo Jehová soy el que los santifico. (Levítico22:10-16)


Así como Dios instituyó un día de reposo para el descanso, gratitud y adoración, también ordenó cada 6 años un año sabático, el cual estaba destinado al descanso para la tierra.

♦ Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra. Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; y a tu animal, y a la bestia que hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer. (Levítico21:1-7)

♦ Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha; mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar. (Éxodo 23:10, 11)


Cada cincuenta (50) años deberá haber un jubileo especial que durará un (1) año. Este comenzará el día de la expiación con sonido solemne de las trompetas. Será un año sagrado como los años sabáticos cuando la tierra descansa (no se cultiva). Además, en el año del jubileo resuena fuertemente el concepto de redención, es decir, se devuelven las herencias, se libera a los esclavos y, las propiedades antes vendidas pueden recuperarse comprándolas o también es devuelta automáticamente según corresponda. Es tanto una disposición humanitaria como un preludio a la redención espiritual que vendría con el Mesías.

En la Biblia el Creador busca que los seres humanos sean libres y desaparezca todo tipo de esclavitud. En el año del jubileo, después de cuarenta y nueve años de espera, la persona y su familia podrían recuperar sus posesiones perdidas. Era un grito de esperanza para la desesperanza. La tierra y todo lo que en ella hay es del SEÑOR porque él la creó. Lo que pueda producir o fructificar también es del SEÑOR porque los milagros del suelo, la producción de las semillas y toda la dinámica que vemos en la naturaleza es producida por nuestro Dios. El pueblo de Israel sabía que la tierra prometida fue distribuida entre ellos para que administraran con sabiduría las riquezas y el territorio que él les regaló. En la visión integral de la Biblia también se contempla la mayordomía de la tierra como parte de nuestro servicio espiritual. Una de las razones más importantes para la existencia del jubileo y las leyes del descanso de la tierra es para que haya solidaridad social y sanidad ecológica. En los años anteriores al jubileo debían tener cuidado de no estafar a los compradores de la tierra y debían compartir con los menos afortunados. Como lo expresa la Palabra, no se vendía la tierra, sino que se vendían cosechas y el precio variaba de acuerdo con la cantidad que se podría obtener del terreno hasta que llegara el año del jubileo. ¿Está usted en una condición social y económica que le permite dedicar un tiempo al crecimiento espiritual retirándose de la vorágine materialista? Si puede tomarse un año sabático será un privilegiado por el Señor, si no lo hace es porque estará atrapado en la carrera materialista de este mundo. ¿Comparte las bendiciones que el SEÑOR le ha permitido recibir? (El año del jubileo (Año Sabático) – BDE Mundo Hispano, 2012).

♦ Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. (Levítico25:8-10)

♦ El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis. (Levítico25:11, 12)

♦ En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión. Y cuando vendiereis algo a vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe ninguno a su hermano. Conforme al número de los años después del jubileo comprarás de tu prójimo; conforme al número de los años de los frutos te venderá él a ti. Cuanto mayor fuere el número de los años, aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuirás el precio; porque según el número de las cosechas te venderá él. Y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro Dios; porque yo soy Jehová vuestro Dios. (Levítico25:13-17)

♦ Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad. Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años. Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo. (Levítico25:18-22)

♦ La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo. Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra. (Levítico25:23, 24)

♦ Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido. Y cuando el hombre no tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate, entonces contará los años desde que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión. Mas si no consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión. (Levítico25:25-28)

♦ El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir. Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo. Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor serán estimadas como los terrenos del campo; podrán ser rescatadas, y saldrán en el jubileo. (Levítico25:29-31)

♦ Pero en cuanto a las ciudades de los levitas, éstos podrán rescatar en cualquier tiempo las casas en las ciudades de su posesión. Y el que comprare de los levitas saldrá de la casa vendida, o de la ciudad de su posesión, en el jubileo, por cuanto las casas de las ciudades de los levitas son la posesión de ellos entre los hijos de Israel. Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión de ellos. (Levítico25:32-34)

♦ Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo. Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá. Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión de sus padres se restituirá. Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos. No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios. (Levítico25:39-43)

♦ Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará. Hará la cuenta con el que lo compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al tiempo de un criado asalariado. Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su rescate, del dinero por el cual se vendió. Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo, entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años. Como con el tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos. Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él. Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios. (Levítico25:47-55)


Instrucciones que tenían la finalidad de mantener adecuados niveles de salud, una conducta personal apropiada y promover el concepto de santidad en el pueblo hebreo. La ley de moisés remarca diferentes tipos de impurezas, las misma que estaban relacionadas con las enfermedades, las secreciones corporales, los flujos, el parto, la dieta y el contacto con los muertos. Las reglamentaciones que pertenecen a la purificación ceremonial de la impureza se enumerarán aquí, sin embargo, otras reglas afines se presentarán en otras secciones de este material.

