P1. Pedro les dijo: Arrepentíos I, y bautícese II cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados III; y recibiréis el don del Espíritu Santo IV, V. (HCH 2:38).
I. ARREPENTIMIENTO: Cambio de opinión. También puede referirse a un giro total en el modo de pensar o, al pesar que acompaña el entender que se obró mal. En el sentido bíblico involucrará una profunda y total conversión a Dios (Diccionario bíblico ilustrado Holman, 2017). Cambio de pensamiento o intención y en consecuencia un cambio en la orientación (Diccionario enciclopédico bíblico ilustrado, Clie, 2016). Acto de repudiar el pecado y volverse a Dios (Diccionario Baker, 2019). Cambio. Apartarse del pecado y acercarse a Dios (Diccionario expositivo Vine, 1999). Cambio total de parecer o de comportamiento. Entender algo de manera distinta después de considerarlo (Diccionario bíblico Eerdmans, 2016). El arrepentimiento para la vida es una gracia salvadora, por la cual un pecador, por el verdadero sentir de su pecado, y la aprehensión de la misericordia de Dios en Cristo, con dolor y odio de su pecado, se vuelve de el a Dios, con pleno propósito de, y esforzándose por, una nueva obediencia. (Hechos 2:37, Joel 2:13, Jeremías 31: 18, 19: 2 Corintios 7: 10, 11, Romanos 6:18) (CDF Bautista de 1689 – Catecismo – pregunta 96). El arrepentimiento para vida es una gracia salvadora, mediante la cual, un pecador, teniendo un verdadero sentimiento por su pecado, y comprendiendo la misericordia de Dios en Cristo, con dolor por y con odio contra su pecado, se aparta del mismo para volver a Dios, con pleno propósito y procurando con esfuerzo una nueva obediencia (Hechos 1:18; Joel2: 12, 13; Jeremías 3:22, Jeremías 31:18, 19; Isaías 1:16, 17) (CDF de Westminster – Catecismo menor – pregunta 87).
♦ ARREPENTIMIENTO SALVÍFICO (Metanoia): Es la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en el individuo al saberse pecador y su insatisfacción consigo mismo respecto de esa posición. Involucra necesariamente el entendimiento, conocimiento y reconocimiento de su condición moral degradada, por tanto, su estatus de injusticia ante el Creador (Romanos 3:10). Reconocerse como pecador deliberado que no puede no pecar, en consecuencia, merecedor judicial del castigo eterno (Ezequiel 18:20). El arrepentimiento salvífico es la resultante de la certera incapacidad humana para salvarse a sí mismo, de la aceptación de la necesidad de Dios para dicho propósito. Así también, es el cambio de autopercepción que la persona tiene de sí, la cual, usualmente es un promedio positivo y aceptable bajo sus propios estándares y no meritoria de la retribución desfavorable perpetua por parte de Dios. Implica un cambio de mente, de perspectiva, de dirección y de voluntad en cuanto a sí mismo y al pecado. Esto supone, asumir la plena responsabilidad por lo actuado, así como las consecuencias derivadas. Además, expresa un profundo sentimiento de congoja y aflicción por la condición pecaminosa. El efecto positivo de este arrepentimiento será volverse a Dios genuinamente, en búsqueda de Su gracia para perdón y salvación mediante la fe salvífica en Jesucristo. “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30).
