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P17. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad I, está envanecido II, nada sabe, y delira III acerca de cuestiones y contiendas de palabras IV, de las cuales nacen envidias V, pleitos VI, blasfemias VII, malas sospechas VIII, disputas necias IX de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad X, que toman la piedad como fuente de GANANCIA XI apártate de los tales XII- XIV. (1. TIM 6:3-5).

I. SANA DOCTRINA: Enseñanza cristiana libre de error o vicio, es decir, íntegramente fiel a la intención de las escrituras. No adulterada por conveniencias, tradiciones, prejuicios, paradigmas, razonamientos entenebrecidos, costumbres o desconocimiento académico insolente. La sana doctrina está fundamentada absolutamente en su correspondencia plenaria con la palabra de Dios.

II. ENVANECER: Causar o infundir soberbia o vanidad a alguien (RAE). Hacer que una persona adquiera un sentimiento de orgullo o vanidad (Oxford Languages). Exteriorización del orgullo o jactancia que habita en el interior de una persona (CB. Matthew Henry 1999). El evanecerse implica la exacerbación de la valía personal sobre los demás en cualquier ámbito, escenario o circunstancia.

III. DELIRAR: Desvariar, tener perturbada la razón por una enfermedad o una pasión violenta. Decir o hacer despropósitos o disparates (RAE). Sufrir alucinaciones y decir cosas incoherentes, generalmente como consecuencia de una enfermedad o de un sentimiento de pasión desenfrenada. Decir o hacer cosas insensatas o carentes de sentido común (Oxford Languages).

IV. PALABRERÍA: Abundancia de palabras vanas y ociosas (RAE). Flujo verbal, sin propósito edificante, falto de sentido positivo, carente de sustento de verdad o soporte razonable.

V. ENVIDIA: Tristeza o pesar del bien ajeno. Emulación, deseo de algo que no se posee (RAE). Sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí algo que otra posee. Deseo de hacer o tener lo que otra persona tiene (Oxford Languages). Sentimiento débil o intenso de tristeza, fastidio o enojo que experimenta alguien por no poder hacer o tener lo que otra persona posee o es capaz. Dolor y sensación de fracaso frente a lo que es percibido éxito en otros. Impresión de derrota o desilusión por lo considerado deseable en el prójimo y no poseerlo. A continuación, algunos síntomas del envidioso(a):

•  Les ofende el triunfo, la abundancia, el bienestar, la capacidad o prosperidad del prójimo. En consecuencia, se sienten mejor cuando a los demás no les va tan bien en la vida.

•  Critican o se burlan todo el tiempo y en todos los escenarios posibles de sus semejantes: por ejemplo, de cómo visten, como lucen, de que o como hablan, de la dieta, de la familia, del desempeño laboral, de las ideas o propuestas, etcétera.

•  Tienden generosamente a la hipocresía, por ende, el envidioso no felicita con sinceridad, no saluda con verdadero entusiasmo, no se alegra, no reconoce y no disfruta con naturalidad de los momentos agradables de la vida.

•  Dejan pasar adrede la ocasión de reconocer lo honorable, lo positivo y/o resaltante en otras personas, sin embargo, no pierden la oportunidad de señalar los desaciertos o equívocos en los demás. Esto no quiere decir que no se denuncien o expongan los yerros cuando verdaderamente sean necesarios, no obstante, hay que hacerlo evitando dar la impresión de superioridad moral o académica, peor aún, expresando cierto deleite o gusto por el error del hermano o el prójimo.

•  Etcétera, etcétera.

VI. PLEITO: Contienda, diferencia, disputa, litigio judicial entre partes. Disputa, riña o pendencia doméstica o privada (RAE). Enfrentamiento, disputa entre dos personas o partes en un juicio. Enfrentamiento o discusión entre dos o más personas por diferencia de opiniones o de intereses. bandos o facciones (Oxford Languages). El individuo pleitista promueve el altercado, fomenta el odio, la discusión, el conflicto, una situación difícil o el enfrentamiento entre diferentes partes. Su objetivo o motivación es la consecución de sus propios intereses, beneficiarse de la situación o por el simple placer de causar discordias, altercados o discusiones innecesarias.

VII. BLASFEMIA: Palabra o expresión gravemente injuriosas contra alguien o algo (RAE). Fuerte lenguaje sin freno empleado contra otra persona. Acusación o desacreditación de un individuo a otro con el objetivo de perjudicar directamente la reputación, la imagen, el prestigio o la inherencia humana del afectado. En otras palabras, son dichos o comentarios propagados con el fin de dañar la dignidad y el honor de alguien. Algunas formas bastante populares de blasfemia son la calumnia, la difamación, la injuria, el cotilleo, entre otras. Con relación a esto, la interacción cristiana debe ser siempre amable sin malicia ni imposturas. Antes de repetir o compartir algo sobre alguien, caben las siguientes preguntas: ¿Será verdad? ¿Es necesario? ¿Es amable? ¿Es para edificación? ¿Me incumbe? Una buena forma de cortar este destructivo pasatiempo es evitar o evadir intencionalmente las habladurías respecto de los demás. Dios condena severamente la lengua crítica, mal intencionada, venenosa, corrosiva, trastocada, chismosa y retorcida. (CB. W. MacDonald 2004), (CENT. Ernesto Trenchard, 2013).