Se requiere que cada mujer se purifique después del parto. Cuando enfocamos los temas de género debemos tener cuidado de no entramparnos en el choque de culturas, costumbres y sensibilidades. El hecho concreto es que las Escrituras dicen que la recuperación del parto requiere el doble de tiempo, ochenta días, si el bebé es mujer y cuarenta días si es varón. ¿Por qué es esta cuestión? ¿Es el embarazo de una mujer más costoso para el organismo de la madre que si hubiera concebido un varón? Algunos expertos en la actualidad dicen que no hay razón para tal postura porque no hay diferencia entre la concepción de un varón o de una mujer. Sin embargo, el avance científico de nuestros tiempos ocasiona que toda mujer embarazada reciba medicamentos, suplementos alimenticios y otros procedimientos médicos que atenuarían la diferencia que sería más evidente en la antigüedad. Otros expertos dicen que la mujer tarda más en recuperarse de un embarazo femenino que de uno masculino y, por lo tanto, el tiempo de recuperación podría ser mayor. No sabemos con certeza si es así; existen posiciones encontradas. Desde otro punto de vista, en la época que se escribió Levítico se valoraba socialmente más a una mujer que concibiera y diera a luz a un varón que a una niña. ¿Quedaba más impura por dar a la sociedad una mujer en vez de un varón y por eso necesitaba más tiempo de recuperación? La idea sería que como era valorada por dar a luz un varón se le daban más días de descanso cuando tenía una niña para compensarla por las penurias sociales que la acompañaban. ¿Ochenta días son suficientes para que la gente ya hubiera olvidado el suceso y estuviera ocupada en otros asuntos? En nuestro contexto la valoración de los sexos es cada vez más igualitaria y no deberíamos pensar que las Escrituras nos dan pie para exacerbar diferencias. En Génesis 1:27 se afirma que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, como varón y mujer. No tenemos todos los datos de cómo haya sido la vida y las condiciones higiénicas y sociales en el tiempo de los israelitas en el desierto, pero seguramente como dice el Nuevo Testamento: “no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gálatas. 3:28). (Recuperación después del parto. (Purificación de la mujer – BDE Mundo Hispano, 2012).

♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. Y al octavo día se circuncidará al niño. Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación. Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre. (Levítico12:1-5)

♦ Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote; y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Ésta es la ley para la que diere a luz hijo o hija. Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia. (Levítico12:6-8)

El termino lepra se usa para referirse a una variada forma de enfermedades de la piel o defectos en las personas, sus vestimentas y sus casas. La palabra tsaraath que traducida es lepra, tiene significados polivalentes ya que designa a toda afección cutánea parecida a la lepra, las llagas, las úlceras de la piel, la caída del cabello, determinadas manchas en las ropas de lana, lino u objetos de cuero, también algunas manchas en las paredes, además de la lepra verdadera. La lepra producía muchos inconvenientes a las personas que la contraían; no había cura en ese tiempo. Las personas eran segregadas de la sociedad y aisladas para que no afectaran a otras personas. Vestían harapos y debían tocar un cencerro o campana para avisar que estaban en las proximidades y así la gente no se acercaba. Cuando una persona contraía esta enfermedad terminaba su existencia normal y pasaba a ser un excluido de la sociedad. Debido al poco avance de la ciencia en la época en que se escribió el Pentateuco, muchas enfermedades curables en ese momento eran confundidas con la lepra; inclusive muchas personas que padecían psoriasis o manifestaciones cutáneas pasajeras, como alergias y cosas por el estilo, debían pasar por todo el proceso de diagnóstico y luego por todo el momento de ser reincorporadas a la sociedad. Pensemos en una persona que injustamente era declarada leprosa e inmediatamente se la segregaba de la sociedad. No podía continuar con su vida normal, perdía su trabajo, su familia y sobre todo su dignidad. Afortunadamente, en la Biblia se enseñan procedimientos para que se pudieran diagnosticar los casos en que el padecimiento no era lepra y luego todos los pasos necesarios para reintegrar a la persona a la sociedad. En nuestro tiempo del siglo veintiuno, el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) produce en la sociedad el mismo escozor que la lepra en la antigüedad. ¿Cuál debe ser nuestra actitud y acción frente a los segregados de la sociedad por poseer una enfermedad infectocontagiosa verdadera? ¿Cuál debe ser nuestra postura ante personas que padecen algunas enfermedades que, sin ser contagiosas, producen segregación social a causa de los prejuicios? ¿Son importantes desde el punto de vista espiritual todos los ministerios que intentan dignificar y rehabilitar a aquellos que están padeciendo estas enfermedades? El diagnóstico y el tratamiento específicos se encuentran reglamentados en la sección que se ocupa de la salud. Aquí presentaremos los diferentes medios de purificación ceremonial. (La lepra – BDE Mundo Hispano, 2012).

