P20. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas I, II, y sigue la justicia III, la piedad IV, la fe [fidelidad] V, el amor VI, la paciencia VII, la mansedumbre VIII. Pelea la buena batalla de la fe IX, echa mano de la vida eterna X, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. (1. TIM 6:9-12).
I. HUIR: Apartarse de algo malo o perjudicial. Alejarse precipitadamente de un lugar, de un escenario o de una persona por temor o para evitar un daño, un peligro o una consecuencia no deseada (RAE). Alejarse precipitadamente de un lugar o de una persona por temor o para evitar un daño o un peligro (Oxford Languages).
II. La exhortación de Pablo a Timoteo respecto de huir de las falsas enseñanzas vincula a todos los cristianos en general. El tomar distancia espiritual de estas concuerda perfectamente con el alejamiento físico de los falsos maestros. Es decir, El cristiano siempre deberá apartarse espiritualmente de las falsas doctrinas, lo cual involucrará muchas veces la separación física de individuos o instituciones que no presenten una sana ortodoxia. En estos casos el huir no es señal de cobardía, muy por el contrario, es señal de sabiduría y madurez en el creyente. ( Wiersbe, 2019).
III. JUSTICIA OPERATIVA O PRÁCTICA: Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece (RAE). Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde (Oxford Languages). Todo lo que se conforma, todo lo que se ajusta y todo lo que refleja la naturaleza y legislación del Creador. Denota rectitud, integridad, un estado de conducta irreprensible o excelencia moral. Esto, ya sea que se juzgue en base a normas divinas o humanas. La justicia operativa es fruto del Espíritu (Efesios 5:9). Para esto es importante la oración incesante, el estudio de la palabra, la obediencia y el andar continuo en el Espíritu Santo. No hay otra manera de lograr ejemplaridad moral verdadera.
IV. PIEDAD: Virtud que inspira, por el amor a Dios, tierna devoción a las cosas santas, y, por el amor al prójimo, actos de amor y compasión (RAE). Devoción religiosa (Oxford Languages). Implica amor, devoción, reverencia y sujeción al Creador, además, un esfuerzo constante por conocerlo y asemejarse más a Él. También involucra el temor positivo al Creador, lo cual nos motiva poderosamente a separarnos deliberadamente del pecado o cualquier circunstancia que lo promueva, propicie o estimule. Tengamos en cuenta que, si bien hay esfuerzo invertido por parte del creyente para ser competente respecto de esta virtud, la misma se origina en el interior de la persona. Es decir, desde una mente renovada por la gracia de Dios, y, que ansía saber más del Creador y Su palabra. (Efesios 2:10). Es importante mencionar que la lectura y el estudio riguroso de las escrituras, así como, la oración y obediencia, cooperan positivamente en el avanzar piadoso. (CB. W. MacDonald 2004).
V. FE, FIEL, FIDELIDAD: Que guarda fe, o es constante en sus afectos, en el cumplimiento de sus obligaciones y no defrauda la confianza depositada en él (RAE). Firmeza y constancia en los afectos, ideas y obligaciones, y en el cumplimiento de los compromisos establecidos (Oxford Languages). Confiabilidad por la que una persona es digna de crédito y de fiar, pues se ejercita en mantener una congruencia acerca de lo que declaran sus palabras como sus hechos. Actitud Intencional expresada en ser consecuente a una persona, a un compromiso, a una comunidad, a una organización o a principios morales. La fidelidad a Dios demanda independencia de cualquier circunstancia, sentimiento, argumento, panorama negativo, razonamiento o contexto positivo de la vida. (CB. W. Barclay, 2006) («Lealtad». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/lealtad/ Consultado: 04 de diciembre de 2020, 11:30 am).
♦ FE, DOGMA: Conjunto de creencias de alguien, de un grupo, de una multitud o colectivo de personas (RAE). En este caso, conjunto de creencias o doctrinas cristianas acerca del Creador, de convicciones de veneración y temor hacia Él, de normas morales para la conducta individual y social, y, de prácticas litúrgicas determinadas (RAE). Verdad absoluta que tiene su fundamento en la palabra de Dios, la biblia, y, que debiera percibirse como realidad en la vida práctica del confesante.
♦ FE, VERACIDAD: Seguridad, aseveración de que algo es cierto (RAE). Implica lo que se considera verdad.
VI. AMOR FRATERNAL: Se refiere al afecto, estima, cariño, apego y devoción que existe entre hermanos de sangre. Es aquel amor profesado hacia los hermanos carnales y que es posible hacer extensivo al prójimo. El amor fraternal ejerce un principio que tiene muy claro la diferencia entre el bien y el mal. En ese sentido, impulsa a conducirse sin afectar los intereses o derechos de los demás. («Amor fraternal». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/amor-fraternal/ Consultado: 13 de agosto de 2020, 03:40 pm.), (BDE MacArthur 2016).
