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P1. Porque es necesario que el obispo I sea irreprensible II, como administrador de Dios III; no soberbio IV, no iracundo V, no dado al vino VI, no pendenciero VII, no codicioso de ganancias deshonestas VIII, sino hospedador IX, amante de lo bueno X, sobrio XI, justo XII, santo XIII, dueño de sí mismo XIV, XV, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada XVI, para que también pueda exhortar XVII con sana enseñanza XVIII y convencer a los que contradicen XIX. (TITO 1:7-9).

I. OBISPOS: Responsables de una hermandad o colectivo cristiano. Este término alcanza a los pastores, maestros, evangelista, diáconos, o cualquier persona con autoridad y responsabilidad de velar por una congregación.

II. IRREPRENSIBLE: Que no merece reprensión (RAE). Que no puede ser reprendido o reprochado por considerarse correcta su conducta (www.thefreedictionary.com). También, describe un estilo de vida ausente de pecados, vicios o maldades, por lo tanto, sin necesidad de crítica, corrección o amonestación. La vida de un hijo de Dios debiera ser de ¡tal integridad moral! que nadie pueda reprochar o desaprobar algún aspecto de manera sensata o razonable. Esto no significa perfección en ninguna manera, ya que un creyente eventualmente pecará. Sin embargo, confesará su pecado, pedirá perdón, corregirá lo que deba corregir y avanzará con mayor cuidado, esmero y vigilancia el camino de la santificación. Ser irreprensible también involucra ser sincero y sin engaño. (CB. W. MacDonald, 2004), (CB. W. Barclay, 2006).

III. ADMINISTRAR: Capacidad dada por el Espíritu Santo para asumir obligaciones de; gestionar, disponer o delegar actividades operativas, logísticas o funcionales en la congregación. Los que administran ocupan sus talentos en proyectar, coordinar y gestionar los recursos materiales necesarios. Asimismo, estructurar las políticas, plasmar la estrategia e impulsar la visión de la iglesia con todos los interesados, esto, para llevar a cabo la voluntad de Dios. En otro sentido también involucra administrar las verdades espirituales, en consecuencia, la responsabilidad de hacerlas llegar en las más óptimas condiciones de pureza e integridad a los creyentes. Además, velar por el desarrollo, virtud y madurez de cada uno de los miembros de la congregación.

IV. SOBERBIA: Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás (RAE). Sentimiento de superioridad frente a los demás que provoca un trato distante o despreciativo hacia ellos (Oxford Languages). Persona que se percibe superior a los demás o tiene una opinión desmesurada de sí mismo. Esto, por su posición social, económica, grado de instrucción, cargo de responsabilidad, puesto de autoridad, posición de dominio, abolengo o por algún “atributo particular”. El orgullo, a diferencia de la soberbia, usualmente emerge de una base virtuosa o de causas nobles. La soberbia en cambio, manifiesta el deseo de ser preferido por otros y por sobre otros. Busca satisfacer la propia vanidad del yo, del ego. Con todo, se podría decir que el orgullo es el primer paso en dirección a la soberbia. Cabe mencionar que la soberbia, como sentimiento de superioridad, podría originarse en alguna falencia emocional que contenga fuertes inseguridades, autopercepción de inferioridad o poca valoración personal. “Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad” (Proverbios 18:12 / NVI). “¡Escúchenme, préstenme atención! ¡No sean soberbios, que el SEÑOR mismo lo ha dicho!” (Jeremías 13:15 / NVI).

♦ EGOTISMO: Sentimiento exagerado de la propia personalidad (RAE). Está asociado a la excesiva importancia concedida de alguien a su persona. Así también, es la tendencia desmedida, exagerada o desproporcionada a valorar los talentos, recursos, logros, habilidades, conocimientos o capacidades del yo.

♦ EGOLATRÍA: Culto, adoración o amor excesivo de sí mismo (RAE). Admiración excesiva hacia la propia persona (Oxford Languages).

V. IRACUNDO: Dicho de una persona que tiene o muestra ira. Dicho de una persona que es propensa a la ira (RAE). Persona que muestra ira o es propenso a ella (Oxford Languages).