♦ Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Ésta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al sacerdote, y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso, el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes. Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes; y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. Y el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días. Y el séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio. (Levítico14:1-9)

♦ El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite. Y el sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con aquellas cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión; y tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová. Y degollará el cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado, así también la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy sagrada. Y el sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. Asimismo, el sacerdote tomará del log de aceite, y lo echará sobre la palma de su mano izquierda, y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante de Jehová. Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa. Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de Jehová. Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado, y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia; y después degollará el holocausto, y hará subir el sacerdote el holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él, y será limpio. (Levítico14:10-20)

♦ Mas si fuere pobre, y no tuviere para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite, y dos tórtolas o dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto. Al octavo día de su purificación traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová. Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el log de aceite, y los mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de Jehová. Luego degollará el cordero de la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. Y el sacerdote echará del aceite sobre la palma de su mano izquierda; y con su dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante de Jehová. También el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la culpa. Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo delante de Jehová. Asimismo, ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según pueda. Uno en sacrificio de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová. Ésta es la ley para el que hubiere tenido plaga de lepra, y no tuviere más para su purificación. (Levítico14:21-32)

Los flujos y las secreciones corporales son tenidas como una forma de inmundicia, aun cuando estas sean involuntarias. Las mismas pueden o no tener conexión directa con la impureza moral, con todo, muchas enfermedades son consecuencias derivadas del pecado. Ahora bien, ya que los flujos y las secreciones son percibidas como impurezas, por consiguiente, surge la necesidad de purificación, tanto para el cuerpo como para el alma. Aquí trataremos los métodos de limpieza ceremonial que requieren la actuación de un sacerdote. La reglamentación específica respecto a diversas secreciones se encuentra en la sección de salud.

♦ Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio. Y el octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote; y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y el sacerdote le purificará de su flujo delante de Jehová. (Levítico15:13-15)

♦ Y cuando fuere libre de su flujo, contará siete días, y después será limpia. Y el octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión; y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote delante de Jehová del flujo de su impureza. (Levítico15:28-30)

La muerte tiene relación directa con el pecado, por ende, la reglamentación correspondiente a su inmundicia y los sacrificios de purificación cuando se ha tenido contacto con personas fallecidas. La interacción física con un cadáver tiene gran relevancia para un Dios cuya esencia natural es la vida y no tiene ninguna relación intrínseca con la muerte. No se debe permitir que la adoración al ser que da vida a todos los vivientes sea mancillada por la muerte.

♦ El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. Al tercer día se purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día. Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será cortada de Israel; por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será sobre él. (Números 19:11-13)

♦ Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová. En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán. (Números 9:10-12)

♦ Ésta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera que entre en la tienda, y todo el que esté en ella, será inmundo siete días. Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda; y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo. Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en un recipiente; y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro. Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche. (Números 19:14-19)

♦ Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo. Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la noche. Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo tocare será inmunda hasta la noche. (Números 19:20-22)

♦ Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Ésta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia. Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella siete veces; y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol, hará quemar. Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata, y lo echará en medio del fuego en que arde la vaca. El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote hasta la noche. Asimismo, el que la quemó lavará sus vestidos en agua, también lavará en agua su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación. Y el que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; y será estatuto perpetuo para los hijos de Israel, y para el extranjero que mora entre ellos. (Números 19:1-10)


El pueblo escogido de Israel no solo debiera mantenerse puro a nivel personal sino también a nivel congregacional. En ese sentido el Creador instruyo que determinadas personas estuvieran excluidas de la congregación espiritual. Con todo, se les permitía gozar del pacto y observar las fiestas y días de reposo de manera en adoración personal. Entre los excluidos tenemos a los hombres con testículos magullados o el miembro viril amputado (quizá por seguir determinadas prácticas paganas), los hijos bastardos o de relaciones prohibidas como la prostitución, el incesto, entre otros.