En comparación, el amor fraternal cristiano es un don sobrenatural derramado en el corazón de cada uno de los creyentes, y, es el fundamento más importante porque busca la igualdad, el respeto y el bienestar recíproco de todas las partes. Este amor, es el llamado a reinar en la hermandad cristiana ya que es el adhesivo natural que mantiene unida a la Iglesia. Además, Dios es Padre de todos los creyentes, en consecuencia, todos los creyentes somos hermanos espirituales en la fe. Ahora bien, el amor fraternal cristiano en función a las diferentes culturas, idiosincrasias, comportamientos, caracteres, costumbres, formas de actuar, cercanías, confianzas, familiaridades, etcétera, vinculará sentimientos, simpatías o afectos según corresponda. Sin embargo, no olvidemos que el amor fraternal cristiano es un amor por convicción, voluntad, sensato, razonable e intencionalmente compasivo. “En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos” (2. Juan 1: 6a / NVI 1999). Revisar comentario a (1. Corintios 13:4-7) respecto de las características del amor cristiano. >>>>…
VII. PACIENCIA: Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho (RAE). Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse. Calma o tranquilidad para esperar (Oxford Languages). Constancia y poder de permanencia. Actitud mental deliberada respecto a las situaciones y circunstancias que nos presenta la vida. En virtud de ello, se puede decir que la paciencia está ligada con la personalidad madura y educada de un individuo, ya que faculta al mismo a ser atento, saber escuchar, hablar y ser cuidadoso en cada una de las acciones y decisiones a tomar. La paciencia también refiere la entrega y el sosiego en las cosas que se desean mucho, es decir, representa la capacidad de aprender a esperar por alguien o por algo anhelado. La paciencia es fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) y, deberá ejercitarse en todos los contextos para reflexionar y afrontar con la mejor postura los inconvenientes y dificultades que puedan emerger. La persona paciente está enlazada con la paz, la calma, la tolerancia y la perseverancia, aborda los problemas con firme serenidad, enfrenta las dificultades de manera tranquila, positiva y siempre buscando la armonía y la mejor solución dentro de lo posible. No obstante, no se debe confundir la paciencia con la indiferencia o la pasividad, ya que estas últimas implican la aceptación estática de ciertas cosas, y, no luchar sensatamente por los objetivos planteados. («Paciencia». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/paciencia/Consultado: 07 de mayo de 2021, 10:26 am).
VIII. MANSEDUMBRE: De condición benigna y suave (RAE). Docilidad y suavidad que se muestra en el carácter o se manifiesta en el trato (Oxford Languages). Es aquella serenidad de espíritu en virtud de la cual el hombre no se deja arrebatar fácilmente por la ira o la irritación en respuesta a las faltas, provocaciones o enojos de los demás. No tiene nada que ver con debilidad, sino con fortaleza bajo control. Esto, debido a la tensión mental que supone el no doblegarse ante la impulsividad versus la sensación de cobardía. La mansedumbre es la suficiencia que se indigna cuando debe hacerlo y nunca cuando no debe. Se manifiesta también en la capacidad de ceder eventualmente los propios derechos en beneficio de otros. Asimismo, se expresa en la disposición de espíritu para aceptar la voluntad del Creador como la mejor opción, y por ello, recibirla con agrado y sin resistencia. La mansedumbre es una obra efectuada en el alma, fruto del Espíritu Santo en el creyente verdadero (Gálatas 5:22,23).
IX. La frase “pelea la buena batalla de la fe” tiene un alcance plenario respecto de las diversas acepciones y matices del término fe. Sin embargo, en el contexto, es correspondiente a una fe que expresa fidelidad a Dios. Al respecto entonces, pelear la buena batalla de la fe involucra el compromiso, la veracidad, la disciplina, la concentración y el máximo esfuerzo para ganar la contienda. La “buena batalla de la fe” se libra en diferentes frentes como veremos a continuación:
a. El conflicto del espíritu versus la inclinación pecaminosa de la carne no redimida. Cada creyente alberga potencial suficiente en la carne no redimida para incurrir en transgresión (Santiago 1:14-15).
b. Los estímulos que el sistema terrenal ofrece a los verdaderos cristianos en todo momento. La escena diaria es una constante batalla del creyente frente a la oferta pecaminosa de la sociedad humana, la cual, usualmente es contraria o se opone a Dios y Su legislación (Romanos 12:2).
c. La batalla en la mente. La mente es un campo de batalla continuo, puesto que, los pensamientos que incubamos definirán nuestras actitudes, palabras, acciones o sentimientos, ya sean negativos o positivos. Por eso, es muy importante controlar rigurosamente que procesos de pensamiento toman lugar en nuestra mente y hacia donde nos dirigen. Las escrituras nos exhortan a que, de manera activa y deliberada llevemos todo pensamiento cautivo en obediencia a Dios (2. Corintios 10: 5).
d. La batalla en el corazón, “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19).
e. La batalla de las circunstancias. Eventualmente ciertas situaciones contraproducentes, adversas o desfavorables se tornan en una fuerte batalla de fe (1. Pedro 1:5-7).
f. Entre otros…
X. No significa en ninguna manera que Timoteo deba esforzarse para ser salvo. Él ya fue beneficiado con la salvación. Además, fue llamado a santidad, así como todos los cristianos genuinos (Romanos 1:7). La idea se enfoca en una conducta práctica y funcional que refleje la vida eterna de la que ya somos partícipes los salvos en Jesucristo. Por otro lado, todos deberíamos vivir desde la perspectiva de la eternidad. Para tener una mejor idea, en una recta que viene desde la infinitud y que va hacia la infinitud, nuestro intervalo de tiempo en este mundo es solo un punto, (Santiago 4:14; Job 8:9; Salmo 39:4). Esto quiere decir que en una dimensión infinita el tiempo nuestro es prácticamente nada, nuestros valores temporales son totalmente solubles en la eternidad. También debiéramos tener en cuenta que no sabemos cuándo seremos llamados a la presencia de Dios. La vida en esta magnitud terrenal puede acabar tan rápido que es menester estar siempre preparados.
Imagen 6: Recta de infinitud o eternidad