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P26. Obedeced I a vuestros pastores II, y sujetaos a ellos III; porque ellos velan IV por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría V, y no quejándose, porque esto no os es provechoso VI- VIII. (HEB 13:17).

I. OBEDECER: Cumplir la voluntad de quien manda (RAE). Cumplir la voluntad de quien manda o lo que establece una ley o norma (Oxford Languages). Aceptar y llevar a cabo las disposiciones de quien tiene autoridad para ordenarlas. Así también, sujetarse y acatar las leyes, preceptos, normas, códigos, ordenanzas, estatutos y cualquier política de conducta establecida en algún ámbito de interacción.

II. OBISPOS: Responsables de una hermandad o colectivo cristiano. Este término alcanza a los pastores, maestros, evangelista, diáconos, o cualquier persona con autoridad y responsabilidad de velar por una congregación.

III. SUJETAR: Someter a la posición o disposición de alguien (RAE). El contexto hace referencia a una sujeción disciplinada en Cristo. Esto se traduce en una disposición sensata, consensuada, voluntaria, prudente, sobria y equilibrada. Sin olvidar, que la sujeción está condicionada a la obediencia primera de las leyes divinas.

♦ SOMETERSE: Proponer a la consideración de algunas razones, reflexiones u otras ideas (RAE). Aceptar la autoridad o la voluntad de otra persona, generalmente sin oponer resistencia (Oxford Languages). Obedecer voluntariamente y de buena gana a un superior o autoridad sin exceder el perímetro de lo lícito y razonable.

IV. VELAR: Hacer centinela o guardia por la noche. Observar atentamente algo. Cuidar solícitamente de algo (RAE). Este término señala la espera de algún acontecimiento futuro, lo cual requiere atención y vigilancia constante. Asimismo, invoca permanente agudeza espiritual, estar alerta y concentrado. Para el cristiano implica mantenerse perseverante, sólido en la doctrina del evangelio, desechar la somnolencia, la dejadez, la flojera o el adormecimiento espiritual. Así también, subordinar las ansiedades, las incertidumbres, los pensamientos fluctuantes, las preocupaciones inútiles, las impaciencias y demás.

V. ALEGRÍA, GOZO: Sentimiento de placer producido generalmente por un suceso favorable que suele manifestarse con un buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o la sonrisa. Emoción intensa y placentera causada por algo que gusta mucho (Oxford Languages).

VI. Un buen pastor investiga, reflexiona y escudriña las escrituras con diligencia porque desea servir a Dios y ofrecer un alimento espiritual nutritivo (sana doctrina), el mismo que, será necesario para un sólido desarrollo de los creyentes bajo su cuidado. Así también, está permanentemente velando y atento a las necesidades de sus “ovejas”, más aún, cuando hay tantas falsas enseñanzas y doctrinas engañosas amenazando todos los flancos. Los buenos pastores están dispuestos a darse a sí mismos por su congregación y gobiernan con gentileza y rectitud (1 Tesalonicenses 2:7-12; Juan 10:11). Por otro lado, es entendible que los genuinos servidores puedan estar sujetos a mucha carga y estrés, por lo cual, corresponde a los creyentes obedecerlos reflexivamente y ayudarlos a que su tarea sea lo más llevadera posible. Además, reconocer que son seres humanos como todos, por lo que la tolerancia y consideración a estos hombres de Dios debiera darse con holgura.

VII. Lo opuesto es el “pastor irresponsable o falso pastor”, al cual, no le importa el bienestar de la congregación, sino que está más interesado en mantener el control, ejercitar su “señorío”, imponer sus métodos y ¡Cómo no! obtener el máximo de rédito económico para sus intereses personales. Las ponencias de estos caballeros falaces son mediocres en el mejor de los casos, y, usualmente, terminan motivando o animando a los incautos para que aporten sumas de dinero. Veamos que dice judas de los falsos maestros: “Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. Éstos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. Éstos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 10 – 16). Ahora revisemos que dice el apóstol Pedro respecto de estos maestros fraudulentos: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2. Pedro 2:1-3)

VIII. Para ampliar lo referente a las habilidades, suficiencias, deberes, capacidades, características y dones acerca de los servidores dirigentes de una iglesia local puede revisar 1. Timoteo, 2. Timoteo y Tito.

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