P10. El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye I. (GAL 6:6).
I. La iglesia de aquel tiempo era una institución funcionalmente solidaria. A saber, era impensable para un cristiano genuino tener demasiado mientras otros sufrían necesidad o no tenían ni lo suficiente para la manutención básica. En ese sentir, Pablo anima a los creyentes a ser voluntariamente dadivosos con aquellos que dedican su tiempo a instruir correctamente en la SANA DOCTRINA y que pudieran tener carencia material de algún tipo. Todo esto, con el criterio correspondiente, según sea el caso, con arreglo a la necesidad que se presente y con el orden adecuado. Nada debe hacerse por obligación de ninguna de las partes y mucho menos pretender abusar de la generosidad de los hermanos. Es penoso que algunos “creyentes” utilicen la palabra de Dios para evitar trabajar y ganarse la vida como Dios manda, así como, es triste ver a creyentes en abundancia que miran para otro lado frente a las carencias de sus hermanos. No olvidemos siempre pedir dirección y equilibrio al Espíritu Santo en este asunto. (CB. W. Barclay, 2006).