♦ ARREPENTIMIENTO CONTINUO (conductual): El cristiano genuino y más consagrado mantiene todavía un coeficiente pecaminoso constante. Este factor multiplicador lo hace vulnerable a las tentaciones y al pecado, por tanto, no podrá no pecar al 100%. En ese sentido, el arrepentimiento continuo expresa un profundo sentimiento de congoja, pesar y aflicción por los pecados que se cometen en el diario vivir. Esto no quiere decir en ninguna manera que el creyente puede pecar con libertad y luego arrepentirse convenientemente. Si el cristiano genuino se da licencias para pecar, traerá sobre sí los medios correctivos que el soberano Creador disponga (hebreos 12:6-8). Con todo, el cristiano verdadero se esforzará al máximo (en la energía inagotable de Dios) por evitar el pecado, pero, es una realidad que no podrá eludirlos en su totalidad y pecará. Para esas excepciones donde la violencia de la tentación reclama victoria, se tiene a Jesucristo el justo; “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1. Juan 2:1). Es importante recordar que la justificación (ser declarado justo) libera del castigo correspondiente a los pecados pasados, presentes y futuros, pues nadie puede pecar más allá de la intemporal gracia redentora de Dios. No obstante, su favor redentor no quita la inherente proclividad a pecar de la condición humana (1. Pedro: 3:21).
II. BAUTISMO EN AGUA: Primero de los sacramentos de muchas Iglesias cristianas, que se administra derramando agua sobre la cabeza o por inmersión, y que imprime el carácter de cristiano a quien lo recibe (RAE). Sacramento del cristianismo que consiste en verter agua en la cabeza de una persona o en sumergir a la persona en el agua, como símbolo de purificación, de nacimiento a una nueva vida y de aceptación y entrada en la Iglesia cristiana (adaptado de Oxford Languages). El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida por Jesucristo, con el fin de ser para la persona bautizada, una señal de su comunión con él en su muerte y resurrección, de estar injertado en él, de la remisión de pecados y de su entrega a Dios por medio de Jesucristo para vivir y andar en novedad de vida (CDF Bautista de 1689 – Cap. XXIX – del bautismo). El bautismo es un sacramento en el cual el lavamiento con agua, en nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, significa y sella nuestra unión con Cristo, nuestra participación en los beneficios del Pacto de Gracia y nuestro compromiso de pertenecer al Señor (CDF de Westminster – Catecismo menor – pregunta 94). Ritual de iniciación al cristianismo. El bautismo es de gran importancia al momento de conectar al individuo con Cristo y con la gran comunidad de creyentes. Por medio del bautismo los cristianos demuestran su deseo y simbolizan su entendimiento respecto de sentirse limpios del pecado, así como, su entrega y obediencia a Cristo (Diccionario Baker, 2019). La acción del bautismo que se expresa en el nuevo testamento significa introducir en el agua, sumergir o lavar con agua. Simboliza la puerta de entrada a la comunidad del nuevo pacto que permite a los que pasan por ella experimentar los beneficios de dicho pacto (Diccionario ilustrado Nelson, 1998). Primera respuesta de obediencia de parte de un nuevo seguidor de Jesús. Simboliza una identificación pública con el Cristo, asimismo, es un cuadro de la muerte de Jesús por los pecados del mundo, su sepultura y su resurrección triunfante. Hay también una representación simbólica del creyente al pecado, la sepultura del viejo hombre y una resurrección para vivir en obediencia al Creador (Diccionario bíblico ilustrado Holman, 2017). Consiste en sumergir a una persona en el agua como símbolo de purificación, de muerte y renacimiento a una nueva vida. El bautismo también es una confesión pública de la fe en Jesucristo e identificación con Él, es decir, el bautizado proclama su relación con Jesús y también con otros creyentes bajo la autoridad del mismo Señor.
