P1. Os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados I, con toda humildad II y mansedumbre III, soportándoos IV con paciencia V los uno a los otros en amor VI, solícitos en guardar la unidad del Espíritu VII en el vínculo de la paz VIII. (EFE 4:1-3).
I. Transmite la idea de vivir conforme a la posición que los creyentes tienen en Cristo. El Creador los ha comisionado a ser embajadores en nombre de Su hijo amado. A la luz de esta verdad, Pablo desafía a los cristianos genuinos a tener vidas acordes al llamamiento recibido. Valorar el privilegio de ser considerados hijos de Dios y emisarios en Su nombre. Además, el apóstol insta a los creyentes a esforzase para que lleguen a ser lo que Dios espera de ellos. A mantenerse unidos mediante el ejercicio de los principios cristianos y una conducta apropiada. “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (Efesios: 4:4).
II. HUMILDAD: Virtud que reconoce las propias limitaciones y debilidades, así como, el actuar en consonancia a este conocimiento (RAE). Que no hace ostentación de sus virtudes (Oxford Languages). La humildad reconoce la igual valía y dignidad de todas las personas. Así también, busca enfocarse generosamente en los demás y desprenderse con equilibrio de uno mismo. No se trata de pensar menos de nosotros, sino de pensar menos en nosotros. La humildad es independiente de la posición económica, social, académica y demás, por ejemplo; una persona económicamente sólida, socialmente bien posicionada o con amplios conocimientos no siente estar por encima ni por debajo de nadie, sino que identifica el mismo grado de honor y estimación para su prójimo. Es importante mencionar que ser humilde no implica necesariamente dejarse humillar, pues este valor no supone una renuncia a la dignidad propia como persona. Finalmente, la humildad tiene una particularidad; se pierde cuando se asume que se tiene. Es decir, una persona humilde deja de serlo cuando proclama serlo. («Humildad». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/humildad/Consultado: 20 de septiembre de 2020, 11:15 am.).
A continuación, presentamos algunas características:
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- Percibe la igualdad y dignidad de todos
- Valora el trabajo y el esfuerzo de los demás
- Reconoce, pero no se ufana de las virtudes propias
- Identifica sus limitaciones y no tiene inconvenientes en pedir ayuda
- Se expresa con gentileza y cortesía
- Procede con modestia, sencillez, mesura y decoro
- Advierte las relaciones sociales desde la horizontalidad
- Presta atención a los demás y toma en cuenta sus opiniones
- Respeta genuinamente a sus semejantes
- Entre otros
El cristianismo expresa la humildad como la actitud virtuosa observada ante la perfección, absolutez y superioridad de Dios. En plena conciencia de que Él es quien concede la gracia de la existencia (Hechos 17:25) y quien sustenta todo lo creado (hebreos 1:3). Así, la humildad involucra reconocer la propia pequeñez ante el misterio de la vida y, en consecuencia, someterse a la voluntad de Dios, apreciada como buena, agradable y perfecta.
III. MANSEDUMBRE: De condición benigna y suave (RAE). Docilidad y suavidad que se muestra en el carácter o se manifiesta en el trato (Oxford Languages). Es aquella serenidad de espíritu en virtud de la cual el hombre no se deja arrebatar fácilmente por la ira o la irritación en respuesta a las faltas, provocaciones o enojos de los demás. No tiene nada que ver con debilidad, sino con fortaleza bajo control. Esto, debido a la tensión mental que supone el no doblegarse ante la impulsividad versus la sensación de cobardía. La mansedumbre es la suficiencia que se indigna cuando debe hacerlo y nunca cuando no debe. Se manifiesta también en la capacidad de ceder eventualmente los propios derechos en beneficio de otros. Asimismo, se expresa en la disposición de espíritu para aceptar la voluntad del Creador como la mejor opción, y por ello, recibirla con agrado y sin resistencia. La mansedumbre es una obra efectuada en el alma, fruto del Espíritu Santo en el creyente verdadero (Gálatas 5:22,23).
IV. SOPORTAR, TOLERAR: Llevar con paciencia. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias (RAE). Soportar, admitir o permitir una cosa que no gusta o no se aprueba del todo (Oxford Languages). La tolerancia se basa en el respeto hacia lo que es diferente de lo propio. Es un principio moral que implica la consideración hacia los demás, hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que colisionen o sean diferentes de las propias. Entre los cristianos es necesario la tolerancia respecto de temas neutrales, secundarios o no esenciales. También acerca del estilo de vida de los hermanos en la fe, siempre y cuando no contravenga los preceptos y fundamentos bíblicos. A menudo se requerirá de la gracia de Dios para soportar las idiosincrasias de otros cristianos, así como, ellos la necesitarán para soportar la nuestra. Con todo, hemos de soportarnos mutuamente. La tolerancia hacia los no creyentes será una muestra del respeto a su condición humana, aunque muchas veces no se comparta su forma de vida.
