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P7. Huye I también de las pasiones juveniles II, y sigue la justicia III, la fe IV, el amor V y la paz VI, con los que de corazón VII limpio invocan al Señor VIII, IX. (2. TIM 2:22).

I. HUIR: Alejarse deprisa, por miedo o por otro motivo, de personas, animales o cosas, para evitar un daño, disgusto o molestia. Apartarse de algo malo o perjudicial (RAE). Alejarse precipitadamente de un lugar, de un escenario o de una persona por temor o para evitar un daño, un peligro o una consecuencia no deseada Oxford Languages).

II. PASIONES JUVENILES: Apetencia, anhelo o inclinación vana por algo. Ya sea en términos materiales (riqueza, propiedades, dinero, bienes, etcétera), o inmateriales (estatus, poder, influencia, posición, placer, fama y demás). También podemos considerar la impaciencia, el orgullo, la frivolidad, la naturaleza impulsiva, la tendencia a caer en polémicas o pleitos, la postura irreflexiva, el gesto intolerante y demás falencias de carácter que pudieran revelar falta de madurez espiritual e integridad personal del creyente. Podemos encontrar un paralelo en (1. Timoteo 6).

III. JUSTICIA OPERATIVA O PRÁCTICA: Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece (RAE). Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde (Oxford Languages). Todo lo que se conforma, todo lo que se ajusta y todo lo que refleja la naturaleza y legislación del Creador. Denota rectitud, integridad, un estado de conducta irreprensible o excelencia moral. Esto, ya sea que se juzgue en base a normas divinas o humanas. La justicia operativa es fruto del Espíritu (Efesios 5:9). Para esto es importante la oración incesante, el estudio de la palabra, la obediencia y el andar continuo en el Espíritu Santo. No hay otra manera de lograr ejemplaridad moral verdadera.

IV. FE, VERACIDAD: Seguridad, aseveración de que algo es cierto (RAE). Implica lo que se considera verdad.

♦ FE, DOGMA: Conjunto de creencias de alguien, de un grupo, de una multitud o colectivo de personas (RAE). En este caso, conjunto de creencias o doctrinas cristianas acerca del Creador, de convicciones de veneración y temor hacia Él, de normas morales para la conducta individual y social, y, de prácticas litúrgicas determinadas (RAE). Verdad absoluta que tiene su fundamento en la palabra de Dios, la biblia, y, que debiera percibirse como realidad en la vida práctica del confesante.

♦ FE, FIEL, FIDELIDAD: Que guarda fe, o es constante en sus afectos, en el cumplimiento de sus obligaciones y no defrauda la confianza depositada en él (RAE). Firmeza y constancia en los afectos, ideas y obligaciones, y en el cumplimiento de los compromisos establecidos (Oxford Languages). Confiabilidad por la que una persona es digna de crédito y de fiar, pues se ejercita en mantener una congruencia acerca de lo que declaran sus palabras como sus hechos. Actitud Intencional expresada en ser consecuente a una persona, a un compromiso, a una comunidad, a una organización o a principios morales. La fidelidad a Dios demanda independencia de cualquier circunstancia, sentimiento, argumento, panorama negativo, razonamiento o contexto positivo de la vida. (W. Barclay 2006) («Lealtad». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/lealtad/ Consultado: 04 de diciembre de 2020, 11:30 am).

V. AMOR FRATERNAL: Se refiere al afecto, estima, cariño, apego y devoción que existe entre hermanos de sangre. Es aquel amor profesado hacia los hermanos carnales y que es posible hacer extensivo al prójimo. El amor fraternal ejerce un principio que tiene muy claro la diferencia entre el bien y el mal. En ese sentido, impulsa a conducirse sin afectar los intereses o derechos de los demás. («Amor fraternal». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/amor-fraternal/ Consultado: 13 de agosto de 2020, 03:40 pm.), (BDE MacArthur 2016).

