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P11. Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo I. (1. TIM 5:8).

I. El no proveer para las necesidades de los suyos (familiares mediatos, padres, abuelos en necesidad según corresponda), y, en especial para los de su casa inmediata (esposa, hijos) constituye una negación de la fe. El profesante cristiano que deliberadamente rehúsa suministrar el sustento a su familia nuclear o ayudar a sus familiares mediatos en necesidad teniendo los recursos para hacerlo incurre en:

a. Negación flagrante de las verdades que el cristianismo enseña: Tal falta de acción positiva u omisión voluntaria es reprochable y está en disonancia con el amor cristiano compasivo (1. Tesalonicenses 4:9).

b. Se le considera peor que un no creyente: En esos tiempos la mayoría de incrédulos o paganos cumplían este deber por naturaleza, es decir, desplegaban una gran solicitud en ayudar a sus parientes en necesidad. Que un profesante cristiano niegue auxilio a su parentela es considerado peor que un incrédulo. Esto es, alguien que no conoce el amor de Dios (Salmos 68:5).

Pablo expresa en términos bastante fuertes el cumplimiento de las responsabilidades sociales dentro de las familias cristianas. (CB. W. Barclay, 2006). (CB. W. MacDonald, 2004), (Biblioteca Mundo hispano, 2003), (CB. W. Hendriksen, 2000).

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