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P6. Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud I hasta el fin, para plena certeza de la esperanza II, a fin de que no os hagáis perezosos III, sino imitadores IV de aquellos que por la fe V y la paciencia VI heredan las promesas VII, VIII. (HEB 6:10-12).

I. DILIGENCIA: Cuidado y actividad en ejecutar algo. Prontitud, agilidad, prisa. Poner todos los medios para conseguir un fin (RAE). Virtud dinámica con la que se combate la pereza (Diligencia – Wikipedia, la enciclopedia libre). Distingue a un individuo que imprime esmero, eficacia, eficiencia y excelencia en la realización de sus trabajos, tareas o encargos. Una persona diligente es responsable y consecuente en sus compromisos y obligaciones. Además, demuestra capacidad y competencia para encontrar soluciones y salidas a los diferentes inconvenientes o dificultades. («Diligente». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/diligente/ Consultado: 16 de septiembre de 2020, 10:15 am).

II. CERTEZA DE ESPERANZA: No se trata de afianzar la seguridad objetiva de salvación (Juan. 10:28-30; Romanos. 8:32-39), sino la certeza subjetiva del creyente, la cual puede depender del grado en que se cultiva la verdadera piedad. (CB. Matthew Henry, 1999).

III. PEREZOSO: Negligente, descuidado o flojo en hacer lo que debe o necesita ejecutar. Tardo, lento o pesado en el movimiento o en la acción (RAE). Persona que tiene poca disposición para hacer algo que requiere esfuerzo o constituye una obligación, especialmente trabajar (Oxford Languages).

IV. IMITAR: Ejecutar algo a ejemplo o semejanza de otra cosa. Hacer o esforzarse por hacer algo lo mismo que otro o según el estilo de otro (RAE). Actuar, comportarse o hacer algo a semejanza de otra persona (Oxford Languages). Implica un comportamiento, intención o postura con equivalencia fiel o muy semejante al original.

V. FE, CERTIDUMBRE: Actitud o disposición fundamental en la relación del hombre para con Dios. La fe en el Creador no es una simple esperanza y confianza basada en ideologías fantasiosas, ficticias o sin sustento. Por el contrario, es una fe razonable, lógica, equilibrada, sostenida por la evidencia tangible de la creación (Romanos 1:19 – 20). Esta nos habla de un Hacedor todopoderoso, ilimitadamente sabio, infinitamente perfecto y eternamente confiable. Un Dios que se revela a todos los hombres por medio de Su creación porque Su magnánimo consejo así lo dispuso. (Biblia de estudio teológica 2019).

•  “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” (hebreos 11.1-4).

•  “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (hebreos 11.6).

•  “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:19,20).

•  Para ampliar el tema revisar hebreos capítulo 11.

VI. PACIENCIA: Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho (RAE). Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse. Calma o tranquilidad para esperar (Oxford Languages). Constancia y poder de permanencia. Actitud mental deliberada respecto a las situaciones y circunstancias que nos presenta la vida. En virtud de ello, se puede decir que la paciencia está ligada con la personalidad madura y educada de un individuo, ya que faculta al mismo a ser atento, saber escuchar, hablar y ser cuidadoso en cada una de las acciones y decisiones a tomar. La paciencia también refiere la entrega y el sosiego en las cosas que se desean mucho, es decir, representa la capacidad de aprender a esperar por alguien o por algo anhelado. La paciencia es fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) y, deberá ejercitarse en todos los contextos para reflexionar y afrontar con la mejor postura los inconvenientes y dificultades que puedan emerger. La persona paciente está enlazada con la paz, la calma, la tolerancia y la perseverancia, aborda los problemas con firme serenidad, enfrenta las dificultades de manera tranquila, positiva y siempre buscando la armonía y la mejor solución dentro de lo posible. No obstante, no se debe confundir la paciencia con la indiferencia o la pasividad, ya que estas últimas implican la aceptación estática de ciertas cosas, y, no luchar sensatamente por los objetivos planteados. («Paciencia». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/paciencia/Consultado: 07 de mayo de 2021, 10:26 am). 

VII. El trabajar en los asuntos de Dios deberá expresar un corazón entusiasta, devoto, apasionado, con plena y continua dedicación al ministerio que el Altísimo determine según corresponda. Esto no quiere decir que no haya momentos de debilidad o decaimiento espiritual. Sin embargo, es responsabilidad de todo creyente mantenerse ferviente en el servicio al Señor, imitando a aquellos creyentes que por la fe y la paciencia heredan las promesas. ¿Qué promesas? La promesa de salvación en primer lugar, luego, las promesas que Dios tiene para cada creyente dentro de Su voluntad, sabiduría y propósito.

VIII. Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo, y dijo:” Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia” Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido. Los seres humanos juran por alguien superior a ellos mismos, y el juramento, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda discusión. Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito es inmutable, la confirmó con un juramento. Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec” (hebreos 6:13-20 NVI).

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