P5. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes I, II. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios III- V, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. (EFE 4:29-30).
I. CORROMPIDO: La palabra que se traduce “corrompido” se refiere a algo descompuesto que contamina lo que le rodea, como la fruta rancia o la carne en descomposición (BDE. Matthew Henry, 2017). Pervertido, depravado, degenerado, viciado degradado, envilecido. Putrefacto, podrido, dañado, echado a perder, descompuesto, deteriorado, apestado (WordReference).
II. PALABRA CORROMPIDA: El lenguaje sucio de cualquier clase nunca debería pasar por los labios de un cristiano, porque es incompatible con el carácter de su nueva vida en Cristo. Seguidamente algunos ejemplos:
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- Groserías, vulgaridades
- Frases ambivalentes
- Dichos sugerentes o negativamente estimulantes
- Chisme, murmuración, habladuría
- Sarcasmo ofensivo
- Insultos, agravios, calumnias
- Obscenidades, inmoralidades
- Indiscreción, Imprudencia o insolencia verbal,
- Palabras que ofendan, dañen o que inciten al indecoro y la indecencia
Hay que cuidar las formas para decir las cosas, según sea el caso y la necesidad. El creyente deberá expresarse a través de un lenguaje limpio, sensible, adecuado y agradable, que edifique a su prójimo, que fortalezca, que consuele, que alegren el espíritu, que instruya, que anime en una sana corrección. Todo esto con el criterio correspondiente y sin faltar a la sensatez y la verdad. Recordemos que “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34)
III. CONTRISTAR: Entristecer a alguien (RAE). Entristecer o afligir (Oxford Languages). Ocasionar dolor, tristeza o angustia mental o espiritual.
IV. ESPÍRITU SANTO: Es la tercera persona de la Santísima trinidad. Es una persona distinta al Padre o al Hijo, pero posee la misma substancia, naturaleza y esencia. Es Dios, con todos sus atributos, soberanía y divinidad. Por otro lado, cuando un individuo es regenerado y salvado, el Santo Espíritu hace morada permanente en el mismo (1. Corintios 3:16).
V. Un creyente contrista y apaga el Santo Espíritu cuando rehúsa rendirse totalmente a Su voluntad, soberanía y legislación. Así también, se obstaculiza Su accionar cuando se le cierra las puertas o se le pone barreras a ciertos ámbitos o áreas de la vida. Se debe tener en cuenta que todo lo que se le niega al Santo Espíritu queda sin consagrar y dedicar a Dios. Por tanto, en ningún momento la santificación progresiva que procura el Santo Espíritu debe ser estorbada, entorpecida, obstruida o impedida. Es decir, se le debe otorgar plena libertad de actuación en la iglesia y en la vida de cada cristiano. Por otra parte, el pecado sistemático en cualquiera de sus presentaciones, colores, tamaños y sabores, entristece al Espíritu Santo de Dios y, pone en duda razonable el sellamiento del individuo para el día de redención. En ese plano, la mentira refleja una valorización baja de la dignidad del prójimo. El robo revela una actitud netamente materialista hacia los bienes de otros. La inmoralidad expone un concepto rebajado de uno mismo y de los demás. Entonces, ni la deshonestidad, ni la pereza, ni el robo, ni la inmoralidad, ni cualquier otro pecado son aceptables en la vida cristiana que ha sido sellada con la identidad de su nuevo dueño, Dios. Pablo termina su admonición usando esta figura para recordar al creyente genuino que ha recibido al Santo Espíritu como la garantía de salvación permanente y, glorificación en el tiempo venidero. (CB. Matthew Henry 1999).