P10. Porque en otro tiempo erais tinieblas I, mas ahora sois luz en el Señor II, andad como hijos de luz III. (porque el fruto del Espíritu IV es en toda bondad V, justicia VI y verdad VII). (EFE 5:8,9).
I. SER TINIEBLAS: Ausencia de luz, obscuridad, estado caótico, ceguera espiritual. Ignorancia, falta generosa de instrucción o de conocimientos, especialmente los relevante a la moral y la decencia. Pablo no dice que estábamos en tinieblas, dice que éramos tinieblas en otro tiempo. El apóstol describe la vida de los impíos como algo carente de verdad y virtud respecto de las cuestiones intelectuales y morales. El dominio de las tinieblas es presidido por la “potestad de las tinieblas” (Lucas 22:53; Colosenses. 1:13) que gobierna sobre los que están encaminados hacia la oscuridad densa y eterna del infierno (Mateo. 8:12; 2. Pedro. 2:17). Es trágico, pero lo cierto es que los pecadores aman las tinieblas (Juan. 3:19 – 21). Las mismas, de las que pueden ser bien librados mediante la salvación en Cristo. (CB. Warren W. Wiersbe, 2019), (BDE. MacArthur, 2015).
II. SER LUZ: Estar completamente expuestos e iluminados por la luz espiritual que viene de Dios. El apóstol transmite su sentido de maravilla respecto de la creación de la luz física cuando la vincula a la experiencia de la regeneración y conversión. Pues Dios, quien dijo: “haya luz en la oscuridad”, hizo también que la luz del evangelio brillara en los corazones en tinieblas para conocer la gloria del Creador en el rostro de Su hijo Jesucristo. Asimismo, la luz representa la bondad, justicia y verdad en oposición al mal. Los hacedores de maldad son personas que se oponen a la luz y no reconocen sus caminos: “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” (Juan 3:20,21). (Gran diccionario enciclopédico de imágenes y símbolos de la biblia, Clie, 2015).
III. Andar como hijos de la luz involucra vivir ante los ojos de dios sin esconder nada. Alguien puede esconder muchas cosas de los demás porque nadie puede ver los pensamientos ni corazones. Pero “todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (hebreos 4:13). Como hijos de la luz es deber del cristiano revelar la luz de Dios en su vida. El carácter maduro, juicioso y santo alumbrará este mundo en tinieblas con la luz del Creador y ayudará a otras personas a encontrar el camino a Cristo. El alumbrar con la luz del testimonio va más allá de mostrarse agradables, compasivos o generosos con el prójimo. El poder de la luz del testimonio radica en la capacidad que tiene para colaborar en la salvación de otras almas. Sin embargo, cuando el testimonio práctico del creyente no es el adecuado, la luz de Cristo es opacada, ocasionando que los inconversos dejen de ser reprendidos por sus conciencias y que no vean su camino de muerte. Por otro lado, la luz que el creyente se esfuerce por sí mismo en crear es artificial y tenue. Solo la sinergia (Dios y el creyente) en la santificación progresiva producirá luz natural de Cristo en el converso, la cual, deberá manifestar y glorificar a Dios en todo momento. (CB. Warren W. Wiersbe 2019).
IV. FRUTO DEL ESPÍRITU: Son el resultado natural del Santo Espíritu de Dios en un creyente genuino. Son perfecciones que el Espíritu Santo conforma en las personas como primicias de la gloria eterna (Wikipedia). El fruto del Espíritu es el resultado de vivir para Cristo y en Cristo: “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” (Galatas 2:20). Este fruto entra en la esfera personal y ya no pertenece a la dimensión de la Ley, sino del Espíritu, por eso se habla con propiedad del fruto del Espíritu. Es el Espíritu quien actualiza constantemente la vida de Cristo en los creyentes, reproduciendo el carácter de Él en ellos (Gran diccionario enciclopédico de la biblia, Clie, 2013). El fruto del Espíritu son las características de la vida de Cristo que se reproducen en la vida de los santos que se someten a las influencias divinas. Es el Espíritu de Cristo quien va transformando el corazón del creyente, con la finalidad de que su semejanza pueda ser reproducida en quienes fueron recreados en su imagen. Esto, siempre que la sumisión de los creyentes en la fe permita que se desarrollen plenamente las operaciones del Espíritu. El fruto de un árbol no puede esconderse, y por él, es plenamente reconocible la naturaleza del mismo, en ese sentido, las virtudes de Cristo deberán ser percibidas en los cristianos genuinos según vayan creciendo y madurando. (CENT. Ernesto Trenchard, 2013). Representan las virtudes maduras que derivan únicamente de la presencia del Espíritu Santo en el redimido. Este fruto afianza, lubrica y fortalece las relaciones interpersonales, pues es en ellas donde se evidencia la obra de Dios en el individuo, “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15: 5). Con todo, los frutos del Espíritu Santo maduran en tiempos diferentes en cada creyente, así como, en distinto grado e intensidad, pero, con la misma esencia.
