P10. Palabra fiel es ésta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras I. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres II, III. (TITO 3:8).
I. BUENA OBRA: Solo y únicamente lo que Dios, dentro de Su soberanía, determine que el hombre lleve a cabo con ese propósito. Nada que venga de la imaginación, deseos, anhelos o buenas intenciones del hombre por sí mismo. Greg Nichols menciona; “las buenas obras son expresiones concretas de compasión, ayuda, misericordia, generosidad y consideración mostradas en forma práctica”. A saber, no es solo abrigar buenos deseos o buenas intenciones, sino materializarlos y volverlos tangibles, funcionales y eficaces en su finalidad. Esto, primeramente, en bienestar de la familia cristiana, y luego, proyectado al prójimo externo. Por otro lado, buenas obras son también guardar los mandamientos de Dios, tanto en la letra como en el espíritu de la letra, es decir, evitando el pecado directo y el pecado indirecto o por pasividad deliberada. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10). “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2. Corintio 9:8).
En la primera epístola a Timoteo 5:9,10 encontraremos una definición práctica de buenas obras: “Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido, que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha practicado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra”. De la misma manera en 1. Timoteo 6:17, 18 encontramos buenas obras para otro segmento económico de la sociedad; “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos”. Usualmente las buenas obras están relacionadas con la situación económica y emocional del prójimo como muestra romanos; 12:12 – 15 “Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran”.
II. Dispuestos a prestar ayuda o servicios en cualquier ámbito donde sea necesario, sin olvidar, que debe ser con arreglo y en estricto rigor a las leyes del Creador.
III. Este mensaje es para los cristianos genuinos, beneficiarios de la gracia, regenerados y salvados por Dios. Por tanto, es necesario que se ocupen en hacer lo bueno, lo provechoso, lo útil, honorable y productivo, pensando en la eternidad y no en lo terrenal. Ahora bien, cabe mencionar que aun la buena obra más excelsa realizada por un creyente es imperfecta y solo puede ser aceptada por Dios en Jesucristo como base virtuosa de excelencia (Lucas 17:10).