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- I. LEYES RELIGIOSAS Y CEREMONIALES
- 1. LEYES EN CONTRA DE LA IDOLATRÍA Y EL PAGANISMO
- 1.1 Sacrificios a otros dioses
- 1.2 Referencia a otros dioses
- 1.3 Hacer dioses de metal fundido
- 1.4 Hacer otras imágenes
- 1.5 Pilares de madera
- 1.6 Los niños dados a moloc
- 1.7 Separación de los paganos
- 1.8 Prácticas durante el duelo
- 1.9 Evitar la seducción
- 1.10 Defensores de la idolatría
- 1.11 Ciudades idólatras
- 1.12 Castigo por la idolatría
- 1.13 Un único lugar para adorar
- 2. LEYES CONTRA LOS FALSOS ESPIRITUALISTAS
- 3. LEYES RESPECTO DE LA BLASFEMIA
- 4. LEYES QUE REQUIEREN DEDICACIONES
- 5. LEYES QUE PIDEN EL DIEZMO
- 6. INSTRUCCIONES ESPECIALES PARA LA CONQUISTA
- 7. LEY DEL DÍA DE REPOSO
- 1. LEYES EN CONTRA DE LA IDOLATRÍA Y EL PAGANISMO
♦ Se prohíben otros dioses
• Y Dios habló todas estas palabras, diciendo: Yo soy el SEÑOR tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí. (Éxodo 20:1.3)
• Yo soy el JEHOVA tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. (Deuteronomio 5:6, 7)
♦ El segundo mandamiento asegura la lealtad al único Dios verdadero y viviente.
• Se prohíbe la idolatría
• No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el SEÑOR tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen. Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos. (Éxodo 20:4-6)
• No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. (Deuteronomio 5:8-10)
♦ El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto. (Éxodo 22:20)
♦ Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca. (Éxodo 23.13)
♦ No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios. (Levítico19:4)
♦ No te harás dioses de fundición. (Éxodo 34:17)
♦ No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios. (Levítico26:1)
♦ No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho, ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios. (Deuteronomio 21.22)
♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran en Israel, que ofreciere alguno de sus hijos a Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará. Y yo pondré mi rostro contra el tal varón, y lo cortaré de entre su pueblo, por cuanto dio de sus hijos a Moloc, contaminando mi santuario y profanando mi santo nombre. Si el pueblo de la tierra cerrare sus ojos respecto de aquel varón que hubiere dado de sus hijos a Moloc, para no matarle, entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc. (Levítico20:1-5)
♦ Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová. (Levítico18.21)
♦ Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto. Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra. (Deuteronomio 14:1, 2)
♦ No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová. (Levítico19:27, 28)
♦ Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así a Jehová tu Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece ellos hicieron a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses. (Deuteronomio 12:29-31)
♦ Si te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis, de los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; no consentirás con él, ni le prestarás oído; ni tu ojo le compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás, sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo. Le apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; para que todo Israel oiga, y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a esta. (Deuteronomio 13:6-11)
♦ Si oyeres que se dice de alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da para vivir en ellas, que han salido de en medio de ti hombres impíos que han instigado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; tú inquirirás, y buscarás y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación se hizo en medio de ti, irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también matarás sus ganados a filo de espada. Y juntarás todo su botín en medio de la plaza, y consumirás con fuego la ciudad y todo su botín, todo ello, como holocausto a Jehová tu Dios, y llegará a ser un montón de ruinas para siempre; nunca más será edificada. Y no se pegará a tu mano nada del anatema, para que Jehová se aparte del ardor de su ira, y tenga de ti misericordia, y tenga compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres, cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios. (Deuteronomio 13:12-18)
♦ Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jehová tu Dios traspasando su pacto, que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido; y te fuere dado aviso, y después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel; entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán. Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 17:2-7)
♦ Éstos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehová el Dios de tus padres te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros viviereis sobre la tierra. Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso. Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar. No haréis así a Jehová vuestro Dios, sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido. No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová vuestro Dios. Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros. Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová. Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones; por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros. Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres; sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando. Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la podrá comer, como la de gacela o de ciervo. (Deuteronomio 12.1-15)
