P2. Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina I – IV. (TITO 2:1).
I. “Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene. Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. Todas las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra” (Tito 1:10-16 / RVR 1960).
II. Pablo expone respecto de los habitantes de la antigua Creta que hoy forma parte de Grecia. Enfoca sus baterías hacia los falsos maestros que causaban toda suerte de confusiones, tropiezos y desviaciones doctrinales entre los creyentes. Al parecer, una vez más los sintéticos maestros judíos se habían ganado un merecido lugar deshonroso con respecto a esto. Intentaban persuadir a las personas que el sacrificio de Jesucristo en la Cruz no fue suficiente, sino que, además de la gracia, para salvarse había que guardar las leyes respecto de los alimentos, los días de fiesta, entre otros. Así también, para crecer verdaderamente en sabiduría debían retener las sutiles historias, largas genealogías y elaboradas alegorías rabínicas. (CB. W. Barclay, 2006).
III. Pablo exhorta a Tito a que proclame con denuedo el evangelio en estricto rigor a la sana doctrina. Aunque el llamado es puntual para este ministro, el mismo está vigente para todos los conversos, sean o no servidores dirigentes en alguna iglesia local. A saber, es comisión de todo creyente proclamar un evangelio limpio, preciso, entendible, sin errores doctrinales. En ese sentido, es imperativo a todo cristiano conocer un mínimo necesario acerca de los fundamentos y arquitectura de la doctrina bíblica. Como en los tiempos de Tito en Creta, hoy existen una pluralidad de falsos maestros que por medio de enseñanzas corrompidas y amañadas buscan ganancias deshonestas a costa del pueblo cristiano. No obstante, esto también revela la falta de convicción y disciplina de muchos creyentes en escudriñar las escrituras. Cada quien será responsable de seguir a los embaucadores de la prosperidad, falsos profetas y «apostolobos» de la fe.
IV. DOCTRINA: Enseñanza que se da para instrucción de alguien (RAE). Conjunto de ideas, enseñanzas o principios básicos defendidos por un movimiento religioso, ideológico, político, etcétera (Oxford Languages). Es la síntesis y explicación de enseñanzas bíblicas contenidas en un tema teológico (Teología sistemática). La doctrina cristiana es el mensaje contenido en la predicación de Jesucristo. Dicho mensaje se encuentra en la Biblia e incluye las enseñanzas, los mandamientos, las leyes y los principios que estructuran el evangelio de salvación a todo aquel que cree (Romanos 1:16-19).
♦ SANA DOCTRINA: Enseñanza cristiana libre de error o vicio, es decir, íntegramente fiel a la intención de las escrituras. No adulterada por conveniencias, tradiciones, prejuicios, paradigmas, razonamientos entenebrecidos, costumbres o desconocimiento académico insolente. La sana doctrina está fundamentada absolutamente en su correspondencia plenaria a la palabra de Dios.