♦ IRA, ENOJO, ENFADO (thumos): Sentimiento de enfado muy grande y violento (Oxford Languages). Tiene que ver con rabia en la efervescencia del momento. Es el estallido emocional ardoroso, violento y vehemente que se inflama y se consume de pronto. Puede ser accionado cuando nos sentimos contrariados o atropellados por las palabras, las acciones o las actitudes de otros, así también, por una situación específica que se ha tornado irritante o injusta en demasía. Este súbito sentimiento dispone una erupción de ánimo que podría empujar al individuo a cometer en pensamientos, palabras o actos, lo inimaginable si estuviera en sensatez, calma y juicio.

VI. DADO AL VINO: No se trata de una prohibición total del vino, sino de su uso excesivo, inmoderado, imprudente, desubicado o dependiente, lo cual, podría llevar a excesos de euforia, retardo de los sentidos, fragilidad mental, alborotos y toda clase de circunstancias que abren paso a la carne no redimida. También es sensato considerar, la probable afectación de conciencia de algún hermano débil en la fe, peor aún, ser tropiezo para otros cristianos que luchan con alguna inclinación desordenada a la bebida. ( W. MacDonald, 2004), (BDE. MacArthur, 2015), (CENT. Ernesto Trenchard, 2013).

VII. PENDENCIERO: Propenso a riñas o pendencias (RAE). Persona que es propenso a pendencias o riñas (Oxford Languages). Inclinación a la violencia en la forma que sea. Es decir, en acciones, en palabras, gestos, entre otros. (CENT. Ernesto Trenchard, 2013).

♦ PENDENCIA: Contienda, riña de palabras o de obras (RAE). Pelea, riña de palabras o de obras. Enfrentamiento o pelea violenta y acalorada (Oxford Languages).

♦ CONTENDER: Discutir, contraponer opiniones o puntos de vista (RAE). Enfrentarse [dos personas] entre sí para imponer su voluntad o conseguir algo. Luchar entre sí varias personas que aspiran a un mismo objetivo o a la superioridad en algo (Oxford Languages). Expresión de enemistad traducida en pleitos, disputas, conflictos o debates belicosos (Diccionario expositivo Vine, 1999). Es el ánimo litigante que nace de los desacuerdos hostiles, la competencia desbocada, la antipatía, la envidia o rivalidad con los demás. Se caracteriza por el ansia o afán de triunfo, posición, poder, prestigio, dominio o reconocimiento desordenado. Las contiendas devienen en rencores, resentimientos, recelo, rabia u odio entre los participantes de la misma. También se da el caso cuando alguien genera contienda bajo la percepción de peligro para su “posición de dominio o prestigio” por parte de otra persona. En consecuencia, no tolerará que alguno proponga “mejores ideas”, exhiba mayores conocimientos, habilidades, argumentos, capacidades o destrezas en algún área de interacción común. Este, es el pecado que coloca el yo por delante y en consecuencia la negación flagrante del amor cristiano.

VIII. CODICIA: Deseo vehemente de poseer muchas cosas, especialmente riquezas o bienes (Oxford Languages). Es el afán desmedido e interminable por tener riquezas y bienes terrenales (RAE). La codicia en este sentido comporta un deseo impetuoso de posesiones, bien sea materiales (riqueza, propiedades, bienes y demás), o inmateriales (estatus, poder, influencia, posición, placeres). El codicioso ambiciona tener más de lo que necesita para vivir. Pone su corazón en lo que desea con tanta intensidad que, usualmente incurre en conductas y comportamientos al margen de la moralidad y la legalidad para conseguir lo que es objeto de su codicia.

♦ GANANCIA DESHONESTA (ambición de dinero): Hoy podemos observar en muchas congregaciones “cristianas” que el dinero forma parte integral de las enseñanzas que se imparten. En otras palabras, obreros corrompidos, llámense pastores, evangelistas, maestros, profetas, apóstoles, etcétera, han convertido el dinero en materia ineludible, inseparable e inherente a toda prédica o servicio ofrecido. Por supuesto, para beneficio propio y en complicidad de su círculo más cercano.