♦ Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni los votos que prometieres, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos; sino que delante de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita que habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Jehová tu Dios de toda la obra de tus manos. Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra. Cuando Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste podrás comer. Si estuviere lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios escogiere para poner allí su nombre, podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que deseares. Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer también de ellas. (Deuteronomio 12.17-22)
♦ Pero las cosas que hubieres consagrado, y tus votos, las tomarás, y vendrás con ellas al lugar que Jehová hubiere escogido; y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios, y podrás comer la carne. Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre. (Deuteronomio 12.26-28)
♦ Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios. (Deuteronomio 18.9-14)
♦ No seréis agoreros, ni adivinos. (Levítico19: 26b)
♦ No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. (Levítico19:31)
♦ Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo. Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico. (Levítico20:6-8)
♦ A la hechicera no dejaras viva. (Éxodo 22:18)
Primeramente, debemos destacar que los textos como el Decálogo en sus dos versiones prohíben el asesinato taxativamente (Éxodo 20:13; Deuteronomio 5:17). En segundo lugar, en los primeros tiempos bíblicos la gente no distinguía en general lo que es la instrucción directa del Señor de las interpretaciones realizadas en base a esa palabra. En tercer lugar, en hebreo existen las formas verbales causativas (hifil y oral) que no se traducen al castellano como corresponde, porque la tendencia es a traducir una palabra por otra palabra y muchas veces un solo término en castellano no alcanza a traducir el sentido completo de la palabra hebrea. Un ejemplo: En la mayoría de las traducciones al castellano en Éxodo se lee que el Señor endurecía el corazón del faraón, cuando en hebreo se utiliza la forma causativa y no la voz activa; se debería traducir aproximadamente así: a causa de los actos del SEÑOR (las plagas) el faraón se ponía más duro. La Biblia indica que el rey de Egipto endurecía su corazón frente a los hechos que el SEÑOR producía, y como confrontaba a su poder él se ponía más duro. En el capítulo 20 de Levítico las penas que se atribuyen a los malos actos de las personas eran consecuencias de su conducta. Se usa todo el tiempo el verbo hofal, causativo pasivo, y el sentido verdadero de estas palabras es que las mismas personas propulsan su propio castigo, se causan la muerte a sí mismas. La mayoría de los comentaristas antiguos coinciden en que las expresiones encontradas en este capítulo tienen que ver con establecer el merecimiento o las consecuencias mortales de estas transgresiones para la prevención del delito. Las penas deben estar claras y deben establecerse reglas que estipulen penalidades que estén de acuerdo con la gravedad de los delitos. Si no se establecen parámetros que pongan un límite y declaren la maldad con claridad, la sociedad puede llegar a vivir en un estado de anarquía. Una vez establecidas las responsabilidades y asignadas las penalidades se podrán establecer mecanismos de restauración o disciplina para las personas que aun mereciendo la pena máxima tienen oportunidad de restituir y rehabilitarse. El SEÑOR en toda su palabra busca la maduración de las personas, la salvación y la restauración, pero también es claro y justo al estipular con claridad lo que cada persona merecería. (La pena de muerte en el AT – BDE Mundo Hispano, 2012).
♦ Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos. (Levítico20:27)
♦ Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 13:1-5)
♦ Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. (Deuteronomio 18:15-19)
♦ El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él. (Deuteronomio 18:20-22)
Es de suma importancia el respeto por el soberano del universo
♦ No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano. (Deuteronomio 5:11)
♦ En aquel tiempo el hijo de una mujer israelita, el cual era hijo de un egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento. Y el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y maldijo; entonces lo llevaron a Moisés. Y su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan. Y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová. Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación. Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera. (Levítico24:10-16)
♦ Y habló Moisés a los hijos de Israel, y ellos sacaron del campamento al blasfemo y lo apedrearon. Y los hijos de Israel hicieron según Jehová había mandado a Moisés. (Levítico24:23)
Para infundir un sentido adecuado de prioridades y gratitud, Dios establece varias leyes que establecen presentes, tanto de las cosas primeras como de las mejores. Estos presentes deben usarse para mantener la obra espiritual de los sacerdotes y los levitas, y para ayudar en la benevolencia de los que tienen necesidades especiales.
