P7. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados I, II. Y andad en amor III, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante IV. (EFE: 5:1,2).
I. IMITAR: Ejecutar algo a ejemplo o semejanza de otra cosa. Hacer o esforzarse por hacer algo lo mismo que otro o según el estilo de otro (RAE). Actuar, comportarse o hacer algo a semejanza de otra persona (Oxford Languages). Implica un comportamiento, intención, postura o estilo de vida con equivalencia fiel o muy semejante al original. Imitar a Dios involucra necesariamente el proceso de santificación progresiva reflejada en la santidad.
II. SANTIDAD: Implica llevar la semejanza moral de Dios en una vida activa de oposición al pecado (CB. Simón J. Kistemaker, 2001). La santidad define la naturaleza y conducta nuevas del creyente engendrado y salvado por Dios (BDE. MacArthur, 2015). Adrede separación de toda impureza y corrupción, así como, una voluntaria renunciación a los pecados generados en los deseos de la carne y de la mente (Teología sistemática. L. Berkhof, 2005). La santidad no se refleja en especulaciones místicas, devociones entusiastas, fervores desbordados, abstinencias penitentes o lenguaje religioso sofocante, sino, en pensar como el Creador lo hace y querer lo que Él quiere. En ese sentido, la mente y la voluntad del Creador deberán saberse, comprenderse y practicarse en función a su palabra escrita (la biblia). Ahora bien, en la medida que entendamos y creamos Su palabra revelada, haremos Su mente nuestra mente y su voluntad la nuestra. (Teología sistemática, Jhon Macarthur – Richard Mayhue, 2018). La santidad cristiana no consiste en una conformidad laboriosa con los preceptos específicos de un código externo, sino que surge de la operación del Santo Espíritu, quien produce su fruto en el creyente genuino, dando a conocer las manifestaciones de la gracia que, se veían a toda perfección, en vida y ministerio de Cristo (CENT. Ernesto Trenchard, 2013). Entendida como apartarse deliberadamente del pecado o cualquier circunstancia que lo promueva, lo propicie o lo estimule. Acerca de la santidad, si bien hay esfuerzo invertido por parte del creyente para ser oportuno respecto de esta virtud, la misma se origina en el interior de la persona. Es decir, desde una mente renovada por la gracia de Dios (Efesios 2:10) que, vincula la recuperación moral práctica del ser humano para los propósitos del Creador. Es importante mencionar que la lectura y el estudio riguroso de las escrituras, así como, la oración incesante y la obediencia viva, influirán definitivamente en la santidad. En tal sentido, el cristiano desplegará los esfuerzos pertinentes para el crecimiento continuo y manifiesto en la misma, ya que ahora, el Santo Espíritu de Dios habita en él. (CB. W. MacDonald 2004).
III. AMOR FRATERNAL: Se refiere al afecto, estima, cariño, apego y devoción que existe entre hermanos de sangre. Es aquel amor profesado hacia los hermanos carnales y que es posible hacer extensivo al prójimo. El amor fraternal ejerce un principio que tiene muy claro la diferencia entre el bien y el mal. En ese sentido, impulsa a conducirse sin afectar los intereses o derechos de los demás. («Amor fraternal». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/amor-fraternal/ Consultado: 13 de agosto de 2020, 03:40 pm.) (BDE MacArthur 2016).
En comparación, el amor fraternal cristiano es un don sobrenatural derramado en el corazón de cada uno de los creyentes, y, es el fundamento más importante porque busca la igualdad, el respeto y el bienestar recíproco de todas las partes. Este amor, es el llamado a reinar en la hermandad cristiana ya que es el adhesivo natural que mantiene unida a la Iglesia. Además, Dios es Padre de todos los creyentes, en consecuencia, todos los creyentes somos hermanos espirituales en la fe. Ahora bien, el amor fraternal cristiano en función a las diferentes culturas, idiosincrasias, comportamientos, caracteres, costumbres, formas de actuar, cercanías, confianzas, familiaridades, etcétera, vinculará sentimientos, simpatías o afectos según corresponda. Sin embargo, no olvidemos que el amor fraternal cristiano es un amor por convicción, voluntad, sensato, razonable e intencionalmente compasivo. “En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos” (2. Juan 1: 6a / NVI 1999). Revisar comentario a (1. Corintios 13:4-7) respecto de las características del amor cristiano.
IV. El apóstol Pablo pone a los cristianos el estándar más alto del mundo; les dice que deben seguir el ejemplo de Dios. En aquellos tiempos, para los alumnos de oratoria en la cultura helénica, la imitación era lo más importante en el aprendizaje de un orador. Los maestros de retórica enseñaban que el aprendizaje de la oratoria dependía de tres cosas: teoría, imitación y práctica. La parte principal de su entrenamiento era el estudio y la imitación de los maestros que los hubieran precedido. Por otro lado, Pablo usa una frase típica del Antiguo Testamento: «aroma de perfume”, que se remonta a una idea muy antigua. Cuando se ofrecía un sacrificio en el altar, el olor de la carne quemada subía al cielo y se entendía que el dios a quien fue dirigido el sacrificio se agradaba y deleitaba con ese olor. Pablo toma la frase que el tiempo había consagrado en el antiguo testamento y se la aplica al sacrificio que Jesús presentó en la cruz, la cual, le fue sumamente agradable a Dios Padre. ¿cuál fue ese sacrificio?, una vida de perfecta obediencia al Creador y de perfecto amor a los hombres, una obediencia tan absoluta y un amor tan infinito hasta la muerte en la Cruz. Pablo exhorta a seguir el ejemplo de Dios, enfatizando el amor y el perdón entre los cristianos. (CB. W. Barclay, 2006).