IX. HOSPITALIDAD: Virtud que se ejercita con peregrinos, menesterosos y desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades. Buena acogida y recibimiento que se hace a los extranjeros o visitantes (RAE). Amabilidad, calidez y atención con que una persona recibe y acoge a los visitantes o extranjeros en su casa o en su tierra (Oxford Languages). Nuestro hogar debiera estar siempre abierto a los hermanos que tienen problemas personales, a los descorazonados, a los que sufren necesidad o requieren ayuda eficaz tanto en lo material como en lo espiritual. Todo esto dentro de las posibilidades inmediatas de cada quien y en arreglo a las circunstancias. (BDE. Matthew Henry, 2017), (CB. W. MacDonald, 2004).

X. LO BUENO, EL BIEN: En la teoría de los valores, la realidad que posee un valor positivo y por ello es estimable (RAE). El cristianismo entiende el bien como el valor otorgado al actuar de una persona bajo los estándares legislativos y morales de Dios. El Creador determina y deja claro en Su palabra que es el bien o lo que debemos entender como lo bueno. En consecuencia, aunque tenemos cierta suficiencia para hacer “cosas positivas“, el hacer el bien será una capacidad que solo lograremos, conociendo, entendiendo, meditando y practicando con rigor lo que Dios dice que es el bien o lo bueno. Por otra parte, un verdadero cristiano renacido presenta como evidencia de su posición una nueva relación con el pecado. Esto es, detestar, despreciar, aborrecer, odiar el pecado. Por el contrario, su deleite y alegría está en practicar lo bueno, lo recto, lo íntegro, lo justo, lo intachable, lo honorable en todo contexto de su vida.

XI. SOBRIO, MODERADO, TEMPLADO: Que es moderado y discreto, en especial en el comer, beber, en la forma de hablar o de moverse o en sus costumbres (Oxford Languages). Estable o solido en cuanto a sus emociones. También representa una actitud juiciosa, sensata, equilibrada, prudente, lo cual requiere, sentido común, dominio propio, concentración, alerta moral y vigilancia en todo momento. Esto, acerca de los pensamientos, sentimientos, acciones, intenciones, reacciones, miradas, palabras, actitudes, lenguaje corporal, etcétera. Dice Núñez: “el cristiano sobrio es aquel que ha logrado el dominio de sí mismo, no en la energía de la carne, sino en el poder del Espíritu”. El creyente sobrio mantiene su mente cautiva por la palabra del Creador, ergo, vive en forma equilibrada, obediente y ecuánime. Sus goces no están generalmente asociados a los sentidos, sino principalmente ligados a los del espíritu. Esto no quiere decir que el creyente moderado mantenga una vida ascética, aburrida o monótona, antes bien, conlleva una medida de gozosa anticipación, mira hacia adelante, a la venida del Señor (1. Pedro.1:13). Con todo, no descuida sus deberes, sus responsabilidades y compromisos en los diferentes ámbitos de actuación, además, disfruta de la vida en su libertad cristiana responsable, riqueza individual y singularidad personal. (CB. Matthew Henry, 1999), (CB. W. Hendriksen 2000).

♦ SENSATEZ: Cualidad que tienen las personas que muestran buen juicio, prudencia y madurez en sus actos y decisiones (RAE). Cualidad que tienen las personas que muestran buen juicio, prudencia y madurez en sus actos y decisiones (Oxford Languages). Se relaciona estrechamente con la prudencia, discernimiento y el buen juicio en la forma de actuar, de tratar con otras personas, de pensar, decidir y comunicar. Además, involucra objetividad razonable, estar consciente de las cosas y actuar en concordancia con esto. La sensatez ayuda a prever consecuencias no deseadas respecto de las acciones. Así también, permite evaluar las diferentes posibilidades y circunstancias para actuar de la mejor manera.

XII. JUSTO: Que obra según justicia y razón. Arreglado a justicia y razón. Que vive según la ley de Dios (RAE). Persona que actúa con justicia. Que está de acuerdo con la justicia y la razón (Oxford Languages). Deliberado proceder del individuo para ajustarse a la legislación de Dios (justicia de Dios) y no la propia. También hace referencia a lo recto, a lo que merece reconocimiento, aprobación o elogio. 