♦ Me darás el primogénito de tus hijos. Lo mismo harás con el de tu buey y de tu oveja; siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás. (Éxodo 22:29b, 30)
♦ Todo primer nacido, mío es; y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que sea macho. Pero redimirás con cordero el primogénito del asno; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. (Éxodo 34:19, 20)
♦ No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. (Éxodo 22: 29a)
♦ Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. (Éxodo 23: 19a)
♦ Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Jehová tu Dios. (Éxodo 34: 26a)
♦ Consagrarás a Jehová tu Dios todo primogénito macho de tus vacas y de tus ovejas; no te servirás del primogénito de tus vacas, ni trasquilarás el primogénito de tus ovejas. Delante de Jehová tu Dios los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escogiere. Y si hubiere en él defecto, si fuere ciego, o cojo, o hubiere en él cualquier falta, no lo sacrificarás a Jehová tu Dios. En tus poblaciones lo comerás; el inmundo lo mismo que el limpio comerán de él, como de una gacela o de un ciervo. Solamente que no comas su sangre; sobre la tierra la derramarás como agua. (Deuteronomio 15:19-23)
♦ Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán. No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho. Y éste será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey o cordero: darán al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar. Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás; porque le ha escogido Jehová tu Dios de entre todas tus tribus, para que esté para administrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre. (Deuteronomio 18:1-5)
♦ Y cuando saliere un levita de alguna de tus ciudades de entre todo Israel, donde hubiere vivido, y viniere con todo el deseo de su alma al lugar que Jehová escogiere, ministrará en el nombre de Jehová su Dios como todos sus hermanos los levitas que estuvieren allí delante de Jehová. Igual ración a la de los otros comerá, además de sus patrimonios. (Deuteronomio 18:6-8)
♦ Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días. Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y 25 guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. Y no desampararás al levita que 27 habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo. (Deuteronomio 14:22-27)
♦ Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren. (Deuteronomio 14:28, 29)
♦ Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría. Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios. (Deuteronomio 26:1-4)
♦ Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti. (Deuteronomio 26:5-11)
♦ Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán. Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel. (Deuteronomio 26:12-15)
♦ Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios. (Levítico19:23-25)
Para promover el recuerdo continuo y para brindar ocasiones periódicas para la adoración formal a Dios, se apartan varios días, meses y años especiales para celebración nacional y devoción individual. El primero y principal día de adoración, el día de reposo, es ordenado no menos de 12 veces durante el otorgamiento de las leyes. Este día representa un simbolismo del día en que Dios descanso después de la creación y un recordatorio de que no se les permitió ningún día de descanso cuando los hebreos fueron esclavos en Egipto.
El concepto del Shabbat (shabbat, “descanso”) deriva su significado más básico del relato de Génesis, en el que el SEÑOR después de la tarea de crear se sienta a disfrutar de su trabajo y goza de toda la naturaleza, del planeta y de todos los seres que habitan en la Tierra. La primordial idea del Shabbat es detenerse una vez por semana de las labores cotidianas para dedicarse al reposo, la oración y el deleite espiritual junto con la familia y los amigos. En segundo lugar, el principio de trabajar seis días y transformar en Shabbat el séptimo día es expresado por Moisés en el tiempo del desierto cuando habían salido de Egipto y todavía no habían entrado en la tierra prometida. El principio existió antes de que el pueblo tuviera calendario. El calendario que utilizan los israelitas actuales es una modificación del calendario babilónico y, por lo tanto, data del 580-530 a. C. Empieza a contar el día cuando oscurece después de la puesta del sol. En la época del NT el imperio reinante era el romano y ellos, igual que en Egipto, tenían un calendario solar donde el día comienza a la salida del sol. Los primeros cristianos, en el Shabbat judaico, iban a la sinagoga para predicar el evangelio. El apóstol Pablo, en su estrategia misionera, iba todos los Shabbat a la sinagoga y allí luego iba a una casa con las personas que respondían a su mensaje evangelístico. El primer día de la semana Jesucristo resucitó y por eso la iglesia primitiva se reunía a festejar la victoria y a celebrar la vida eterna que el Señor les había obsequiado mediante su muerte y resurrección. Con el paso del tiempo, la expansión del cristianismo fue desplazando todo el contenido del Shabbat al día domingo, Dominus en latín (del Señor). Más allá de todos los inconvenientes que produce querer establecer el día de descanso en nuestro calendario gregoriano el sábado o hacerlo siguiendo el sistema babilónico que comenzaría el Shabbat al anochecer del viernes, lo que debemos buscar y practicar son los principios del Shabbat. Lo importante es rescatar el sentido que el Señor nos dio mediante la instrucción de la palabra y dejar discusiones absurdas sobre calendarios hechos por los seres humanos. Lo que vivamos en ese día es más trascendental que el día mismo. (El Shabbat – BDE Mundo Hispano, 2012).
♦ Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. (Éxodo 23:12)
Moisés convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Éstas son las cosas que Jehová ha mandado que sean hechas: Seis días se trabajará, mas el día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá. No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo. (Éxodo 35:1-3)
y mis días de reposo guardaréis. (Levítico19:3b)
Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo. (Deuteronomio 5:12-15)
♦ Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó. (Éxodo 31:15-17)
♦ Mis días de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová. (Levítico19:30)
♦ Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová. (Levítico26:2)
♦ Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en donde quiera que habitéis. (Levítico23:1-3)
♦ No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo. (Éxodo 35:3)
♦ Seis días trabajarás, mas en el séptimo día descansarás; aun en la arada y en la siega, descansarás. (Éxodo 34:21)
♦ Habló además Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. (Éxodo 31:12-15)
♦ Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda a congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés. (Números 15:32-36)
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