♦ No entrará en la congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril. (Deuteronomio 23:1)

♦ No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni hasta la décima generación no entrarán en la congregación de Jehová. (Deuteronomio 23:2)

♦ No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre, por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte. Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba. No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre. (Deuteronomio 23:3-6)

♦ No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra. Los hijos que nacieren de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová. (Deuteronomio 23:7, 8)


Los sacerdotes eran apartados por herencia (los descendientes de la tribu de Leví), los profetas eran elegidos directamente por Dios. Sin embargo, hubo personas apartadas positivamente con la finalidad de trabajar por el bien de la congregación y, en el proceso, enriquecerse espiritualmente. Estas personas se abstenían por un tiempo determinado de ciertos placeres terrenales, así también, se humillaban a sí mismos con privaciones o sirviendo a los demás. Ahora, esta práctica era reconocida y regulada formalmente por la ley de moisés. Este voto implica literalmente ser apartado para servir a Dios y fue practicado por al menos tres importantes figuras históricas.

♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas. Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá. (Números 6:1-4)

Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello. (Números 6:5)

♦ Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará a persona muerta. Ni aun por su padre ni por su madre, ni por su hermano ni por su hermana, podrá contaminarse cuando mueran; porque la consagración de su Dios tiene sobre su cabeza. Todo el tiempo de su nazareato, será santo para Jehová. (Números 6:6-8)

♦ Si alguno muriere súbitamente junto a él, su cabeza consagrada será contaminada; por tanto, el día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá. Y el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y el sacerdote ofrecerá el uno en expiación, y el otro en holocausto; y hará expiación de lo que pecó a causa del muerto, y santificará su cabeza en aquel día. Y consagrará para Jehová los días de su nazareato, y traerá un cordero de un año en expiación por la culpa; y los días primeros serán anulados, por cuanto fue contaminado su nazareato. (Números 6:9-12)

♦ Ésta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo de reunión, y ofrecerá su ofrenda a Jehová, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto por ofrenda de paz. Además, un canastillo de tortas sin levadura, de flor de harina amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y su ofrenda y sus libaciones. Y el sacerdote lo ofrecerá delante de Jehová, y hará su expiación y su holocausto; y ofrecerá el carnero en ofrenda de paz a Jehová, con el canastillo de los panes sin levadura; ofrecerá asimismo el sacerdote su ofrenda y sus libaciones. Entonces el nazareo raerá a la puerta del tabernáculo de reunión su cabeza consagrada, y tomará los cabellos de su cabeza consagrada y los pondrá sobre el fuego que está debajo de la ofrenda de paz. Después tomará el sacerdote la espaldilla cocida del carnero, una torta sin levadura del canastillo, y una hojaldre sin levadura, y las pondrá sobre las manos del nazareo, después que fuere raída su cabeza consagrada; y el sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante de Jehová, lo cual será cosa santa del sacerdote, además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después el nazareo podrá beber vino. Ésta es la ley del nazareo que hiciere voto de su ofrenda a Jehová por su nazareato, además de lo que sus recursos le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, conforme a la ley de su nazareato. (Números 6:13-21)


Según como disponga en su corazón alguien podía dedicar sus posesiones para la obra del Señor, es decir, ayudar a suplir las necesidades financieras del tabernáculo. Esto se llevaba a cabo mediante un acto de redención. El proceso consistía en dedicar al Creador alguna propiedad, cosas, animales o personas, luego, esta ofrenda era valoraba en una suma de dinero, finalmente el dinero era entregado como una donación por parte del oferente.

♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno hiciere especial voto a Jehová, según la estimación de las personas que se hayan de redimir, lo estimarás así: En cuanto al varón de veinte años hasta sesenta, lo estimarás en cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario. Y si fuere mujer, la estimarás en treinta siclos. Y si fuere de cinco años hasta veinte, al varón lo estimarás en veinte siclos, y a la mujer en diez siclos. Y si fuere de un mes hasta cinco años, entonces estimarás al varón en cinco siclos de plata, y a la mujer en tres siclos de plata. Mas si fuere de sesenta años o más, al varón lo estimarás en quince siclos, y a la mujer en diez siclos. Pero si fuere muy pobre para pagar tu estimación, entonces será llevado ante el sacerdote, quien fijará el precio; conforme a la posibilidad del que hizo el voto, le fijará precio el sacerdote. (Levítico27:1-8)

