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INTRODUCCIÓN A LAS LEYES
Moisés inicia una exposición de las leyes principales, algunas de las cuales las expone por primera vez o, al menos son registradas aquí por primera vez y otras de las cuales ya las ha dado, pero ahora las explica o les da su reglamentación. Todas las leyes dadas previamente fueron mantenidas en suspenso hasta llegar a esta sección a fin de reunir la totalidad de las mismas en una colección organizada por temas. Si bien estas leyes son conocidas tradicionalmente como las leyes de Moisés, por supuesto que la fuente es Dios. Sin embargo, ya que habrá otras leyes de Israel cuando la nación se torne más plenamente desarrollada, es apropiado realizar una distinción de estos mandamientos primeros refiriéndonos a ellos como las leyes de Moisés.
La mayoría de las leyes se establecen en forma de estatutos. Otras tienen la naturaleza de decisiones de casos o deberes éticos. Algunas de las leyes se dan para cumplir solo con necesidades transitorias o inmediatas, mientras que otras tienen la intención de perdurar durante siglos. Las leyes deben leerse al pueblo a intervalos periódicos a lo largo de cada año para que cada persona pueda aprenderlas y no tenga excusa por no obedecerlas.
Rara vez se expresa el propósito explícito de cada ley. Sin embargo, la mayoría de las leyes han sido diseñadas finalmente para enseñar a los israelitas a respetar y honrar a Dios, para que sean santos y conscientes de su separación como un pueblo especialmente elegido, y para que aprendan el respeto por los derechos de su prójimo. Las leyes que rigen los daños a las personas, o incluso la dieta, no tienen menor importancia que las que rigen las ofrendas y los sacrificios, porque todas las leyes son esencialmente leyes religiosas. Todas son ofrecidas por un Dios personal y legislador a quien el pueblo le ha jurado lealtad y le ha prometido obediencia.
A veces las leyes de Israel pueden parecer crueles o innecesariamente duras, en particular las penas que acompañan algunas ofensas. No obstante, lo que puede parecer cruel e inusual en los tiempos modernos debe verse en el contexto de la vida y la época en la que los israelitas viven. La muerte y el sufrimiento son una realidad muy cierta para todas las personas de esta época, y en las naciones que los rodean reyes malignos practican crueldades inenarrables para gobernar a sus pueblos. Así, las leyes entregadas a Moisés están diseñadas para elevar la conciencia nacional e imponer un alto nivel de conducta éticas Incluso la pena de muerte es un concepto que eleva al enseñar el valor de la vida humana, y las salvaguardas de procedimientos que se imponen aseguran una medida de justicia sin paralelo. De hecho, los conceptos del debido proceso y la justicia igualitaria hallados en el sistema legal se incorporan incluso siglos después a los renombrados sistemas de la ley moderna.
La organización de las leyes según se presenta en esta sección es puramente subjetiva, y por lo tanto no deben tomarse como como una estructuración con autoridad. Debido a que en un sistema legal teocrático todas las leyes son básicamente religiosas por naturaleza cualquier categorización implica necesariamente una cierta cantidad de cobertura superpuesta. Por ejemplo, las leyes que pertenecen a la salud y a la cuarentena se superponen con los ritos de purificación, que pertenecen correctamente a otras reglas de la ceremonia religiosa. Por lo cual, con tanta frecuencia como sea posible se indicará esa superposición. (La biblia en orden cronológico, 2014).
LOS 10 MANDAMIENTOS
1: Y Dios habló todas estas palabras, diciendo: “Yo soy el SEÑOR tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí. (Éxodo. 20:1, 3)
2. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el SEÑOR tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen. Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos. (Éxodo 20:4-6)
3. No tomarás en vano el nombre del SEÑOR tu Dios, porque el SEÑOR no dará por inocente al que tome su nombre en vano. (Éxodo 20:7)
4. Acuérdate del día sábado * para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día será sábado para el SEÑOR tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días el SEÑOR hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo el día sábado * y lo santificó. (Éxodo 20:8-11)
5. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. (Éxodo 20:12)
6. No cometerás homicidio. (Éxodo 20:13)
7. No cometerás adulterio. (Éxodo 20:14)
8. No robarás. (Éxodo 20:15)
9. No darás falso testimonio contra tu prójimo. (Éxodo 20:16)
10. No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo”. (Éxodo 20:17)