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P9. No reprendas I al anciano II, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres III, IV; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza V, VI. (1. TIM 5:1,2).

Las directrices de esta carta son para Timoteo, quien se quedó a cargo de la congregación en Éfeso. Sin embargo, podemos extraer aplicaciones sabias para los distintos ámbitos de urbanidad y convivencia cristiana. Pablo insta a Timoteo a tener cuidado y sumo respeto cuando vea la necesidad de corregir a los hermanos de la congregación. En esa dirección, vemos aquí un principio general que se aplica a creyentes de diferentes edades, el amor ante todo.

I. REPRENDER: Corregir, amonestar a alguien desaprobando lo que ha dicho o hecho. Amonestar o censurar (RAE). Reñir a una persona o expresar de forma autoritaria y severa desaprobación a causa de su actuación o su comportamiento (Oxford Languages). Si una reprensión va cargada de ira, frustración, furor o venganza, sin duda traerá temor, dolor, resentimiento y hasta la posibilidad de consolidar el error en la persona reprendida. Así también, la reprensión en un estado emocional inestable, resentido y volátil, rara vez consigue una respuesta positiva voluntaria, muy por el contrario, probablemente genere el efecto opuesto al deseado. En ese sentido, la reprensión nunca deberá ser una reacción emocional, sino, una respuesta reflexiva, amorosa, espiritual e inteligente frente a una situación negativa debidamente comprobada. La reprensión untada con amor fraterno es la única con probabilidades altas de ser efectiva. Por lo tanto, si alguna vez se tiene razones válidas para reprender a alguien hay que hacerlo en amor, con la finalidad de ayudar y jamás con la intención de lastimar o dar la impresión de superioridad moral o académica. (CB. W. Barclay, 2006).

II. ANCIANO: Dicho de una persona: De mucha edad (RAE). Persona que tiene una edad avanzada y está en el último período de la vida, que sigue a la madurez (Oxford Languages).

III. EXHORTAR, ANIMAR: Incitar a alguien con palabras a que haga o deje de hacer algo (RAE). Infundir ánimo o energía moral a alguien. Incitar a alguien a una acción (RAE). Incitar [una persona con autoridad o derecho] a otra a hacer una cosa o a actuar de cierta forma, mediante razones o ruegos (Oxford Languages). Infundir ánimo, fuerza o energía a alguien para hacer, resolver o emprender algo (Oxford Languages). Argumento o consejo, cuyo fin es alentar a la acción o estimular una línea de conducta. Implica levantar el espíritu, sostener y darse ayuda entre hermanos. Una palabra de ánimo ofrecida en el momento oportuno puede hacer la diferencia para que una persona se levante y siga avanzando o quede relegada en el camino. Mire a su alrededor y sea sensible a las necesidades de otros. Ofrezca palabras apropiadas y acciones contundentes. No olvide que:

    • Una palabra de apoyo, fortalece
    • Una palabra alegre, despierta sonrisas
    • Una palabra motivadora, ayuda a crecer
    • Una palabra verdadera, hace creer
    • Una palabra sincera, reconforta
    • Una palabra de aliento, sana
    • Una palabra oportuna, tranquiliza
    • Una palabra pensada, llama a reflexionar
    • Una palabra optimista, consolida
    • Una palabra sabia, transforma
    • Entre otras

IV. A las personan mayores debemos guardar el respeto y consideración dignos de su edad. A un hombre mayor hay que tratarlo como a un padre y a una mujer mayor como a una madre. Cuando hay respeto y afecto recíproco, la experiencia y “sabiduría” de la edad pueden cooperar con el vigor y el entusiasmo de la juventud en una relación de mutuo beneficio. (W. Barclay, 2006).

V. Para los más jóvenes debemos extender un trato de hermanos mayores, con la consideración, protección y respeto hacia ellos. Para los de nuestra edad, el trato es más horizontal y equivalente. (W. Barclay, 2006).

VI. La interacción con el sexo opuesto debe estar marcado por la pureza en todo momento. A saber, con una conducta limpia de intenciones pecaminosas, insanas, imprudentes o que merezcan ser interpretadas como indiscretas o irrespetuosas. En completa sintonía, en pensamiento y palabra con la legislación moral de Dios. (CB. W. Barclay, 2006), (CB. W. MacDonald, 2004), (CB. W. Hendriksen, 2000).

P9

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