V. PACIENCIA: Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho (RAE). Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse. Calma o tranquilidad para esperar (Oxford Languages). Constancia y poder de permanencia. Actitud mental deliberada respecto a las situaciones y circunstancias que nos presenta la vida. En virtud de ello, se puede decir que la paciencia está ligada con la personalidad madura y educada de un individuo, ya que faculta al mismo a ser atento, saber escuchar, hablar y ser cuidadoso en cada una de las acciones y decisiones a tomar. La paciencia también refiere la entrega y el sosiego en las cosas que se desean mucho, es decir, representa la capacidad de aprender a esperar por alguien o por algo anhelado. La paciencia es fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) y, deberá ejercitarse en todos los contextos para reflexionar y afrontar con la mejor postura los inconvenientes y dificultades que puedan emerger. La persona paciente está enlazada con la paz, la calma, la tolerancia y la perseverancia, aborda los problemas con firme serenidad, enfrenta las dificultades de manera tranquila, positiva y siempre buscando la armonía y la mejor solución dentro de lo posible. No obstante, no se debe confundir la paciencia con la indiferencia o la pasividad, ya que estas últimas implican la aceptación estática de ciertas cosas, y, no luchar sensatamente por los objetivos planteados. («Paciencia». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/paciencia/Consultado: 07 de mayo de 2021, 10:26 am.).
VI. AMOR FRATERNAL: Se refiere al afecto, estima, cariño, apego y devoción que existe entre hermanos de sangre. Es aquel amor profesado hacia los hermanos carnales y que es posible hacer extensivo al prójimo. El amor fraternal ejerce un principio que tiene muy claro la diferencia entre el bien y el mal. En ese sentido, impulsa a conducirse sin afectar los intereses o derechos de los demás. («Amor fraternal». En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/amor-fraternal/ Consultado: 13 de agosto de 2020, 03:40 pm.) (BDE MacArthur 2016).
En comparación, el amor fraternal cristiano es un don sobrenatural derramado en el corazón de cada uno de los creyentes, y, es el fundamento más importante porque busca la igualdad, el respeto y el bienestar recíproco de todas las partes. Este amor, es el llamado a reinar en la hermandad cristiana ya que es el adhesivo natural que mantiene unida a la Iglesia. Además, Dios es Padre de todos los creyentes, en consecuencia, todos los creyentes somos hermanos espirituales en la fe. Ahora bien, el amor fraternal cristiano en función a las diferentes culturas, idiosincrasias, comportamientos, caracteres, costumbres, formas de actuar, cercanías, confianzas, familiaridades, etcétera, vinculará sentimientos, simpatías o afectos según corresponda. Sin embargo, no olvidemos que el amor fraternal cristiano es un amor por convicción, voluntad, sensato, razonable e intencionalmente compasivo. “En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos” (2. Juan 1: 6a / NVI 1999). Revisar comentario a (1. Corintios 13:4-7) respecto de las características del amor cristiano.
VII. UNIDAD DEL ESPÍRITU: Hace referencia al vinculo espiritual que conecta y une a todos los que pertenecen al pueblo de Dios. Esto solo y exclusivamente sobre el fundamento de Cristo. (BDE. MacArthur, 2015), (CENT. Ernesto Trenchard, 2013).
VIII. PAZ: Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos. Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud (RAE). Situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentadas (Oxford Languages). En el cristianismo, convicción de armonía interior que reciben de Dios los creyentes al saberse reconciliados con Él. Estado de reposo, serenidad, descanso, unión, orden y seguridad espiritual en Dios, todo esto, en medio de los problemas, luchas y tentaciones de la vida. La paz hace parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Respecto del entorno, se define positivamente como una atmósfera en el cual confluyen el equilibrio y estabilidad entre los participantes. En ese sentido, no se debería escatimar esfuerzos por cultivarla, alcanzarla y mantenerla. La paz involucra plena intencionalidad de las partes que deseen conseguirla y preservarla. Los creyentes son llamados a este afán, es decir, deben hacer todo lo que esté en sus posibilidades para conservar la paz, aun cuando, se tenga que renunciar eventualmente a ciertas cosas legítimas secundarias por amor a los hermanos y en bienestar de la mayoría. Ahora bien, esto no quiere decir en ninguna manera transigir los fundamentos doctrinales, bajar los muros dogmáticos o diluir la palabra de Dios para hacerla más atractiva. Somos llamados a vivir en paz y amor, pero, si para lograrlo tenemos que ceder a las presiones seculares o permitir un evangelio adulterado, entonces no hay manera de sostenerla (1. Corintios 11:19).