En comparación, el amor fraternal cristiano es un don sobrenatural derramado en el corazón de cada uno de los creyentes, y, es el fundamento más importante porque busca la igualdad, el respeto y el bienestar recíproco de todas las partes. Este amor, es el llamado a reinar en la hermandad cristiana ya que es el adhesivo natural que mantiene unida a la Iglesia. Además, Dios es Padre de todos los creyentes, en consecuencia, todos los creyentes somos hermanos espirituales en la fe. Ahora bien, el amor fraternal cristiano en función a las diferentes culturas, idiosincrasias, comportamientos, caracteres, costumbres, formas de actuar, cercanías, confianzas, familiaridades, etcétera, vinculará sentimientos, simpatías o afectos según corresponda. Sin embargo, no olvidemos que el amor fraternal cristiano es un amor por convicción, voluntad, sensato, razonable e intencionalmente compasivo. “En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos” (2. Juan 1: 6a / NVI 1999). Revisar comentario a (1. Corintios 13:4-7) respecto de las características del amor cristiano.  >>>>…

VI. PAZ: Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos. Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud (RAE). Situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentadas (Oxford Languages). En el cristianismo, convicción de armonía interior que reciben de Dios los creyentes al saberse reconciliados con Él. Estado de reposo, serenidad, descanso, unión, orden y seguridad espiritual en Dios, todo esto, en medio de los problemas, luchas y tentaciones de la vida. La paz hace parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Respecto del entorno, se define positivamente como una atmósfera en el cual confluyen el equilibrio y estabilidad entre los participantes. En ese sentido, no se debería escatimar esfuerzos por cultivarla, alcanzarla y mantenerla. La paz involucra plena intencionalidad de las partes que deseen conseguirla y preservarla. Los creyentes son llamados a este afán, es decir, deben hacer todo lo que esté en sus posibilidades para conservar la paz, aun cuando, se tenga que renunciar eventualmente a ciertas cosas legítimas secundarias por amor a los hermanos y en bienestar de la mayoría. Ahora bien, esto no quiere decir en ninguna manera transigir los fundamentos doctrinales, bajar los muros dogmáticos o diluir la palabra de Dios para hacerla más atractiva. Somos llamados a vivir en paz y amor, pero, si para lograrlo tenemos que ceder a las presiones seculares o permitir un evangelio adulterado, entonces no hay manera de sostenerla (1. Corintios 11:19).

VII. CORAZÓN: Centro de las emociones humanas (Diccionario Teológico, Claudionor Correa de Andrade, 2002). Término usado en sentido figurado como asiento de los deseos, sentimientos, afectos, pasiones, impulsos, es decir, el corazón o la mente. También es usado para referirse a la persona en sí, en el caso de valores afectos o pasiones que se atribuyen al corazón y la mente. Como centro del intelecto significa la mente o el entendimiento (BDE. Palabra Clave, 2016). Centro motriz de las acciones y pasiones (CENT. Ernesto Trenchard, 2013). Entendimiento, potencia cognitiva racional del alma humana.

VIII. Aunque esto aplica universalmente a todos los creyentes, hay un especial énfasis sobre quien Dios a delegado una responsabilidad específica, como a Timoteo en Éfeso. Por tanto, el ministro deberá mantenerse rigurosamente integro, santo, alejado de toda contaminación de pecado o circunstancia que se preste a comentarios desfavorables. El huir es un recurso disponible para los momentos de máxima tentación. A Timoteo se le advirtió que huyera de cualquiera cosa que alimentara la carne no redimida (1. Timoteo 6:11). El escapar de cualquier situación que estimule los deseos de pecar es un acto de valentía y vigor espiritual. Saber cuándo alejarse es tan importante como saber cuándo y cómo luchar. Por otro lado, el orar por sabiduría, por dirección y someterse a la voluntad del Creador son excelentes medios para afrontar las pasiones juveniles.

IX. También es importante mencionar el gran valor otorgado a la compañía y confraternidad entre los creyentes genuinos. Saber que no estamos solos en nuestras batallas y debilidades, que además de Dios, tenemos camaradas cristianos quienes nos pueden asistir y a quienes podemos ayudar. Una relación de alegría, amor y edificación en Cristo nuestro Señor. (CB. W. Barclay, 2006), (CB. W. MacDonald, 2004), (BDE. MacArthur, 2015).

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