♦ JUSTICIA OPERATIVA O PRÁCTICA: Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece (RAE). Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde (Oxford Languages). Todo lo que se conforma, todo lo que se ajusta y todo lo que refleja la naturaleza y legislación del Creador. Denota rectitud, integridad, un estado de conducta irreprensible o excelencia moral. Esto, ya sea que se juzgue en base a normas divinas o humanas. La justicia operativa es fruto del Espíritu (Efesios 5:9). Para esto es importante la oración incesante, el estudio de la palabra, la obediencia y el andar continuo en el Espíritu Santo. No hay otra manera de lograr ejemplaridad moral verdadera.

XIII. SANTIDAD: Implica llevar la semejanza moral de Dios en una vida activa de oposición al pecado (CB. Simón J. Kistemaker, 2001). La santidad define la naturaleza y conducta nuevas del creyente engendrado y salvado por Dios (BDE. MacArthur, 2015). Adrede separación de toda impureza y corrupción, así como, una voluntaria renunciación a los pecados generados en los deseos de la carne y de la mente (Teología sistemática. L. Berkhof, 2005). La santidad no se refleja en especulaciones místicas, devociones entusiastas, fervores desbordados, abstinencias penitentes o lenguaje religioso sofocante, sino, en pensar como el Creador lo hace y querer lo que Él quiere. En ese sentido, la mente y la voluntad del Creador deberán saberse, comprenderse y practicarse en función a su palabra escrita (la biblia). Ahora bien, en la medida que entendamos y creamos Su palabra revelada, haremos Su mente nuestra mente y su voluntad la nuestra. (Teología sistemática, Jhon Macarthur – Richard Mayhue, 2018). La santidad cristiana no consiste en una conformidad laboriosa con los preceptos específicos de un código externo, sino que surge de la operación del Santo Espíritu, quien produce su fruto en el creyente genuino, dando a conocer las manifestaciones de la gracia que, se veían a toda perfección, en vida y ministerio de Cristo (CENT. Ernesto Trenchard, 2013). Entendida como apartarse deliberadamente del pecado o cualquier circunstancia que lo promueva, lo propicie o lo estimule. Acerca de la santidad, si bien hay esfuerzo invertido por parte del creyente para ser oportuno respecto de esta virtud, la misma se origina en el interior de la persona. Es decir, desde una mente renovada por la gracia de Dios (Efesios 2:10) que, vincula la recuperación moral práctica del ser humano para los propósitos del Creador. Es importante mencionar que la lectura y el estudio riguroso de las escrituras, así como la oración incesante y la obediencia viva, influirán definitivamente en la santidad. En tal sentido, el cristiano desplegará los esfuerzos pertinentes para el crecimiento continuo y manifiesto en la misma, ya que ahora, el Santo Espíritu de Dios habita en él. (CB. W. MacDonald, 2004).

XIV. DOMINAR: Tener e imponer la supremacía (en cuanto al poder, la autoridad, la fuerza, etc.) sobre algo o alguien (Oxford Languages). Tener dominio sobre algo o alguien (RAE).

XV. DOMINIO PROPIO: Virtud moral que subordina la propensión a los placeres y procura el equilibrio en los diferentes escenarios. Autoridad sobre los impulsos, deseos y ánimos, sujetándolos a la prudencia, honestidad, moderación y mesura. Control, potestad, sensatez o autodisciplina que un individuo ejerce sobre sí mismo con relación a:

    • Sus palabras o lo que dice
    • Sus razonamientos o procesos de mentales
    • Su actuar o comportamiento
    • Su enfoque visual o lo que observa
    • Sus sentimientos y emociones
    • Sus gestos y ademanes
    • Sus intenciones
    • Sus prioridades y obligaciones
    • Sus debilidades
    • Etcétera.

Esto, en cualquier escenario o ámbito de la vida, ya sea personal, familiar o social. La esencia del dominio propio es considerar las consecuencias positivas o negativas de hacer o dejar de hacer algo. Así también, de sopesar la rectitud versus la injusticia, de ponderar entre lo correcto y lo incorrecto. Todo, en tiempo real, así como, a corto, mediano y largo plazo. (Diccionario Baker, 2019). “Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable” (Proverbios 10:1).