V. BONDAD: Disposición o tendencia natural a hacer el bien (RAE). Inclinación a hacer el bien, comportamiento virtuoso (Oxford Languages). Es la virtud que conlleva la inclinación genuina de ayudar a los demás. También se entiende como un interés activo y eficaz en el bienestar de otros. La verdadera bondad no exhibe ningún vestigio de maldad, corrupción o interés subyacente, sino que, actúa en libertad, abundancia y amor para ayudar al prójimo.
VI. JUSTICIA OPERATIVA O PRÁCTICA: Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece (RAE). Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde (Oxford Languages). Todo lo que se conforma, todo lo que se ajusta y todo lo que refleja la naturaleza y legislación del Creador. Denota rectitud, integridad, un estado de conducta irreprensible o excelencia moral. Esto, ya sea que se juzgue en base a normas divinas o humanas. La justicia operativa es fruto del Espíritu (Efesios 5:9). Para esto es importante la oración incesante, el estudio de la palabra, la obediencia y el andar continuo en el Espíritu Santo. No hay otra manera de lograr ejemplaridad moral verdadera.
♦ JUSTICIA EN LA SOCIEDAD: Es el principio moral de cada individuo que decide vivir dando a cada quien lo que le corresponde o pertenece (RAE). La justicia forma parte de los principios sociales, morales y democráticos que procuran el bienestar general de la sociedad. En ese sentido, todos debiéramos esforzarnos en practicarla de manera coherente, continua y sensata. Se espera que cada persona respete las normativas legales, los códigos de actuación o las políticas de conducta establecidas con la finalidad de construir un entorno armónico y equilibrado. Ahora bien, frente a una situación de injusticia, la sociedad y sus instituciones debieran actuar con rectitud e imparcialidad legal. Para mantener esto en el tiempo es necesario que la justicia operativa sea inculcada en el seno familiar, reforzado por las instituciones educativas, practicado por los ciudadanos y amparado por el estado. («Justicia». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/justicia/ Consultado: 27 de marzo de 2021, 3:58 pm.).
VII. VERDAD: Todo lo puro, lo santo, lo honesto, lo honrado, lo íntegro, lo recto, lo digno, lo verdadero. También se entiende como una actitud de amor que aborrece el pecado de cualquier clase, tamaño y peso.
♦ VERDAD: Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa (RAE). Adecuación entre una proposición y el estado de cosas que expresa. Conformidad entre lo que una persona manifiesta y lo que ha experimentado, piensa o siente (Oxford Languages). Conforme a la naturaleza y a la realidad de las cosas (BDE. Palabra Clave 2016). Es lo que corresponde a su referente. Es decir, la correlación que describe una situación en la que hay un hecho y existe una convicción respecto del mismo. La correspondencia implica que la convicción es verdad cuando representa fielmente el hecho. Asimismo, la verdad se refiere a la existencia real y efectiva de algo, es decir, a la realidad concreta, en el plano de los hechos o las evidencias sólidas. La obra de Dios en el mundo se basa en la verdad. Por lo tanto. Los creyentes verdaderos serán veraces en su proceder. Por otro lado, eventualmente no será muy agradable escuchar o decir la verdad, aun así, siempre será la opción correcta. Ahora bien, cuando expresamos la verdad con amor, fomentamos una cultura de bondad y comprensión. La verdad sin amor puede herir, sin embargo, el amor sin verdad puede permitir y/o prolongar el engaño. Será necesario entonces, considerar las formas, el tacto, los propósitos, los contextos, la empatía y/o el equilibrio al momento de expresarla, y también, al momento de recibirla.