VIII. MALAS SOSPECHAS: Pensamientos, conjeturas, suposiciones o conceptos extraídos de un escenario permeado por la desconfianza, la duda, habladurías y rumores (RAE). Luchar para alcanzar una cosa que se desea y que otras personas también quieren (Oxford Languages).

IX. DISPUTAR: Luchar, combatir. Discutir con calor y vehemencia. Contender, competir, rivalizar (RAE). Luchar para alcanzar una cosa que se desea y que otras personas también quieren (Oxford Languages). Hay disputas que son legítimas y buscan la verdad y el bienestar común, pero, están también las disputas necias que persiguen imponer el pensamiento o criterio propio, esto, atropellando los intereses de otros, peor aún, torciendo, falseando, adulterando o contaminando la verdad.

X. CORROMPIDO: La palabra que se traduce “corrompido” se refiere a algo descompuesto que contamina lo que le rodea, como la fruta rancia o la carne en descomposición (BDE. Matthew Henry, 2017). Pervertido, depravado, degenerado, viciado degradado, envilecido. Putrefacto, podrido, dañado, echado a perder, descompuesto, deteriorado, apestado (WordReference).

♦ CORROMPIDO DE ENTENDIMIENTO: En contexto, falsos maestros privados de la verdad que distorsionan la SANA DOCTRINA con la finalidad de confundir, embelesar y enredar a incautos creyentes. Estos señores no solo causan división, discordias, pleitos, envidias y polarización en la comunidad de creyentes, sino que, toman el cristianismo como fuente de ganancia económica. Pablo responde a esta situación con firmeza e instruye a los genuinos creyentes a separarse de estos enseñadores delirantes, alucinados y altamente infecciosos.

XI. GANANCIA: Acción y efecto de ganar. Utilidad que resulta del trato, del comercio o de otra acción. Provecho que se saca de algo (RAE). Cantidad de dinero que se gana. Beneficio o provecho que se obtiene de una cosa (Oxford Languages). Lucro, rendimiento, devengado, utilidad, redito, retorno de una inversión, etcétera.

XII. APARTARSE: Alejarse, cortar el vínculo y vivir separado de alguien o algo. No tener comunión con alguien o algo. Evitar deliberadamente pasar tiempo, tener intimidad amical, tener trato, tener contacto más del necesario que involucre el respeto al prójimo.

XIII.  El contexto del mundo antiguo era perfecto para que los falsos maestros vieran en el cristianismo naciente una manera de enriquecerse. Los griegos del primer siglo eran amantes de la palabra bien hablada, les fascinaba la retórica, la elocuencia y la solvencia verbal del orador. En ese sentido, se desarrolló una actividad lucrativa llamada sofismo. Los sofistas estaban en el negocio de vender sabiduría, conocimientos, ideas, reflexiones, discursos y demás, es decir, habían convertido la filosofía en una fuente de jugosos ingresos. Algo aproximado sucedía con la Iglesia y la proclamación del evangelio en aquellos tiempos.  Había muchos predicadores ambulantes, que llevaban el sano mensaje del evangelio a las diferentes ciudades, pueblos y asentamientos humanos. Cualquier persona que decía tener un mensaje de Dios era libre de expresarlo, es más, las congregaciones cristianas ofrecían las facilidades adecuadas para que el profeta itinerante compartiera el mensaje o instrucción “proveniente del Creador”. Sin embargo y como no podía ser de otra manera, así como había verdaderos profetas cristianos, abundaron los falsos cuya única motivación era el dinero y las atenciones que se les prodigaba.  

XIV. En la iglesia de Éfeso se levantaron maestros corruptos de entendimiento. Estos, no solo contaminaron la sana doctrina, sino que, convirtieron las buenas nuevas del evangelio en mercancía causante de ganancia económica. Pablo responde a esta situación con firmeza e instruye a los genuinos creyentes a separarse de estos enseñadores fraudulentos. Hoy podemos observar en muchas congregaciones “cristianas” que el dinero forma parte integral de las enseñanzas que se imparten. En otras palabras, obreros corrompidos, llámense pastores, evangelistas, maestros, profetas, apóstoles, etcétera, han convertido el dinero en materia ineludible, inseparable e inherente a toda prédica o servicio ofrecido. Por supuesto, para beneficio propio y en complicidad de su círculo más cercano.

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