XVI. RETENER, PRESERVAR, CONSERVAR: Impedir que algo salga, se mueva, se elimine o desaparezca (RAE). Proteger, resguardar anticipadamente a alguien o algo, de algún daño o peligro (RAE). Proteger o resguardar a alguien o algo, intentando conservar su estado, de un daño o peligro (Oxford Languages). Mantener o cuidar de la permanencia o integridad de algo o de alguien. Guardar con cuidado algo (RAE). Hacer que una cosa se mantenga en buen estado, guardándola en determinadas condiciones o haciendo lo necesario para que así sea. Tener una cosa guardada con cuidado para que no se estropee o se pierda (Oxford Languages).

♦ RETENER LA DOCTRINA: No quitando o añadiendo nada en absoluto a los preceptos recibidos. Manteniendo la enseñanza pura, en su estado original, sin contaminación, deterioro, alteración, mezcla o adulteración de alguna clase.

XVII. EXHORTAR, ANIMAR: Incitar a alguien con palabras a que haga o deje de hacer algo (RAE). Infundir ánimo o energía moral a alguien. Incitar a alguien a una acción (RAE). Incitar [una persona con autoridad o derecho] a otra a hacer una cosa o a actuar de cierta forma, mediante razones o ruegos (Oxford Languages). Infundir ánimo, fuerza o energía a alguien para hacer, resolver o emprender algo (Oxford Languages). Argumento o consejo, cuyo fin es alentar a la acción o estimular una línea de conducta. Implica levantar el espíritu, sostener y darse ayuda entre hermanos. Una palabra de ánimo ofrecida en el momento oportuno puede hacer la diferencia para que una persona se levante y siga avanzando o quede relegada en el camino. Mire a su alrededor y sea sensible a las necesidades de otros. Ofrezca palabras apropiadas y acciones contundentes. No olvide que:

♦ EXHORTAR, AMONESTAR: Incitar a alguien con palabras a que haga o deje de hacer algo. Hacer presente algo para que se considere, procure o evite. Advertir, prevenir, reprender. (RAE). Incitar [una persona con autoridad o derecho] a otra a hacer una cosa o a actuar de cierta forma, mediante razones o ruegos. Reprender severamente a una persona por un error o una falta que ha cometido, para que no la vuelva a cometer. (Oxford Languages). Argumento, consejo o declaración que busca inducir a la acción, estimular una línea de conducta o persuadir de abandonar una actitud, postura o actividad. En tal sentido, una palabra de aliento, una reprensión amable o un aviso oportuno pueden hacer la diferencia para que una persona se levante y siga avanzando o quede relegada en el camino.

XVIII. DOCTRINA: Enseñanza que se da para instrucción de alguien (RAE). Conjunto de ideas, enseñanzas o principios básicos defendidos por un movimiento religioso, ideológico, político, etcétera (Oxford Languages). Es la síntesis y explicación de enseñanzas bíblicas contenidas en un tema teológico (Teología sistemática). La doctrina cristiana es el mensaje contenido en la predicación de Jesucristo. Dicho mensaje se encuentra en la Biblia e incluye las enseñanzas, los mandamientos, las leyes y los principios que estructuran el evangelio de salvación a todo aquel que cree (Romanos 1:16-19).

♦ SANA DOCTRINA: Enseñanza cristiana libre de error o vicio, es decir, íntegramente fiel a la intención de las escrituras. No adulterada por conveniencias, tradiciones, prejuicios, paradigmas, razonamientos entenebrecidos, costumbres o desconocimiento académico insolente. La sana doctrina está fundamentada absolutamente en su correspondencia plenaria con la palabra de Dios.

XIX. REDARGÜIR: Convertir el argumento contra quien lo hace (RAE). Argüir, argumentar o replicar de forma convincente frente a las ideas, posturas o alegatos de otra persona (Oxford Languages). Persuasión razonable mediante sustentos o contenidos apropiados, oportunos y concluyentes.

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