III. PERDÓN DE PECADOS: Supone por parte de Dios olvidar los pecados cometidos en contra de Él por un agente transgresor. Esto, sin que se le guarde, ira, enojo, disgusto, furor o castigo al infractor. No quiere decir que toda la jurisprudencia establecida respecto de la evidencia irrefutable de los pecados y la culpabilidad demostrada sea pasada por alto. Antes bien, la sentencia es conmutada, puesto que, la demanda del cumplimiento de la misma fue satisfecha lícitamente (expiación sustitutoria, 1. Pedro 3:18), es decir, Dios en su amor proveyó lo que su justicia exige como pago por el pecado (Ezequiel 18:20). Ahora, el inculpado tiene un nuevo estatus judicial, justificado, y no es que sea inocente, sino que su culpabilidad le fue imputada a alguien más, el Hijo de Dios. Jesús entonces se convirtió en reo de muerte por causa de los beneficiarios (2. Corintios 5:21). Su ejecución sustitutoria en la cruz salda, liquida, cumple, cancela plenariamente la sentencia de “orden de muerte” emitida a nombre del individuo pecador por las transgresiones cometidas (Colosenses 2:14-17). Aun así, esta oportunidad legal en Jesucristo no podrá ser adjudicada a ninguna persona si esta no admite su culpabilidad inapelable respecto de su pecado, se ARREPIENTE de los mismos y acepta por fe la gracia salvífica habilitada por el Creador. (CB. Matthew Henry 2017).
IV. DON DEL ESPÍRITU SANTO: El Espíritu Santo viene a santificar, habilitar, capacitar y morar en el creyente. El Santo Espíritu es la tercera persona de la trinidad, es Dios, con todos sus atributos, soberanía y divinidad. A continuación, algunas de sus competencias y facultades:
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- Enseña (Juan 14:26)
- Consuela (Juan 14:26)
- Recuerda (Juan 14:26)
- Convence de pecado de justicia y de juicio (Juan 16:8-11)
- Glorifica a Jesucristo (Juan 16:14-15)
- Da poder (Hechos 1:8)
- Unge (Hechos 10:38; Lucas 4:18)
- Da valentía para hablar con denuedo la palabra de Dios (Hechos 4:23-31)
- Fortalece (Hechos 9:31)
- Da el Amor (Romanos 5:5)
- Da Vida (Romanos 8:11)
- Guía (Romanos 8:14; Juan 16:13)
- Da testimonio de que somos Hijos de Dios (Romanos 8:16)
- Ayuda a nuestra debilidad en la oración (Romanos 8:26-27)
- Intercede ante Dios Padre en la oración (Romanos 8:26-27)
- Da Justicia, paz y gozo. Romanos (14:16-17)
- Revela las cosas profundas de Dios (1. Corintios 2:10)
- Nos ayuda a interpretar lo espiritual (1. Corintios 2:13, 14)
- Muestra la salida de la tentación (1. Corintios 10:13)
- Reparte dones (1. Corintios 12:11)
- Da el fruto del Espíritu Santo. (Gálatas 5:22, 23)
- Sella para el día de la redención (Efesios 1:13)
- Da unidad al cuerpo (Efesios 4:3)
- Entre otros. (Iglesia bautista palabra de vida instituto bíblico/funciones del espíritu santo).
V. BAUTISMO CON EL SANTO ESPÍRITU: Se habla de bautismo del Espíritu Santo en sentido figurado, entendiendo «bautismo» como el elemento en el que el creyente es introducido, por el cual vive y es transformado. Este suceso está profetizado en Isaías. 32:15; Zacarías. 12:10 y Joel. 2:28. El bautismo por el Espíritu Santo fue anunciado por Jesús a sus discípulos: “Poque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos 1:5) y, viene sucediendo desde pentecostés (Hechos 2) hasta nuestros días en los nuevos creyentes. Por este Espíritu los hombres nacen de nuevo (Juan 3:5), son salvos (hechos 15:11) y santificados (hebreos 10:10), recibiendo “el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo” (Tito 3:5). Bautizados por el Espíritu Santo, los creyentes participan de un mismo Espíritu y forman un solo cuerpo (1. Corintios 12:13). Es importante no confundir el bautismo del Santo Espíritu con los dones particulares que otorga el mismo en su soberanía. Es bautismo es general, simétrico y equivalente en todos los creyentes (Efesios 1:13, 14), por otro lado, los dones del Santo Espíritu son particulares en cada individuo (1. Corintios 12:11). (Diccionario enciclopédico bíblico ilustrado, Clie, 2016).