P21. A los ricosde este siglo manda que no sean altivos I, ni pongan la esperanza II en las riquezas III, las cuales son inciertas IV, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos V; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir VI, que echen mano de la vida eterna VII. (1. TIM 6:17-19).
I. ALTIVO: Soberbio (RAE). Persona que se cree superior a los que le rodean por su posición social o económica o por alguna cualidad especial y que lo demuestra con un trato distante o despreciativo hacia los demás (Oxford Languages). Persona que se percibe superior a los demás o tiene una opinión desmesurada de sí mismo. Esto, por su posición social, económica, grado de instrucción, cargo de responsabilidad, puesto de autoridad, posición de dominio, abolengo o por algún “atributo particular”. Es importante no confundir la altivez con la timidez, puesto que algunas personas podrían ser algo distantes por su timidez natural.
II. ESPERANZA: Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea. En el cristianismo, virtud teologal por la que se espera que Dios otorgue los bienes que ha prometido (RAE). Confianza de lograr una cosa o de que se realice algo que se desea (Oxford Languages). Confianza firme que se tiene en alguien o en algo. Algo que se espera que suceda. Anhelo de que las circunstancias, situaciones o eventos reflejen los deseos. También se puede entender como el grado de sintonía entre el flujo los acontecimientos versus lo esperado o planificado. La esperanza es un estado de ánimo auspicioso en el cual aquello que deseamos o aspiramos parece posible. En este sentido, la esperanza supone tener expectativas verosímiles relacionadas con aquello que es favorable y encaja con los deseos. La esperanza sirve muchas veces como asidero moral para no caer en el desaliento, abandonar la serenidad o perder de vista aquello que se anhela alcanzar, de ahí que la misma alimente positivamente las aspiraciones. Según Santo Tomás de Aquino, la esperanza es la virtud que otorga al hombre la confianza absoluta de que conseguirá la vida eterna y los medios para llegar a ella con la ayuda de Dios. («Esperanza». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/esperanza/ Consultado: 02 de agosto de 2021, 11:55 am).
III. RIQUEZA MATERIAL: Abundancia de bienes y cosas preciosas (RAE). Conjunto de cosas que se poseen, especialmente dinero, bienes o cosas valiosas. (Oxford Languages). La riqueza material es la abundancia de recursos físicos, estos usualmente se traducen en propiedades o activos financieros.
IV. INCIERTO: No seguro, dudoso, desconocido, no sabido, ignorado (RAE). Que es impreciso o borroso. Que es desconocido y se percibe como negativo (Oxford Languages). Es la condición de inseguridad, nivel de desconfianza o estado carente de garantías respecto de las causas o consecuencias de algo. Es aquello imposible de establecer su trayectoria, de precisar su recorrido, de especificar su comportamiento. Incertidumbre respecto a la continuación o desenlace de algo o alguien.
V. GENEROSO: Dadivoso, franco, liberal, abundante, amplio para dar (RAE). Que gusta de dar de lo que tiene a los demás, o de compartirlo con ellos, sin esperar nada a cambio (Oxford Languages). Inclinación deliberada a compartir con alegría de lo que se tiene o dispone. Hacer partícipe al prójimo, especialmente a los menos favorecidos, de los bienes, utilidades o facilidades que se posee. La persona generosa lo es en el corazón, en consecuencia, su desprendimiento para con los demás fluye con naturalidad y alegría (2. Corintios 9:7). Por otro lado, la generosidad no se limita a lo material o pecuniario, también se puede demostrar generosidad con el tiempo, la atención o soporte emocional al semejante.
VI. Pablo se dirige a los cristianos pudientes de esta vida y les advierte de ciertas actitudes que pueden resultar particularmente peligrosas a personas en su posición:
a. La altivez, la misma que deberá ser neutralizada por un corazón humilde y agradecido (Santiago 4:6)
b. Depositar la esperanza en las riquezas (Mateo 6:21). Las personas que tienen mucho se inclinan a confiar en sus riquezas y no en el dador de las mismas. (Deuteronomio 8:18).
Seguidamente, el apóstol compara la incertidumbre o volatilidad de las riquezas versus la eternidad e inmutabilidad del Creador. Por último, abre un abanico de oportunidades para los creyentes acaudalados con relación a contribuir, cooperar o asistir efectivamente a los demás utilizando la holgura económica que el Creador dispuso para ellos. Es importante mencionar que la dadivosidad viene de un corazón libre o desapegado de las riquezas. No existe generosidad cuando se da por obligación, con incomodidad, con tristeza, con fastidio, por cumplir, por quedar bien o esperando algún tipo de retorno por lo actuado. Por otra parte, aunque la instrucción del apóstol es puntual para los creyentes ricos, no debemos esperar llegar a esta posición para ser generosos o dadivosos. Dicho de otra manera, no es condición necesaria la riqueza para hacer el bien a quien sufre necesidad. Cada quien puede desplegar las buenas obras dentro de sus posibilidades y con el criterio correspondiente. Esas serán las verdaderas riquezas que serán consideradas en el porvenir. (CB. W. Barclay, 2006), (CB. W. MacDonald, 2004).
VII. No significa que los cristianos ricos deban esforzarse para lograr su salvación. En Éfeso hubo ciertos creyentes acaudalados que también fueron beneficiados por el evangelio. El mandato de Dios para ellos es una conducta práctica, funcional y operativa respecto de la responsabilidad de administrar con generosidad y libertad los bienes que Dios puso en sus manos. Que vivan desde la perspectiva de la eternidad y seguridad en Cristo y no desde la incertidumbre o ficción de seguridad que puedan edificar sobre los bienes materiales.