♦ Y si fuere animal de los que se ofrece ofrenda a Jehová, todo lo que de los tales se diere a Jehová será santo. No será cambiado ni trocado, bueno por malo, ni malo por bueno; y si se permutare un animal por otro, él y el dado en cambio de él serán sagrados. Si fuere algún animal inmundo, de que no se ofrece ofrenda a Jehová, entonces el animal será puesto delante del sacerdote, y el sacerdote lo valorará, sea bueno o sea malo; conforme a la estimación del sacerdote, así será. Y si lo quisiere rescatar, añadirá sobre tu valuación la quinta parte. (Levítico27:9-13)

♦ Cuando alguno dedicare su casa consagrándola a Jehová, la valorará el sacerdote, sea buena o sea mala; según la valorare el sacerdote, así quedará. Mas si el que dedicó su casa deseare rescatarla, añadirá a tu valuación la quinta parte del valor de ella, y será suya. (Levítico27:14-15)

♦ Si alguno dedicare de la tierra de su posesión a Jehová, tu estimación será conforme a su siembra; un homer de siembra de cebada se valorará en cincuenta siclos de plata. Y si dedicare su tierra desde el año del jubileo, conforme a tu estimación quedará. Mas si después del jubileo dedicare su tierra, entonces el sacerdote hará la cuenta del dinero conforme a los años que quedaren hasta el año del jubileo, y se rebajará de tu estimación. Y si el que dedicó la tierra quisiere redimirla, añadirá a tu estimación la quinta parte del precio de ella, y se le quedará para él. Mas si él no rescatare la tierra, y la tierra se vendiere a otro, no la rescatará más; sino que cuando saliere en el jubileo, la tierra será santa para Jehová, como tierra consagrada; la posesión de ella será del sacerdote. Y si dedicare alguno a Jehová la tierra que él compró, que no era de la tierra de su herencia, entonces el sacerdote calculará con él la suma de tu estimación hasta el año del jubileo, y aquel día dará tu precio señalado, cosa consagrada a Jehová. En el año del jubileo, volverá la tierra a aquél de quien él la compró, cuya es la herencia de la tierra. Y todo lo que valorares será conforme al siclo del santuario; el siclo tiene veinte geras. (Levítico27:16-25)

♦ Pero el primogénito de los animales, que por la primogenitura es de Jehová, nadie lo dedicará; sea buey u oveja, de Jehová es. Mas si fuere de los animales inmundos, lo rescatarán conforme a tu estimación, y añadirán sobre ella la quinta parte de su precio; y si no lo rescataren, se venderá conforme a tu estimación. (Levítico27:26, 27)

♦ Pero no se venderá ni se rescatará ninguna cosa consagrada, que alguno hubiere dedicado a Jehová; de todo lo que tuviere, de hombres y animales, y de las tierras de su posesión, todo lo consagrado será cosa santísima para Jehová. Ninguna persona separada como anatema podrá ser rescatada; indefectiblemente ha de ser muerta. (Levítico27:28, 29)

♦ Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová. No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados. Éstos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí. (Levítico27:30-34)

♦ Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti. Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca. (Deuteronomio: 23:21-23)

♦  Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado. Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca. Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud; si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó su alma, y su padre callare a ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó. Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma; si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será. Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará. Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme. Y si hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su alma con obligación de juramento, si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. Mas si su marido los anuló el día que los oyó, todo lo que salió de sus labios en cuanto a sus votos, y en cuanto a la obligación de su alma, será nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará. Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará. Pero si su marido callare a ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella; los confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó. Mas si los anulare después de haberlos oído, entonces él llevará el pecado de ella. Éstas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el varón y su mujer, y entre el padre y su hija durante su juventud en casa de su padre. (Números 30:1-16)


Los Israelitas tenían que ser santos, puros y estar apartados de todas las practicas paganas de las naciones que los rodeaban. En ese sentido y, para imprimir la idea de separación se les prohíbe ciertas combinaciones.

♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. (Levítico19:1, 2)

♦ No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña. (Deuteronomio 22:9)

♦ No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos. (Levítico19:19b)

♦ No ararás con buey y con asno juntamente. (Levítico22:10)

♦ No vestirás ropa de lana y lino juntamente. (Levítico22:11)

♦ Y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos. (Levítico19:19c)

♦ Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie. (Levítico19: 19a)

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