P2. Y si invocáis por Padre I a aquel que sin acepción de personas II juzga según la obra III de cada uno IV, conducíos V en temor VI todo el tiempo de vuestra peregrinación VII -XII. (1. PED 1:17).
I. Declarar abiertamente a Dios como padre, con todos los beneficios y responsabilidades vinculantes a dicha proclama.
II. ACEPCIÓN DE PERSONAS: Acción de favorecer o inclinarse a unas personas más que a otras por algún motivo o afecto particular (RAE).
♦ PARCIALIDAD: Designio anticipado o prevención en favor o en contra de alguien o algo, que da como resultado la falta de neutralidad o insegura rectitud en el modo de juzgar o de proceder (RAE).
III. JUZGAR: Deliberar acerca de un asunto o de las acciones de una persona y emitir sentencia o dictamen sobre ello. Cabe mencionar que solo un juez, un tribunal o quien tiene autoridad para el caso puede juzgar (Oxford Languages). “Y los cielos declararán su justicia, Porque Dios es el juez. Selah” (Salmo 50:6).
IV. ACTUAR: Obrar, realizar actos libres y conscientes (RAE). Comportarse o proceder de una manera determinada (Oxford Languages).
V. CONDUCTA: Manera con que las personas se comportan en su vida y acciones (RAE). Manera de comportarse de una persona en una situación determinada o en general (Oxford Languages). La conducta expresa el actuar de una persona frente a determinados circunstancias o estímulos, tanto externos como internos. Traduce en hechos lo que siente, dice o piensa. En una sociedad los individuos se rigen por códigos o normas de conducta dictados por su cultura, idiosincrasia, tradiciones, modo de vida, situación o costumbres. Por otro lado, existen protocolos de conducta aceptados en un determinado entorno social, económico, político, festivos, laboral, castrense, familiar, etcétera, que, debieran ser observados apropiadamente según corresponda.
VI. TEMOR DE DIOS: Este temor imprime en el creyente la necesidad de buscar la seguridad en el Creador (Salmos 91: 4 – 6). Es decir, el cristiano entiende que alejado de Dios no hay nada que pueda hacer (Juan 15:5). Esto, en el claro y expreso conocimiento de su incapacidad total para vivir la vida que Dios quiere que viva. Por tanto, su dependencia y confianza absoluta en Él para un progreso continuo en la santidad y obediencia plena a Su voluntad. Así también, el temor es la actitud de reverencia y devoción del converso hacia Dios. Comporta humildad y reconocimiento a Su autoridad absoluta y eterna, así como, un respeto profundo por Él. La escritura es unánime en afirmar que “el temor de Dios es el principio de la sabiduría” (Proverbios 1:7). (CB. W. Barclay, 2006).
♦ OBEDECER: Cumplir la voluntad de quien manda (RAE). Cumplir la voluntad de quien manda o lo que establece una ley o norma (Oxford Languages). Aceptar y llevar a cabo las disposiciones de quien tiene autoridad para ordenarlas. Así también, sujetarse y acatar las leyes, preceptos, normas, códigos, ordenanzas, estatutos y cualquier política de conducta establecida en algún ámbito de interacción.
VII. Si aducimos, alegamos, argumentamos o mencionamos que Dios es nuestro padre. debiéramos reflejar una conducta que evidencie Su ADN espiritual, así como, Su presencia y acción divina en nuestra vida. La obra redentora de Cristo debiera alcanzar claridad como fundamento de una vida plena y concordante con Su voluntad. Ahora bien, cada creyente crece a una velocidad o ritmo distinto y los frutos pudieran manifestarse en diferentes tiempos e intensidades, pero, con la misma esencia. Por otra parte, en necesario entender que alcanzar perfección total será imposible en este mundo, sin embargo, debiéramos esforzarnos como si fuera posible. Esto con el debido criterio y entendimiento de las debilidades propias de nuestra humanidad.
VIII. PEREGRINAR: Dicho de una persona: Andar por tierras extrañas. En algunas religiones, vivir entendiendo la vida como un camino que hay que recorrer para llegar a la unión con Dios después de la muerte (RAE). Andar o viajar una persona por tierras extrañas que presentan dificultades (Oxford Languages). No tener lugar fijo de residencia porque está de paso, tiene otro destino (CENT. Ernesto Trenchard, 2013). Situación “de paso” por un país en el que se reside temporalmente, como en peregrinaje (CB. Matthew Henry, 1999). En el sentido de que están obligados a vivir por un tiempo en un espacio que no es su hogar permanente (CB. W. MacDonald, 2004).
IX. La palabra de Dios nos dice que somos extranjeros y peregrinos en este mundo (1. Pedro 2:11). Esto significa que este mundo no es nuestro hogar ni pertenecemos aquí. Para entender mejor esto vamos a usar un ejemplo: digamos que viajamos fuera de nuestro país y tenemos que permanecer algún tiempo en ese lugar. No entendemos el idioma de las personas. No podemos leer los diarios o las revistas. Encendemos el televisor, pero no entendemos nada. Todo es ajeno para nosotros, somos forasteros en aquella nación. Y eso es lo que Pedro enfatiza en este pasaje. Sin embargo, en el mismo contexto, si empezamos a usar el idioma de la gente, a escuchar sus noticias, a ver sus programas televisivos, a hablar de lo que ellos hablan y a hacer lo que ellos hacen, dejamos poco a poco de ser extranjeros y peregrinos para finalmente integrarnos a dicho país y hacernos parte de él. Para nosotros como cristianos es lo mismo, somos transeúntes en este mundo. Por lo cual, no debiéramos de conformarnos al mismo, es decir, no compartir sus intereses, comportamientos, tradiciones, políticas, direcciones y valores que puedan ser contrarios a Dios y Su verdad respecto de la vida, el presente y el futuro. https://www.jba.gr/es/Extranjeros-y-peregrinos-en-el-mundo.htm.
X. “Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto” (1. Pedro 1:18,19 / NVI 1999).
XI. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios” (1. Pedro 1:18,19 / RVR 1960).
XII. VANO, VANA: Hueco, vacío y falto de solidez. Inútil, infructuoso o sin efecto. Falto de realidad, sustancia o entidad (RAE). Que está vacío, sin contenido (Oxford Languages). Vaciedad en cuanto a logros, objetivos, propósito o finalidad positiva. No alcanzar los resultados para lo que fue dispuesto o preparado. Algunas frases que intentan traducir la vanidad, obsolescencia y futilidad de una persona que transita la vida ensimismada son: “perseguir una sombra”, “pretender capturar el viento” o “arar en el mar”. Vivir ajenos a Dios y sus demandas como Creador y dador de la vida solo puede tener un final posible que es muerte y destrucción eterna.